'Kinc¨®n' contra los acad¨¦micos de la RAE
Unos creativos publicitarios crean una palabra para que sea recogida por el diccionario
La cabeza de un creativo publicitario es un mundo salvaje y descarado. Su trabajo consiste en que nuestros comportamientos se vean modificados junto a nuestros patrones de consumo. Una buena campa?a puede hacer que compremos algo que no necesitamos, que cojamos cari?o a algo que detest¨¢bamos o, seg¨²n los creativos de la agencia Vitruvio-Leo Burnett, que comencemos a hablar con palabras que no existen.
Un chispazo de ingenio de dos creativos de esta agencia les ha hecho parir la palabra kinc¨®n, bas¨¢ndose en un criterio que adeuda m¨¢s al cine que al l¨¦xico. El vocablo es una castellanizaci¨®n de King Kong, el ic¨®nico simio creado por Merian Cooper y Ernest Schoedsack en el cl¨¢sico cinematogr¨¢fico de 1933.
El palabro ha sido acu?ado por Jorge L¨®pez, de la agencia, para festejar un doble aniversario. Este 2008 el monstruo cumple 75 a?os de vida, mientras que el Festival Internacional de Cine de Sitges cumple 10 a?os. El certamen, que utiliza al simio en su logotipo, le ha regalado una campa?a publicitaria.
Es as¨ª como ha nacido King Kong para siempre, un portal que recoge todos los recursos con los que kinc¨®n cuenta para hacer una proeza, volverse parte del lenguaje. Entre ellos una canci¨®n compuesta por Riki L¨®pez y un v¨ªdeo en el que un kaiser, un kiwi y un keniata -algunas de las 200 palabras que comienzan con k en el diccionario de la RAE- piden la inclusi¨®n de la nueva palabra en el diccionario.
Dice Jos¨¦ Antonio Bayona, el director de El Orfanato, que kinc¨®n es "cuando so?amos con esa persona amada que no nos ha correspondido". En Vitrubio aseguran que es "aqu¨¦l que ha quedado prendado de un amor imposible". Hasta el momento, cerca de 2.400 personas han respaldado la propuesta en la p¨¢gina web en algo m¨¢s de un mes. Es posible que sean ellas las ¨²nicas que conozcan la acepci¨®n de la palabra. En la agencia lo niegan. "Ha trascendido el producto", dice L¨®pez, "el otro d¨ªa una amiga le dec¨ªa a otra: 'eres la m¨¢s kincona', porque se hab¨ªa enamorado de un cura que adem¨¢s era gay".
Jos¨¦ Manuel Blecua, secretario de la RAE dice que la iniciativa le parece "muy leg¨ªtima y democr¨¢tica" pero poco factible. "[La campa?a] ignora la cualidad del nombre propio en la Lexicograf¨ªa", asegura. El acad¨¦mico hace referencia a la facultad propia y ¨²nica de los nombres, que es lo que nos hace excepcionales. "Viven con los elementos de su referencia, por ello no son iguales a otras palabras de la lengua".
Pero siempre hay una excepci¨®n a la regla, ?no? Esto lo sabe Jorge L¨®pez. "No es tan descabellado", dice el creativo. Se escuda diciendo que algunos personajes han entrado al diccionario. All¨ª est¨¢n robins¨®n, por el personaje de Daniel Defoe; donju¨¢n, por el Tenorio y lolita, la seductora ni?a de la novela de Vladimir Nabokov.
Blecua lo reconoce y defiende el uso -y existencia- de algunos adjetivos que derivan de la conducta de otros personajes de ficci¨®n. Entre ellos rocambolesco, chaplinesco y cantinfleada. "Pero Chaplin o Cantinflas", explica el secretario de la RAE, "no est¨¢n en el diccionario".
"Nos hemos informado y sabemos que hay dos maneras de que una palabra entre al diccionario", dice Jorge L¨®pez. La primera de ellas es que sea aprobada en la reuni¨®n que todos los jueves celebra el Pleno de la Academia. La propuesta puede venir de alg¨²n acad¨¦mico, de una de las 10 comisiones de trabajo o del Instituto de Lexicograf¨ªa de la instituci¨®n. La segunda forma es mediante consultas externas, en las que la gente puede hacer llegar comentarios sobre acepciones, as¨ª como se?alar errores. Pero propuestas de palabras hay pocas, dice Blecua.
El equipo detr¨¢s de King Kong para siempre ha enviado a la escritora Ana Mar¨ªa Matute dos cartas explicando la iniciativa. La autora de Los hijos muertos, que ocupa el sill¨®n K may¨²scula, a¨²n no ha mostrado su parecer sobre kinc¨®n. "No queremos presionarla, pero nos gustar¨ªa saber qu¨¦ opina sobre todo esto", dice Jorge.
De esta forma King Kong ha dejado el Empire State de Nueva York para librar una batalla en la calle madrile?a de Felipe IV, en la sede de la RAE. De perderla hay poco que lamentar. El paso a la Historia ya lo ha logrado.
El Cine, nuestro lenguaje
Hace exactamente una semana, el cineasta Jos¨¦ Luis Borau fue recibido como acad¨¦mico de n¨²mero en la RAE para ocupar el sill¨®n B may¨²scula. El ingreso del director ha sido un verdadero motivo de celebraci¨®n para cineastas y cin¨¦filos. Se trata del segundo realizador en entrar a la instituci¨®n despu¨¦s de Fernando Fern¨¢n G¨®mez.
"El ser humano parece no haber ca¨ªdo en la cuenta de lo que realmente ha supuesto la irrupci¨®n del Cine en nuestra mente, y de rebote, en el af¨¢n de comunicarnos con el pr¨®jimo", dijo Borau ante los acad¨¦micos en un discurso que rastreaba exhaustivamente las huella del cine en el lenguaje.
Antes, asegur¨® el octogenario cineasta, "s¨®lo cont¨¢bamos con dos armas a la hora de expresarnos: el conocimiento directo, es decir, lo que le hab¨ªa ocurrido a uno, y el heredado, es decir, lo que nos hubiera transmitido alg¨²n semejante por haberle ocurrido a ¨¦l".
Borau cree que el relato visual, compuesto por las "im¨¢genes vivas, ciertas o falsas, inmateriales y luminosas" ha trastocado la forma tradicional de conocer y darse a entender. "De ah¨ª la tendencia a echar mano del recuerdo cinematogr¨¢fico, de sus escenarios, de sus personajes, de sus di¨¢logos, de los t¨ªtulos incluso. Todo para entendernos mejor, para recrearnos o aprender con lo que vimos una vez. Para seguir tirando de la vida sin tanto esfuerzo", dijo.
Babelia
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