El error de eliminar ¨¢rboles y vegetaci¨®n de r¨ªos y barrancos ante el riesgo de inundaci¨®n
Existe una creencia de que los cauces ¡®limpios¡¯ de plantas previenen las riadas, pero el efecto es el contrario: la velocidad del agua aumenta y provoca una mayor devastaci¨®n en caso de avenidas
¡°No, por los r¨ªos o barrancos no fluye mejor el agua cuando existe menos vegetaci¨®n, y tampoco eso son cauces limpios¡±, afirma tajante Pau Fortu?o, bi¨®logo del Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF). De esta forma, el cient¨ªfico advierte contra la falsa creencia de que los ¨¢rboles, arbustos y otras plantas que crecen en los cauces y barrancos sean una de las razones que complican la situaci¨®n en caso de grandes avenidas de agua. Muchas personas piensan que son un estorbo para que el agua corra bien y pueden poner en peligro la vida de las personas cuando llegan flotando. Al contrario. ¡°Es m¨¢s, en la dana de Valencia se ha demostrado que los amontonamientos han sido de coches¡±, puntualiza.
Otra cuesti¨®n son los trabajos de mantenimiento. Son necesarios, por ejemplo, para impedir el crecimiento de especies ex¨®ticas invasoras como la ca?a com¨²n (Arundo donax), con un ¡°poder de colonizaci¨®n brutal¡± y que puede provocar problemas por la gran cantidad de biomasa que genera. Si en los cauces crecieran los ¨¢rboles que les corresponden, como olmos o chopos, la ca?a no tendr¨ªa toda la luz que necesita para crecer. ¡°As¨ª que, dejando los r¨ªos pelados, lo que hacemos es favorecer que esa especie crezca m¨¢s y m¨¢s¡±, remarca el experto.
Teniendo en cuenta el funcionamiento hidrol¨®gico de los r¨ªos, a?ade Fortu?o, el comportamiento correcto ser¨ªa el contrario: dejar crecer la vegetaci¨®n aut¨®ctona, que es flexible y robusta a la vez, depura el agua, controla el sedimento, fija el suelo y, en momentos de crecidas, contribuye a reducir la velocidad del agua y de los materiales que llegan desde las partes altas de la cuenca. En inundaciones tan devastadoras como la ocurrida en Valencia, quiz¨¢ los ¨¢rboles no resistan en pie, por mucho porte que tengan, pero ¡°el agua nunca llegar¨¢ a alcanzar esas grandes velocidades y, por tanto, ese poder destructivo¡±, indica este especialista en r¨ªos mediterr¨¢neos.
El problema es que este tipo de comportamientos consistentes en dejar pelados los cauces de los r¨ªos se siguen produciendo en los municipios porque ¡°es una actuaci¨®n r¨¢pida, que pide la gente y da votos¡±. En los barrancos mediterr¨¢neos, por los que normalmente no corre agua y en los que no existen grandes bosques pero s¨ª vegetaci¨®n arbustiva, ocurre algo similar, a lo que hay que sumar que son zonas encauzadas, que se han estrechado al m¨¢ximo. Adem¨¢s, el terreno est¨¢ ocupado por viviendas, industria e infraestructuras de todo tipo.
Encauzar el r¨ªo o barranco
¡°El encauzamiento provoca que suba m¨¢s el agua, porque estrecha m¨¢s el cauce, el agua va m¨¢s alta y r¨¢pida, la energ¨ªa va a ser mayor y donde rompa, salte o se desborde ser¨¢ mucho peor¡±, explica Alfredo Ollero, profesor de Geograf¨ªa F¨ªsica de la Universidad de Zaragoza. En todos los sitios donde sea posible es necesario darle m¨¢s anchura al r¨ªo y eliminar esos canales para hacer m¨¢s permeable el territorio, a?ade. Y, en caso de que no exista m¨¢s remedio que meter al r¨ªo por un canal, que este sea ¡°lo m¨¢s amplio posible, porque hay que imitar a los r¨ªos y la forma que tienen estos de bajar la energ¨ªa es ensancharse¡±.
Ollero se muestra ¡°rotundamente en contra¡± del concepto de limpiar los r¨ªos de vegetaci¨®n. ¡°Limpiar es quitar basura, presas, azudes, vados, todos los obst¨¢culos humanos, pero no quitar sedimento ni vegetaci¨®n porque va a tener consecuencias graves¡±, asegura. Tampoco es partidario de las estructuras duras como la construcci¨®n de presas, que se utilizan, adem¨¢s de para almacenar agua, para controlar las inundaciones. ¡°Normalmente, los embalses de laminaci¨®n no sirven, porque ocupan mucho espacio y estropean mucho territorio¡±, se?ala. Las presas almacenan el agua que llega de una avenida y desaguan de forma progresiva, lo que provoca la disminuci¨®n de los da?os aguas abajo.
Sin embargo, Federico Bonet, consejero del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y exdirector t¨¦cnico de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car (CHJ), mantiene que las soluciones ¡°verdes¡± basadas en la naturaleza no se pueden aplicar en todos los lugares. ?l vive en Valencia y afirma que en la cuenca del J¨²car, por ejemplo, ¡°no se han realizado actuaciones de calado desde hace 20 a?os¡±. Considera necesario priorizar las actuaciones pendientes en funci¨®n del riesgo de las inundaciones y los da?os que pueden causar. Bonet se refiere a ¡°proyectos de defensa que requieren una inversi¨®n importante¡±. Uno de ellos es la conexi¨®n prevista por la CHJ del barranco del Poyo [el que ha causado los mayores da?os en la riada] con el nuevo cauce del r¨ªo Turia, por medio de una infraestructura verde.
Bonet indica que cada problema tiene su soluci¨®n, y que hay casos en los que son necesarias las infraestructuras m¨¢s duras como las presas o los encauzamientos. Entre las estructuras pendientes, ¨¦l cita la presa del Marquesado, en el r¨ªo Magro ¨Dque en esta dana se ha desbordado en varios lugares¨D. Se situar¨ªa m¨¢s abajo de la presa de Forata, que en esta ocasi¨®n ayud¨® a amortiguar parte del diluvio, aunque se temi¨® por su integridad. Otro embalse, el de Montesa, proyectado en el r¨ªo C¨¤nyoles para minimizar los riesgos de inundaci¨®n en la comarca de la Costera y en la ribera del J¨²car, cuenta con una tramitaci¨®n m¨¢s avanzada, aunque todav¨ªa est¨¢ sin construir. Y, ya en la parte baja del J¨²car, una llanura de inundaci¨®n que se desborda cuando el r¨ªo lleva mucha agua, existe un estudio para poner en marcha una actuaci¨®n, en este caso m¨¢s natural, porque ¡°al ser una zona agr¨ªcola lo permite¡±, concreta el ingeniero.
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