Misi¨®n: vaciar el gran almac¨¦n que abastece a Barcelona antes de que su agua se eche a perder
La Generalitat de Catalu?a trasvasa contra reloj el embalse de Sau, mientras trata de capturar toneladas de peces para evitar que se pudran por la grave sequ¨ªa
A medio camino entre Barcelona y los Pirineos un campanario emergi¨® de un pantano el pasado verano. Los restos pertenec¨ªan a San Rom¨¢n de Sau, un diminuto municipio con restos de estilo rom¨¢nico que tras la construcci¨®n de una presa en 1962 fue sepultado para, te¨®ricamente, no volver jam¨¢s. Pero volvi¨®. Sus ruinas enfangadas atraen desde hace meses a curiosos que fotograf¨ªan una estampa ya convertida en t¨¦trica alegor¨ªa de la emergencia clim¨¢tica que seca Catalu?a desde hace m¨¢s de dos a?os. Tan vac¨ªo que est¨¢ el embalse de Sau, uno de los principales que abastece a Barcelona, que existe el peligro de que la poca agua que a¨²n resiste se eche a perder entre peces muertos y fango. Para evitarlo, el Gobierno catal¨¢n inici¨® esta semana una operaci¨®n contra reloj para vaciarlo en un mes con el fin de aprovechar al m¨¢ximo las reservas. El pantano muere y, aparte de ruinas arquitect¨®nicas, de sus profundidades tambi¨¦n emerge el fantasma de la mayor sequ¨ªa del siglo.
Desde los Pirineos hasta las desembocaduras de los r¨ªos, la ausencia de agua toma forma en el Mediterr¨¢neo y tambalea infraestructuras fara¨®nicas. La Generalitat dio por insalvable el pantano de Sau a principios de marzo y anunci¨® la decisi¨®n de trasvasar su agua al vecino embalse de Susqueda. El agua de la instalaci¨®n, levantada por esa Espa?a de la dictadura que llenaba el pa¨ªs de pantanos a ritmo del No-Do, languidece como nunca: est¨¢ al 10% de su capacidad, cuando la media de la d¨¦cada en esta ¨¦poca del a?o es del 69%.
En total, est¨¢ en juego un volumen con el que abastecer a un mill¨®n de personas durante tres meses en plena declaraci¨®n del estado de emergencia por la sequ¨ªa, que ya supone limitaciones dom¨¦sticas, agr¨ªcolas e industriales a seis millones de catalanes. Los cortes de suministro para verano en Barcelona empiezan a vislumbrarse como una seria posibilidad si el cielo sigue vac¨ªo de nubes, alerta la propia Generalitat. La falta de lluvias es la m¨¢s extensa (30 meses) desde que se empezaron a recabar datos, en 1905.
La sala de m¨¢quinas de la represa trabaja a todo ritmo para sacar 500 millones de litros al d¨ªa. Una enorme boca manda el agua a presi¨®n hacia el r¨ªo Ter, que la lleva al vecino embalse de Susqueda, de mayor capacidad. El ruido del agua escupida desde el tubo es ensordecedor. ¡°Que llueva de una vez¡±, pide un grupo de ciclistas de monta?a que hace un descanso sobre la gran frontera de piedra que interrumpe el cauce natural del r¨ªo. Mientras, al otro lado de la presa, el nivel de l¨ªquido desciende y la tonalidad verde por la falta de renovaci¨®n del agua se extiende a lo largo de 17 kil¨®metros. Tras serpentear una carretera rodeada de hojarasca y ¨¢rboles desnudos, las ruinas del antiguo pueblo se avistan en uno de los m¨¢rgenes antes sumergidos. Es una de las esquinas del embalse y cada vez est¨¢ m¨¢s muerta.
El paisaje se asemeja m¨¢s al de un desierto que al de una zona de agua. Las plantas mueren sobre la tierra agrietada y lo verde escasea. Varias decenas de curiosos transitan los m¨¢rgenes haciendo caminos hasta las ruinas. Que sea entre semana no ha evitado que un parking m¨¢s pensado para el verano se llene. Es un reflejo del ¡°turismo de sequ¨ªa¡±, tal y como lo ha bautizado el alcalde del cercano municipio de Vilanova de Sau (Barcelona), Joan Riera, entre cr¨ªticas a la Generalitat por supuesta dejadez en la zona.
