Jeremy Rifkin: ¡°Ser¨¢ el mercado el que nos saque del atolladero clim¨¢tico¡±
El economista y soci¨®logo alerta sobre el fin de la civilizaci¨®n hidr¨¢ulica y propone un gobierno biorregional para hacer frente a la crisis por el calentamiento global
Jeremy Rifkin (Denver, Colorado, 79 a?os) es un influyente economista y soci¨®logo cuyas ideas escuchan los poderosos de Bruselas a Pek¨ªn y uno de los pronosticadores m¨¢s fiables de nuestro tiempo, pero tambi¨¦n una oficina con sede en Bethesda, barrio acomodado a las afueras de Washington, ya en el Estado de Maryland. Tal vez por eso, Rifkin, autor de una veintena de libros, habla en plural. No es una figura ret¨®rica, ni el s¨ªntoma de un trastorno de personalidad m¨²ltiple. ¡°Mi trabajo siempre es en equipo¡±, explic¨® recientemente en una larga entrevista celebrada en una sala de juntas de un edificio de cristal. ¡°Cuando hablo de nosotros, lo hago tambi¨¦n de los Gobiernos con los que colaboro, y de un grupo llamado TIR Consulting, en el que participan las mejores mentes del mundo en materia clim¨¢tica¡±.
TIR son las siglas en ingl¨¦s de Tercera Revoluci¨®n Industrial, a la que Rifkin dedic¨® un exitoso ensayo en 2011. Acaba de publicar Planeta Aqua (traducido Pedro Pacheco Gonz¨¢lez y, como el resto, publicado en Paid¨®s), un libro de objetivo no precisamente modesto: hacer que repensemos nuestro lugar en el universo. Conseguir sacar a la Humanidad de ¡°un error en el que ha estado metida durante seis mil a?os¡±, que son los que, desde Mesopotamia, suma la ¡°civilizaci¨®n hidr¨¢ulica¡±. Lograr que cunda la conciencia de que en realidad no vivimos en el Planeta Tierra, sino en el Planeta Agua. Solo as¨ª podremos hacer frente a lo que se avecina, seg¨²n Rifkin: ¡°La hidrosfera se est¨¢ rebelando¡±.
El ensayo salta de las ideas de Adam Smith y John Locke al concepto de lo sublime, de modo parecido al que en la conversaci¨®n pasa de la agricultura neol¨ªtica a la creaci¨®n de los parques Nacionales en Estados Unidos y el movimiento clim¨¢tico juvenil que pareci¨® capaz de cambiar las cosas justo antes de la pandemia. ¡°Nuestra mayor arrogancia ha sido pensar que pod¨ªamos tener secuestrada durante tanto tiempo el agua del planeta para cubrir las necesidades de una sola especie, la nuestra, que representa menos del 1% de la biomasa, pero emplea el 25% del agua; pronto m¨¢s del 40%. Como consecuencia del calentamiento global provocado por los combustibles f¨®siles, los estudios auguran que la gran mayor¨ªa de las presas colapsar¨¢, ya sea por inundaciones o sequ¨ªas, para 2050. Y nadie quiere enfrentar ese problema¡±, advierte.
Pregunta. ?Por d¨®nde sugiere que empecemos a abordarlo?
Respuesta. Por ejemplo, ense?ando a los ni?os desde peque?os que viven en el Planeta Agua. ?Por qu¨¦ no ense?arles tambi¨¦n que los r¨ªos, lagos y arroyos deben circular libremente y que, como ya lo han reconocido en algunos lugares, de Australia a Quebec, tienen derecho a existir y a fluir? El agua no es un recurso; el agua es una fuente de vida.
