Jos¨¦ Luis G¨®mez pone el dedo en la llaga de las conciencias
El director estrena 'La paz perpetua', obra de Juan Mayorga con el Centro Dram¨¢tico Nacional
El Centro Dram¨¢tico Nacional presenta hoy una de las producciones m¨¢s importantes de la temporada teatral. La puesta en escena por parte de Jos¨¦ Luis G¨®mez, que en esta ocasi¨®n es director y escen¨®grafo, de La paz perpetua, una de las obras fundamentales de la dramaturgia de Juan Mayorga, la gran esperanza de la autor¨ªa teatral espa?ola contempor¨¢nea. El montaje que se estrena el jueves 24 en el Teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid, donde permanecer¨¢ hasta el 8 de junio, para luego iniciar una larga gira nacional, aborda sin tapujos, con distanciamiento e incluso con humor cuestiones que giran en torno al terrorismo.
La paz perpetua, cuyo t¨ªtulo lo ha tomado prestado el tambi¨¦n matem¨¢tico y fil¨®sofo Juan Mayorga de Emmanuel Kant, es la historia de tres perros que, en un lugar secreto, compiten para conseguir un codiciado collar blanco y con ¨¦l la distinci¨®n de perro antiterrorista de ¨¦lite, "una profesi¨®n con mucho futuro". A trav¨¦s de sucesivas pruebas a las que son sometidos, trasciende uno de los m¨¢s acuciantes dilemas ¨¦ticos de la vida pol¨ªtica y social de hoy: ?hasta d¨®nde podemos llegar para combatir el terrorismo". Autor y director vuelven a poner el dedo en la llaga de nuestras conciencias con una nueva y estremecedora met¨¢fora del reino animal, tras ?ltimas palabras de Copito de Nieve y La tortuga de Darwin de Juan Mayorga y el kafkiano Informe para una Academia de Jos¨¦ Luis G¨®mez.
G¨®mez tiene claro que su trabajo no ha consistido en s¨®lo poner el texto en pie: "Se trata de recoger la atmosfera de todo lo que hay alrededor del asunto que plantea Mayorga; en el fondo estamos ante un examen de conciencia, hablo de los black waters, de esas gentes que optan a un cuerpo de seguridad de ¨¦lite y que aqu¨ª se han convertido en unos perros porque el autor ha manejado una par¨¢bola maravillosa", se?ala el director quien como acostumbra en ¨¦l se ha tirado dos meses de ensayos, pero antes ha estado largo tiempo buscando y rebuscando las m¨²sicas, los espacios (tambi¨¦n se ha responsabilizado de la escenograf¨ªa) y de hecho hizo dos talleres de b¨²squeda y de preparaci¨®n: "Ah¨ª fue cuando me di cuenta que ser¨ªa un error imitar a perros para poner en pie este texto; por otra parte siempre fui consciente de que contaba con tres actores abadia muy entrenados", dice en referencia a Israel Elejalde, Julio Cort¨¢zar y Jos¨¦ Luis Alcobendas, ya que Fernando Sansegundo, por su personaje, no tiene que demostrar dotes f¨ªsicas especiales y Susi S¨¢nchez es el ¨²nico humanoide de la obra.
"A partir de ah¨ª tuvimos talleres con Mar Navarro, con quien he trabajado durante a?os cuestiones relativas a las posibilidades de los cuerpos y con una exactriz del Odin Teatret..., no quer¨ªa maestros del movimiento para que hubiera imitaciones, porque me aferr¨¦ a la idea de que no eran perros, son canes b¨ªpedos y a partir de ah¨ª el lenguaje se empez¨® a desarrollar de manera fluida y esas figuras estaba claro que eran gente del pueblo, personas corrientes y cada una acude por una necesidad distinta", se?ala G¨®mez quien a¨²n ahora se fascina con la propuesta de Mayorga: "?l coge una met¨¢fora central, de un tema que preocupa a todo el planeta como es el terrorismo y entra en el tema para plantear lo que comporta la conculcaci¨®n de derechos por motivos de seguridad, cu¨¢l es el precio de la seguridad y expande la obra hacia el amor, la lealtad, el resentimiento, el rencor, el servilismo ante el poder, la falta de oportunidades, porque todo entra ah¨ª y todo se trata y lo que se ha tratado, en lo que se llama la puesta en escena, va m¨¢s all¨¢ porque es el mundo interior de esos personajes; ese mundo expandido a partir del n¨²cleo del terrorismo habla de la vida humana, sobre el futuro".
