El calor extremo en Phoenix llena las urgencias de heridos por quemaduras
Los expertos advierten de que el asfalto puede estar a entre 5 y 15 grados cent¨ªgrados m¨¢s que el aire, provocando heridas graves en apenas segundos. En 2022, en Arizona murieron 257 personas por las temperaturas extremas
El calor en Arizona sigue sin dar tregua. La capital, Phoenix, es un infierno en el que la can¨ªcula sigue superando r¨¦cords: desde hace ya 21 d¨ªas, en todas y cada una de sus jornadas el term¨®metro alcanza los 110 grados Fahrenheit, es decir, los 43,3 grados Celsius. Eso, por lo menos. Este lunes, de nuevo, se han llegado a superar los 47¡ã. Las cifras, con noches infernales que no bajan de 30¡ãC o 31¡ãC, convierten a la ciudad en un aut¨¦ntico e invivible horno que seguir¨¢ as¨ª, al menos, una semana m¨¢s. Y esas temperaturas son insufribles para el cuerpo humano, tanto de forma interna como evidente. Porque el calor quema, tambi¨¦n la piel, y eso ha hecho que las salas de urgencias de los hospitales de Phoenix est¨¦n repletas de heridos por quemaduras.
En la ciudad que crece a mayor velocidad de todo Estados Unidos, la que es su quinta econom¨ªa, el calor pasa factura. Lo demuestran los datos del hospital Valleywise, que explica c¨®mo el calor extremo est¨¢ presente con cada vez m¨¢s frecuencia en sus instalaciones. En concreto, en el llamado Arizona Burn Center, el centro de quemados de Arizona, al que llegan pacientes con heridas cada vez m¨¢s complejas que tienen que atender dermat¨®logos y cirujanos por culpa del calor. Seg¨²n datos del centro, entre junio, julio y agosto de 2022 hasta 85 personas fueron admitidas en dicho centro por quemaduras (26 de ellas personas sin hogar), y siete de ellos murieron a causa de esas heridas. Y este a?o tienen sus 45 camas completamente llenas.
Entre los s¨ªntomas que presentaban el a?o pasado el casi centenar de pacientes hab¨ªa quemaduras que llegaban a cubrir del 5% al 23% de sus cuerpos, as¨ª como hipertermia, calor corporal extremo, el que presenta en cuerpo cuando supera los 42¡ãC. Los datos son reveladores de la magnitud de las heridas que puede llegar a provocar el calor. La estancia media de quienes pasaron por el centro de quemados de este hospital de Arizona fue de 16 d¨ªas; uno de cada tres enfermos requiri¨® pasar por cuidados intensivos, y de ellos, el 70% de ventilaci¨®n asistida. Quienes acudieron se sometieron a unas dos cirug¨ªas de media, pero hubo un paciente que lleg¨® a requerir hasta 18. Siete de cada 10 pacientes requirieron cuidados posteriores, y ser vistos por otros especialistas. Uno de cada cuatro, adem¨¢s, requiri¨® volver a ser ingresado en el hospital.
No es de extra?ar, por tanto, que su director, Kevin Foster, haya hecho un llamamiento, a trav¨¦s de la web del centro, as¨ª como de los medios de comunicaci¨®n, para extremar las precauciones. Avisa Foster, por ejemplo, de los peligros que suponen las superficies calientes, como el cemento y el asfalto: ¡°Se pueden producir heridas muy profundas con apenas un breve contacto con ellas¡±, afirma, especialmente en paciente vulnerables como ancianos, beb¨¦s y ni?os. En el Estado de Arizona fallecieron el a?o pasado 257 personas a causa del calor, al menos hasta donde pudieron identificar los forenses, seg¨²n un art¨ªculo sobre cambio clim¨¢tico del diario Financial Times, que dejaba ver que esos fallecimientos supon¨ªan un salto exponencial en las ¨²ltimas d¨¦cadas; la media de personas que mor¨ªan por el calor entre 1990 y 2015 era de unas 38 al a?o.
En declaraciones a la cadena CNN, Foster ha afirmado que, l¨®gicamente, el verano es su ¡°estaci¨®n m¨¢s intensa¡± en cuanto a trabajo y que suelen anticiparse a las necesidades que saben que van a tener. ¡°Pero esto, el n¨²mero de pacientes que estamos viendo y la gravedad de sus heridas, es realmente poco com¨²n; son heridas muy muy graves¡±, ha asegurado. ¡°Las cifras son cada vez mayores y tambi¨¦n la gravedad de las lesiones, y no podemos explicarlo¡±. Seg¨²n el m¨¦dico, la mitad de los pacientes ingresados en la UCI tienen heridas de gravedad a causa de ca¨ªdas. El asfalto est¨¢ muy caliente, entre 5¡ãC y 15¡ãC m¨¢s que el aire, que es de donde se hace el c¨¢lculo para obtener la temperatura.
Cuenta Foster que solo se necesita ¡°una fracci¨®n de segundo¡± para hacerse ¡°una quemadura profunda¡±, y que quienes pasan sobre el asfalto entre 10 y 20 minutos acaban con ¡°la piel completamente destrozada¡± y quemaduras de tercer grado. Algo que confirmaba en CNN el doctor Frank LoVecchio, tambi¨¦n del centro de quemados de Valleywise, que pon¨ªa como ejemplo que plantar una rodilla en el suelo durante unos pocos minutos supon¨ªa una quemadura directa y grave. Algo que les puede pasar a pacientes con movilidad reducida, que trabajan al sol y se desmayan o que salen a hacer deporte poco preparados.
El meteor¨®logo de la estaci¨®n local de Phoenix Jeral Estupi?¨¢n explica a EL PA?S que ¡°cuando el cuerpo sube de 37¡ã, se recalienta, y puede haber da?os permanentes en h¨ªgado, cerebro¡ hay que evitar estar expuesto a ese calor, y beber y beber¡±. ¡°La gente que vive aqu¨ª cree que est¨¢ acostumbrada a este calor, pero que uno est¨¦ acostumbrado no quiere decir que el cuerpo no est¨¦ afectado por estas temperaturas¡±, asegura Estupi?¨¢n, advirtiendo de que efectivamente ¡°el suelo se caliente m¨¢s que el aire, especialmente en zonas tan urbanizadas¡±.
Tambi¨¦n hay que extremar la precauci¨®n con los animales, y sacar a pasear a las mascotas, sobre todo a los perros, solo cuando sea seguro. Como explicaba a este diario la vocal de cl¨ªnicas veterinarias en el Colegio de Veterinarios de C¨®rdoba, Mar¨ªa Jos¨¦ Delgado, hace unos meses, ¡°los perros no pueden sudar para eliminar el calor como hacemos los humanos, por lo que ellos jadean para bajar su temperatura¡±. A ellos tambi¨¦n se les quema la piel, y las patas, como a los humanos las plantas de los pies, por lo que hay que buscar superficies adecuadas para el paseo, esperar a que bajen las temperaturas y optar, incluso, por botas protectoras. Los golpes de calor son tambi¨¦n posibles y frecuentes, por tanto, hay que procurar el bienestar del animal y nunca dejarlos encerrados en lugares expuestos al sol y sin ventilaci¨®n ni agua como balcones o, por supuesto, coches.
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