P. ?No concede demasiado poder a las palabras?
R. En absoluto. Los astronautas lo entendieron hace mucho. Fue en 1972. La tripulaci¨®n del Apolo 17 tom¨® una fotograf¨ªa de la Tierra, y fue una sorpresa. Pens¨¢bamos que saldr¨ªa un bello planeta, con todas las variantes del verde, pero no. Result¨® una esfera azul ba?ada por el sol. En 2021, mientras escrib¨ªa este libro, la Agencia Espacial Europea introdujo la expresi¨®n planeta Aqua. No entiendo por qu¨¦ las Constituciones no pueden reconocerlo. Ser¨ªa el primer paso para enfrentar un grave problema, dado que el agua ya est¨¢ empujando a una masiva migraci¨®n global. En 2050, 4.700 millones de personas vivir¨¢n en pa¨ªses que sufrir¨¢n amenazas ecol¨®gicas extremas.
P. ?Qu¨¦ opina de los planes de Elon Musk de fundar una civilizaci¨®n en Marte?
R. Son absurdos. Necesitamos un pacto verde y otro azul para este planeta, que es nuestra responsabilidad. El primero es fundamental; si no eliminas los combustibles f¨®siles, las sequ¨ªas, las inundaciones, las olas de calor y los incendios no remitir¨¢n. Pero al mismo tiempo es necesario un pacto azul, porque ya nos estamos enfrentando a esos problemas.
P. ?Son compatibles esos planes con el estilo de vida estadounidense, la pasi¨®n por el c¨¦sped y los campos de golf, incluso en zonas semides¨¦rticas del Sudoeste del pa¨ªs?
R. Tendr¨¢n que serlo, porque las compa?¨ªas aseguradoras dejar¨¢n de cubrir ciertas zonas. FEMA [la agencia que se encarga de la recuperaci¨®n tras los desastres naturales] lleva a?os permitiendo la reconstrucci¨®n en los mismos lugares. Una y otra vez. Es realmente est¨²pido. Ser¨¢ el mercado el que nos saque del atolladero clim¨¢tico.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con Trump en la Casa Blanca?
R. Soy optimista. ?Sabe por qu¨¦? Porque las pol¨ªticas clim¨¢ticas est¨¢n en realidad en manos de los Estados, que son los due?os del 92% de las infraestructuras. A ellos les interesan los coches el¨¦ctricos, la energ¨ªa solar, la e¨®lica. A ese nivel, la discusi¨®n no es pol¨ªtica, sino que se trata de saber lo que es bueno para los agricultores. Son los Estados republicanos los que se est¨¢n entregando a la energ¨ªa e¨®lica. Si tienes un terreno y pones molinos puedes sacarle un rendimiento extra. Por eso es un movimiento imparable, por mucho que a Trump no le guste.
P. O sea que el mercado nos salvar¨¢ de Trump.
R. Es el mercado, son los puestos de trabajo. Es la energ¨ªa solar y e¨®lica, la movilidad con transporte el¨¦ctrico, las microrredes de agua, el internet de las cosas. Tambi¨¦n la Inteligencia Artificial, aunque ah¨ª tenemos un problema. No hay agua para la IA. Para fabricar un chip de ordenador, se necesitan 30 litros. El a?o pasado se fabricaron 1,3 billones de chips. Insisto: nos falta el agua.
P. ?C¨®mo se convirti¨® el Green New Deal, el pacto verde del que usted se erigi¨® en ap¨®stol, en otro frente de la guerra cultural?
R. Por ciertos intereses. El sector los combustibles f¨®siles y las tabacaleras hicieron lo mismo en el pasado.
P. Usted predijo que los combustibles f¨®siles ser¨ªan historia en 2028. No parece que el poco tiempo que queda vaya a darle la raz¨®n.
R. La Agencia Internacional de la Energ¨ªa tambi¨¦n dijo hace dos a?os que en torno al final de esta d¨¦cada [la industria del] carb¨®n acabar¨ªa. Eso es un hecho. Es cierto que no anticipamos lo que ha sucedido con el gas y el petr¨®leo en los dos ¨²ltimos a?os, que han protagonizado un resurgir realmente terrible. Trump ha hecho bandera de eso, pero nunca lograr¨¢n amortizar las inversiones que prometen. Adem¨¢s, no est¨¢n explorando nuevas prospecciones, sino que est¨¢n pensando en agotar las que hay.