La paz desde la violencia
G¨®mez, un hombre que acude a la reflexi¨®n casi machaconamente, relaciona esa atm¨®sfera de La paz perpetua con lo ocurrido desde la segunda guerra mundial: "La obra le¨ªda bajo ese prisma parecer¨ªa que el hombre, al evolucionar, es posible que encuentra la paz desde la violencia, como cuando Kant dice que es la naturaleza, porque el fil¨®sofo habla de naturaleza no de providencia, hay un proyecto para que se establezca una paz universal usando como medio para ello la discordia de los hombres", apunta el director quien piensa en voz alta cuando espeta: "Uno dir¨ªa que en la historia de Europa parece que se ha cumplido esa teor¨ªa, este devenir desde los a?os 50 hasta ahora se ha hecho con much¨ªsima inteligencia, hasta este momento uno se maravilla al ver c¨®mo se ha usado la discordia de las dos guerras mundiales para establecer la paz".
Claro que el director y escen¨®grafo no olvida que lo que ¨¦l hace es teatro: "El teatro es un juego y si no jugamos el espectador no se lo va a pasar bien, otra cosa que sea, como aqu¨ª lo es, un juego simb¨®lico, serio, sobre la vida y sobre la muerte, y ese juego simb¨®lico es el que llena toda la funci¨®n, que est¨¢ plagada de juegos teatrales". Tambi¨¦n en ella se juega con el concepto de dios. "Nos han trasmitido una idea de dios que no tiene definici¨®n, y las definiciones antropomorfas de la religi¨®n cristiana est¨¢n equivocadas, en mi opini¨®n; por mi parte s¨®lo puedo decir que soy un hombre con sentido religioso de la vida y esto se me escapa, mi dios es un dios que no premia, no castiga, no consuela, pero el hecho es que aqu¨ª si entramos a hablar de ello e intentamos que el p¨²blico sienta como hablamos de una aspiraci¨®n de lo absoluto".
El espect¨¢culo tambi¨¦n transita por el mundo de las ideolog¨ªas, o de la ausencia de ¨¦stas. G¨®mez se aferra a un concepto que acu?¨® la filosof¨ªa alemana (no hay que olvidar que el director se form¨® en Alemania en los a?os sesenta y setenta) cuando hablaba de visi¨®n del mundo: "Lo grave es no tener ideolog¨ªa y la visi¨®n del mundo trata de ir m¨¢s all¨¢ de la ideolog¨ªa porque se trata de un conjunto de ideas organizadas que te ayudan a ver el mundo y que para m¨ª incluye una idea que abarca aquellos aspectos que ata?en a lo que llamamos pol¨ªtica, y sobre todo a lo que es la existencia", dice G¨®mez quien piensa que los resultados hist¨®ricos de las ideolog¨ªas han llevado una rigidizaci¨®n y visi¨®n del mundo tiene que ver con una serie de convicciones m¨¢s que con algo b¨¢sico c¨®mo es preguntarnos de d¨®nde viene uno antes de nacer, a d¨®nde va y qu¨¦ ha venido a hacer.
