La grave sequ¨ªa desencadena las primeras extinciones de plantas y aves en Las Tablas de Daimiel
La masiega, la especie vegetal clave del parque nacional, ha desaparecido casi por completo y especies como el escribano palustre han perdido el 90% de la poblaci¨®n
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De la masiega que crec¨ªa en el parque nacional de Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) solo queda alg¨²n retazo. Las formaciones de esta planta, consideradas h¨¢bitat de inter¨¦s prioritario por Europa y el paisaje m¨¢s caracter¨ªstico del humedal manchego, no han sobrevivido a la sequ¨ªa actual tras d¨¦cadas de maltrato. El humedal solo cuenta en la actualidad con 20 hect¨¢reas encharcadas ¨D14 de forma artificial¨D de un total de 1.750, y, aunque llueva, la masiega no regresar¨¢ por s¨ª sola, porque sus cepellones se han secado. En un efecto domin¨®, la muerte de esta especie vegetal afecta a otros inquilinos del parque nacional que se alimentan, se reproducen y se refugian en ella, como el escribano palustre iberoriental, una peque?a ave de tan solo 15 gramos, catalogada en peligro de extinci¨®n. Este a?o solo se han censado siete parejas, cuando lo habitual son unas 50. La poblaci¨®n total en Espa?a es de 244 parejas, distribuida solo en tres lugares, uno de ellos, Las Tablas de Daimiel, indica la ONG ornitol¨®gica SEO/BirdLife.
Juan Monr¨®s, profesor de Ecolog¨ªa e investigador de la Universidad de Valencia, considera ¡°un desastre¡± la situaci¨®n del escribano palustre iberoriental (Emberiza schoeniclus witherbyi) en Las Tablas de Daimiel, porque se pierde el 20% del total de esta subespecie en Espa?a. Es, adem¨¢s, la ¨²nica poblaci¨®n de humedal interior; el resto habita en zonas costeras, en el delta del Ebro y en el parque natural de s¡¯Albufera de Mallorca. ¡°Esta situaci¨®n es un reflejo de la que pueden estar atravesando otras especies que no seguimos, sobre todo p¨¢jaros tan peque?os como estos que pasan desapercibidos¡±, a?ade. Su reducido tama?o no debe inducir a pensar que no son importantes para la biodiversidad. ¡°Yo lo comparo con el patrimonio hist¨®rico, porque ser¨ªa un desastre que se destruyera la catedral de Burgos, pero tambi¨¦n una iglesia prerrom¨¢nica¡±, argumenta Monr¨®s.
La escasez de lluvias compromete tambi¨¦n el futuro de otras especies amenazadas que encuentran refugio en el humedal, como el porr¨®n pardo (Aythya nyroca) ¨Del espacio protegido atesora el 60% de la poblaci¨®n nacional¨D o el pato colorado (Netta rufina) ¨Ds¨ªmbolo del parque¨D.
Todo ello a pesar de que el plan rector del parque nacional marca que en 2027 Las Tablas de Daimiel deber¨ªan contar con 50 hect¨¢reas de masiega y con 600 hect¨¢reas encharcadas al final de verano, unos mandatos imposibles de cumplir dado su estado actual. Cuando se cre¨® el espacio protegido, en 1973, la masiega se encontraba en regresi¨®n, pero quedaban casi 650 hect¨¢reas, que han ido desapareciendo con los incendios, la sobreexplotaci¨®n del acu¨ªfero por la agricultura, la contaminaci¨®n y las sequ¨ªas. Sumido en un periodo seco desde hace 10 a?os, y con su r¨¦gimen natural completamente perdido, el parque nacional se asemeja m¨¢s a un secarral que al humedal que deber¨ªa ser.
En las pocas ocasiones en las que el ecosistema recupera algo su flujo natural, siempre en periodos de lluvias, el agua comienza a aflorar del suelo formando peque?os charcos, que se convierten en regatos y, al unirse, forman el r¨ªo Guadiana. Dada la poca pendiente de la zona, se genera una extensa llanura de inundaci¨®n.