P. ?Le vence a veces el pesimismo?
R. No soy optimista ni pesimista. Tengo una esperanza moderada, pero no soy ingenuo. Puede que no lo logremos, pero tambi¨¦n puede que s¨ª. En dos a?os lo sabremos. La gente se comporta ante este problema como esa rana en la olla de agua que a¨²n no ha empezado a hervir. Est¨¢ entumecida, y no sabe muy bien c¨®mo acab¨® ah¨ª. La primera revoluci¨®n industrial tom¨® 25 a?os. La segunda, unos 30. As¨ª que cuando los padres me preguntan, preocupados por sus hijos, si seremos capaces, yo les digo que s¨ª, siempre y cuando cambiemos totalmente el modo en el que lidiamos con la vida cotidiana. La gobernanza tiene que ser biorregional, como corresponde a esta era glocal. Los eventos clim¨¢ticos no entienden de fronteras pol¨ªticas, las inundaciones, las sequ¨ªas y las olas de calor atraviesan ecosistemas comunes. Los pa¨ªses tienen que colaborar para hacer frente a esos problemas. En Estados Unidos tenemos experiencia en eso. Hay dos grandes gobiernos bioregionales que han estado aqu¨ª durante 30 a?os, el de Cascadia ¨DWashington, Oregon, Montana, Idaho, Saskatchewan, Yukon, Columbia Brit¨¢nica¨D y los Grandes Lagos. Juntos representan el 20% de toda el agua dulce que queda en todo el planeta. Europa solo tiene una. ?Y sabe d¨®nde est¨¢?
P. ?En el Mediterr¨¢neo?
R. As¨ª es. Espa?a es un actor esencial en el Mediterr¨¢neo. Es un pa¨ªs con muchas posibilidades, porque es una naci¨®n de regiones, lo que es id¨®neo para establecer una gobernanza biorregional. Adem¨¢s, ustedes tienen un papel esencial en Europa. Me gustar¨ªa que Espa?a fuera el primer pa¨ªs que diera un segundo nombre oficial a este planeta como Planeta Agua. Creo que otros pa¨ªses seguir¨ªan ese ejemplo. Europa es el continente m¨¢s amenazado del mundo en la actualidad y el Mediterr¨¢neo se est¨¢ moviendo mucho m¨¢s r¨¢pido, el calor aumenta mucho m¨¢s, y eso trae m¨¢s inundaciones, sequ¨ªas, olas de calor e incendios forestales.
P. La dana de Valencia ser¨ªa un ejemplo tr¨¢gico de eso...
R. Efectivamente. El Mediterr¨¢neo, y Espa?a en particular, son los canarios en la mina. Una biorregi¨®n con 540 millones de habitantes, que se extiende por tres continentes, adem¨¢s del escenario en el que se libra la ¨²ltima guerra geopol¨ªtica...
P. ?La ¨²ltima?
R. La geopol¨ªtica est¨¢ dando sus ¨²ltimos coletazos, se dir¨ªa que hacia el hundimiento del mundo. Todos luchan contra todos, como en una ¨²ltima partida. Vivimos en una biosfera global. La ¨²nica forma en que podemos enfrentarnos al futuro es a trav¨¦s de la gobernanza biorregional. Repito: las inundaciones, las sequ¨ªas, las olas de calor o los incendios forestales no entienden de fronteras.
P. ?Y c¨®mo casa eso con el rearmamiento del nacionalismo en todo el mundo y el Am¨¦rica Primero de Trump?
R. Son las ¨²ltimas bocanadas de un mundo que se muere. La civilizaci¨®n hidr¨¢ulica urbana est¨¢ derrumb¨¢ndose. No podemos seguir viviendo as¨ª, secuestrando el agua para nuestros intereses. Esa es mi llamada de atenci¨®n. Solo espero que alguien la escuche.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.