"?Qu¨¦ hay qu¨¦ hacer?", se pregunta G¨®mez al tiempo que se da una posible respuesta: "Yo a¨²n mantengo mi pasi¨®n por el marxismo, me sigue fascinando, aunque todo desemboca en utilizaciones, el liberalismo termina en neoconservadurismo, el marxismo en marxismo-leninismo..., todo est¨¢ condenado a la esclerotizaci¨®n y hay que mantenerse flexibles, saber que las cosas cambian, que cosas por las que ayer nos hubi¨¦ramos matado hoy nos parecen livian¨ªsimas", y a?ade con la mirada perdida: "Seguramente si los responsables de una guerra, como la nuestra civil, pudieran ver el horror de lo que ven¨ªa y las consecuencias... no s¨¦ si se lo hubieran pensado, y si los que se sublevaron se ponen a pensar que al cabo de los 40 a?os de aquello iba a estar en Espa?a el mismo gobierno que ellos derrotaron, creo que se preguntar¨ªan algo".
"Ameno y divertido y profundo"
G¨®mez vuelve a La paz perpetua para hablar de los motivos por los que cree que la gente debe ver este espect¨¢culo: "Porque es un espect¨¢culo sobre un texto b¨¢sico de la literatura contempor¨¢nea espa?ola, creo adem¨¢s que es ameno y divertido y profundo y conmovedor y apasionante y queremos que sea detonador de muchas preguntas..., he pretendido con mucho esfuerzo que un placer inteligente, a fin de cuenta", se?ala este director que ha salido de su Teatro de la Abad¨ªa que dirige hace doce a?os porque cre¨ªa tener las condiciones id¨®neas para hacerlo.
"Hago muy pocos montajes porque s¨®lo abordo los textos que me conmueven profundamente, a fin de cuentas ya no tengo que hacer manos, escalas, el oficio ya lo tengo y por tanto s¨®lo hay que enfrentarse a textos que signifiquen algo en la vida de cada uno, adem¨¢s si estuviera haciendo obras todos los d¨ªas no saldr¨ªa este espect¨¢culo, dedico mucho tiempo", dice este profesional que necesita llegar a una gran complicidad con los actores para poner en pie algo: "Si no es imposible trabajar tan desde dentro, con el cuerpo y la palabra, porque todo se reduce al trabajo con el actor, todo lo dem¨¢s que se llama montaje es en el fondo algo de lo que se puede prescindir; Peter Brook lo ha demostrado en la pr¨¢ctica, con su teatro desnudo de los superfluo, y ahora se dedica mucho esfuerzo para el montaje y poco al actor, cuando es la palabra la que te transporta todo".
L¨¢grimas por un can
Jos¨¦ Luis G¨®mez, junto a Mayorga y los actores, han presentado hoy La paz perpetua ante la prensa, dejando claro que la obra m¨¢s que de terrorismo habla de los dilemas pol¨ªticos y morales que nos plantea el tema. Transitaba por esas disertaciones cuando G¨®mez dio muestras de que dentro de su cabeza no s¨®lo aflora reflexi¨®n, capacidad de trabajo, minuciosidad, talento..., tambi¨¦n afloran sentimientos que de repente, sin que ¨¦l los busque ni los convoque surgen como un torrente e incluso le juegan malas pasadas. El caso es que G¨®mez, por primera vez en su vida, llor¨® ante la prensa embargado por una emoci¨®n que no pudo o no quiso controlar al recordar como estos dos meses de ensayos ha tenido muy presente a un ser vivo con el que ha estado especialmente unido durante once a?os: su perra Palometa, una guapa labradora rubia con la que se le ha visto en m¨²ltiples ocasiones pasear o trabajar mientras su "compa?era" esperaba en silencio junto a sus pies. Tanto ¨¦l como el actor Israel Elejalde afirmaron que Palometa era una perra "de ensayos". Asist¨ªa a todos y nadie se explica como "sab¨ªa perfectamente cuando se hab¨ªa terminado de ensayar y ella ya pod¨ªa moverse y ladrar", dijeron actor y director, a lo que G¨®mez a?adi¨® que era "el animal m¨¢s hermoso que ha habido en mi vida".
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