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La falta de agua se extiende por zonas aleda?as, lo que hace m¨¢s complicada la supervivencia del escribano palustre iberoriental, que vive y se reproduce en ¨¢reas h¨²medas y no migra, por lo que les afecta mucho su desaparici¨®n o contaminaci¨®n. Monr¨®s realiza desde hace a?os censos de estas y otras especies en Las Tablas de Daimiel y comenta que ¡°se podr¨ªan haber movido, pero ?a qu¨¦ lugar van a ir? No hay muchos sitios cerca donde puedan instalarse¡±. El investigador advierte de que una poblaci¨®n de 50 parejas puede ser viable, pero no de siete, como la actual. La bujarda o el bigotudo son otras de las aves que utilizan la masiega ya inexistente. Adem¨¢s de alimentarse, construyen los nidos en las zonas bajas de la vegetaci¨®n. ¡°Sin agua y sin las plantas est¨¢n m¨¢s desprotegidos, m¨¢s al alcance de los depredadores, y disminuye su capacidad de reproducci¨®n¡±, concreta el investigador.
Miles de estrechas interrelaciones
El problema estriba en los miles de interrelaciones que se tejen entre los elementos que constituyen los sistemas acu¨¢ticos. ¡°Cuando se elimina uno, repercute en toda la cadena tr¨®fica [relaciones alimentarias entre las especies de un ecosistema]¡±, explica Santos Cirujano, uno de los mayores expertos en Espa?a en zonas h¨²medas continentales. No se trata de que una especie se sustituya por otra ¡°y problema arreglado¡±, porque no ser¨¢n las que necesitan muchas aves para alimentarse. Adem¨¢s, el parque nacional cambia, las tablas fluviales, al no inundarse, ¡°acaban colonizadas por plantas como el carrizo o la enea, sin gran inter¨¦s para muchas aves, o por tarayes, unos arbustos terrestres¡±, describe el cient¨ªfico.
Es la transformaci¨®n de un ecosistema acu¨¢tico en uno terrestre. Un proceso similar est¨¢ teniendo lugar en el parque nacional de Do?ana, en lo que se conoce como la daimielizaci¨®n de Do?ana, en referencia a los avisos que lleva lanzando el humedal manchego desde hace d¨¦cadas por la sobreexplotaci¨®n del acu¨ªfero. En el emblem¨¢tico espacio protegido andaluz primero aparece la pradera en las lagunas secas, despu¨¦s los juncales y por ¨²ltimo la vegetaci¨®n terrestre. No ocurre de un d¨ªa a otro, porque el sistema est¨¢ acostumbrado a la impredecibilidad de las lluvias. El problema es que al acu¨ªfero no le da tiempo a recuperarse para superar per¨ªodos secos como el actual.
Mientras el parque se va apagando, contin¨²a la pol¨¦mica en torno a si ser¨ªa necesario recibir, hasta que la situaci¨®n cambie, agua del trasvase Tajo-Segura de forma regular. Organizaciones como Ecologistas en Acci¨®n o SEO/BirdLife se manifiestan en contra, y aseguran que solo actuando en origen, en la agricultura, se podr¨¢ revertir la situaci¨®n. Sin embargo, otros cient¨ªficos consideran que llevar agua de otra cuenca es la ¨²nica medida a corto-medio plazo para salvar Las Tablas de Daimiel.
El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica informa a EL PA?S de que se est¨¢ elaborando un marco de actuaciones, que actualmente se encuentran en revisi¨®n. ¡°En cuanto est¨¦ finalizado [no indican la fecha] se presentar¨¢ y saldr¨¢ a informaci¨®n p¨²blica, como se hizo con el de Do?ana¡±, sostienen las mismas fuentes. Este a?o, adem¨¢s, el departamento de Teresa Ribera ha adquirido varias fincas en el entorno: Ca?ada del Gato, de 231 hect¨¢reas, y cinco fincas m¨¢s que suman 67,6 hect¨¢reas, estas ¨²ltimas con derechos de agua (pueden regar cultivos).
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