Eugenia Remendo, vecina de Barcelona y jubilada, es una de las curiosas que, m¨®vil en mano, se paseaban el mi¨¦rcoles por los restos arquitect¨®nicos. ¡°La ¨²ltima vez que vine, el a?o pasado, solo ve¨ªa c¨®mo la punta del campanario sobresal¨ªa un poco del agua, pero ahora mira c¨®mo est¨¢. Impresiona verlo as¨ª. Entero. Y preocupa. A ver si llueve...¡±, dice Remendo apoyada sobre un murete de piedra emergido. La mujer se sit¨²a a una veintena de metros una vez cruzado el campanario (que est¨¢ vallado para que nadie pueda entrar) y ya muy adentro del embalse, en una zona hasta ahora nunca destapada.
Hay varios kayaks posados sobre la tierra, todav¨ªa amarrados a un embarcadero que en condiciones normales deber¨ªa flotar. Una pasarela de madera dirige a un peque?o club n¨¢utico donde las embarcaciones se acumulan ahora bajo lonas de pl¨¢stico.
Especies ex¨®ticas
Donde a¨²n resiste el agua, una peque?a embarcaci¨®n pesquera recoge redes cargadas de pescado. Es uno de los barcos que el Govern baj¨® en gr¨²a desde la presa y con los que calcula poder capturar toneladas de peces en el menor tiempo posible. Cualquier tipo de t¨¦cnica vale, incluida la pesca el¨¦ctrica en las rec¨®nditas zonas m¨¢s estrechas del pantano. De las 10 especies que habitan las aguas, nueve son ex¨®ticas, introducidas por la acci¨®n humana y que durante a?os han trastocado por completo el ecosistema hasta afectar a las algas, los sedimentos, el zooplancton... Una falla ecol¨®gica en cadena que convirti¨® a la instalaci¨®n en una gigantesca sopa boba de especies de la que solo se han aprovechado los pescadores furtivos.
En paralelo al drenaje y a la pesca, t¨¦cnicos desplazados a la zona est¨¢n analizando a diario la calidad del agua. Ser¨¢n ellos quienes decidan hasta qu¨¦ d¨ªa se puede seguir descargando Sau. Lo marcar¨¢n los niveles de calidad del agua. Cuando empeoren, se terminar¨¢ el desv¨ªo. El objetivo es sacar el m¨¢ximo posible durante el m¨¢ximo de d¨ªas. Fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) creen que los trabajos podr¨¢n extenderse m¨¢s de un mes.
La sequ¨ªa ha destapado ruinas, pero tambi¨¦n basuras. Una decena de trabajadores del hotel Parador, un alojamiento de cuatro estrellas con vistas privilegiadas del pantano, realizaban el mi¨¦rcoles un voluntariado para recoger los desechos emergidos. En hora y media recolectaron 76 kilos de pl¨¢stico y 16 de vidrio. Entre los desechos, mascarillas, y botellas. Pero tambi¨¦n una cucharita, con el logo de la mascota Cobi de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 1992, que brillaba entre un lodazal cada vez m¨¢s extenso.
Las invasoras toman Sau
¿Otros pantanos de Cataluña corren el mismo peligro que Sau? “El problema con Sau son los peces invasores y su afectación a la calidad de las aguas. No ocurre tanto en otros embalses como Baells, Llosa de Cavalls o Sant Ponç, donde no hay tantos problemas con los sedimientos”, responde el catedrático emérito en Ecología de la Universidad de Barcelona (UB) Narcis Prat. El ecólogo dice que cuando las lluvias vuelvan el embalse no tendría porque padecer grandes problemas ecológicos tras llenarse de nuevo, aunque confía en que esta vez sí las invasoras se mantengan a raya en la instalación. Ya en la anterior grave sequía, la de 2008, el Govern se vio forzado a retirar peces en este pantano para evitar una afectación a sus aguas. En 2019 y con las reservas llenas, la Generalitat también realizó otra saca de invasoras.
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