?nica urgencia: salvar Do?ana
Legislar en contra de las recomendaciones cient¨ªficas es un lujo que ninguna sociedad democr¨¢tica puede permitirse
Hay algo que hoy deber¨ªan recordar los se?ores del PP y los se?oritos de Vox, y es que Do?ana ya estuvo en grave peligro una vez y fue salvada por la ciencia y por Europa. En los a?os cincuenta del pasado siglo, el Gobierno franquista public¨® un decreto que ordenaba desecar las marismas y plantar eucaliptos para explotaciones madereras. Franco, temeroso de la presi¨®n internacional, fue disuadido de esta abominable idea gracias a Jos¨¦ Antonio Valverde, uno de los primeros naturalistas modernos de nuestro pa¨ªs. El esc¨¢ndalo cruz¨® nuestras fronteras y, finalmente, la recomendaci¨®n de expertos ornit¨®logos europeos y de Luc Hoffmann, doctor en zoolog¨ªa de la Universidad de Basilea y primer presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), convirtieron aquellos humedales en reserva natural.
La ciencia no entiende de campa?as electorales, de motivos partidistas, de iniciativas contradictorias y enga?osas. Las recomendaciones cient¨ªficas no son voces agoreras que vienen de otro mundo a estropear los planes de pol¨ªticos ensordecidos de prepotencia. Las recomendaciones cient¨ªficas son el resultado de una visi¨®n cabal, legitimada por a?os de investigaci¨®n y objetividad, con el ¨²nico empe?o de cuidar y mejorar la vida de las personas, de todas las personas, y de respetar nuestro entorno para que el futuro sea un lugar posible.
El Parlamento de Andaluc¨ªa, con los votos del PP y Vox, inici¨® a mediados de abril la tramitaci¨®n de urgencia de la proposici¨®n de ley que pretende legalizar alrededor de un millar de hect¨¢reas de regad¨ªo ilegal en la zona del parque de Do?ana. Una tramitaci¨®n de urgencia que agudiza la situaci¨®n ya tr¨¢gica de uno de los grandes tesoros naturales de nuestro pa¨ªs. La ciencia, sin embargo, no entiende de cinismo electoral. La ciencia sabe que la ¨²nica urgencia que debe preocuparnos es salvar nuestra tierra, salvar Do?ana.
Legislar en contra de las recomendaciones cient¨ªficas es un lujo que ninguna sociedad democr¨¢tica puede permitirse. El parque de Do?ana est¨¢ declarado en situaci¨®n de sobreexplotaci¨®n desde el a?o 2020. El 59% de las mayores lagunas temporales del parque no se inunda desde 2013, y las previsiones futuras, con la brutal sequ¨ªa a la que nos enfrentamos, no son mejores. Han desaparecido m¨¢s de la mitad de aquellos humedales que daban vida a la fauna y los ¨¢rboles de una tierra cuya biodiversidad es valios¨ªsima. Las tres lagunas que eran permanentes ya no existen. El acu¨ªfero 27, de casi 2.500 kil¨®metros cuadrados, la masa de agua que existe bajo el parque, del que se alimenta ¡ªno siempre de forma legal¡ª la industria del fruto rojo de los alrededores de Do?ana, resulta crucial para mantener las lagunas de las que beben decenas de miles de aves cada a?o. Do?ana no solo se est¨¢ secando. Nuestro paisaje se muere. Burlarse de la ciencia en aras de una pol¨ªtica radical y negacionista, al m¨¢s puro estilo Bolsonaro, desoyendo adem¨¢s la sentencia del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea que nos obliga a proteger un humedal que es Patrimonio de la Humanidad es algo que, insisto, ninguna sociedad democr¨¢tica puede permitirse.
Las tortugas mora, anfibios, lib¨¦lulas, caballitos de diablo, anguilas, salinetes, colmejillas... Multitud de plantas acu¨¢ticas. Alcornoques centenarios del monte negro. La vida de Do?ana desaparece. La p¨¦rdida de biodiversidad, la extinci¨®n de vegetales y especies animales, afecta directamente, entre otras muchas cosas, al incremento de enfermedades infecciosas en el ser humano. Si se rompe un equilibrio milenario, se rompe tambi¨¦n nuestro equilibrio sanitario, social, econ¨®mico. El mundo entero ha comprobado esta sentencia cient¨ªfica hace muy poco tiempo. Apenas nos recuperamos de una pandemia. El presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Juan Manuel Moreno Bonilla, deber¨ªa saber que Do?ana no es un capricho tur¨ªstico patrio, ni siquiera un capricho de la Unesco. Deber¨ªa saber que no puede vender Do?ana por un pu?ado de votos. Porque de la conservaci¨®n de ese mosaico de ecosistemas dependen la vida y el futuro de nuestro pa¨ªs y tambi¨¦n de Europa.
El ¨²ltimo informe de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana del CSIC es demoledor. Es el tipo de recomendaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica que el PP andaluz ha querido evitar al tramitar por v¨ªa de urgencia la proposici¨®n de ley para aumentar los suelos de regad¨ªo alrededor de Do?ana. Haci¨¦ndolo de esta forma, salt¨¢ndose a las consejer¨ªas de Sostenibilidad o Medio Ambiente, esquivando la ciencia y tambi¨¦n la sensatez, los plazos se acortar¨ªan y en el mes de agosto, precisamente en medio de un verano que se prev¨¦ terriblemente caluroso y seco, el Gobierno andaluz habr¨ªa aprobado esta controvertida y da?ina iniciativa. Pero ocurre que esta iniciativa, adem¨¢s de todo, es ilegal, porque la gesti¨®n del agua ni siquiera es de su competencia.
Desde el Gobierno de Espa?a, hace cuatro a?os que se trabaja en la restauraci¨®n ecol¨®gica de Do?ana y en la delicada gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos de la zona. Entre otras muchas medidas, ya se han cerrado por ejecuci¨®n forzosa 210 pozos ilegales y hay otros 428 que se acabar¨¢n clausurando. El Gobierno de Espa?a est¨¢ trabajando por cumplir con la sentencia de Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea, que no es otra cosa que cumplir con nuestro pa¨ªs, con responsabilidad, sensatez y honestidad.
Cumplir, cuidar el entorno y a las personas, sin poner en riesgo la econom¨ªa de Huelva, de Andaluc¨ªa, de Espa?a, pero tampoco la vida. La ciencia sabe que es posible.
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