Google limita su proyecto de escaneado de libros para aplacar las cr¨ªticas
El nuevo acuerdo presentado ante el juez restringe su ¨¢mbito de aplicaci¨®n a obras editadas en el mundo anglosaj¨®n
La cascada de cr¨ªticas al plan del buscador inform¨¢tico Google de digitalizar y explotar millones de libros online ha forzado que esta compa?¨ªa revise los t¨¦rminos del acuerdo que alcanz¨® en 2008 con el gremio de autores y la asociaci¨®n de editores de EE UU. El pacto revisado, presentado el viernes por la noche ante el juez que lleva el caso, lima algunos de los aspectos m¨¢s criticados por el Departamento de Justicia de EE UU, Francia, Alemania, el lobby Open Book Alliance (Microsoft, Amazon, Internet Archive...) y grupos de expertos, consumidores y usuarios. El principal cambio, seg¨²n Google, es la limitaci¨®n del ¨¢mbito de libros al que afecta el nuevo acuerdo: s¨®lo aqu¨¦llos editados en la ¨®rbita del mundo anglosaj¨®n.
Para intentar aplacar las cr¨ªticas lanzadas desde Francia y Alemania, el nuevo texto restringe el cat¨¢logo de libros que Google digitalizar¨¢ sin previo aviso: ser¨¢n s¨®lo aqu¨¦llos publicados en EE UU, Reino Unido, Australia y Canad¨¢, o que est¨¦n registrados en la oficina de copyright de EE UU. "A no ser que est¨¦n registrados en EE UU, cualquier libro del resto del mundo queda fuera del ¨¢mbito del nuevo acuerdo que se ha presentado al juez", ha declarado por v¨ªa telef¨®nica Luis Collado, responsable para Espa?a y Portugal del proyecto de Google Libros.
Google, pues, fracciona los tiempos en los que su proyecto se desarrollar¨ªa: acelarar¨ªa el proceso en el mundo anglosaj¨®n y lo retrasar¨ªa (a la b¨²squeda de m¨¢s apoyos y consenso) en Europa: "Vemos como una oportunidad perdida el limitar la cobertura internacional... hay muchos libros que no van a recuperar la visibilidad. Es una pena que todos esos libros no est¨¦n bajo el acuerdo. La intenci¨®n de Google es comenzar a hablar con los editores europeos para intentar llegar a acuerdos m¨¢s o menos similares al estadounidense. Esas conversiones comenzar¨¢n en las pr¨®ximas semanas o meses", ha dicho Collado.
Libros 'hu¨¦rfanos'
Las enmiendas al texto, que ocupan unas 30 p¨¢ginas, acaban con la hegemon¨ªa de Google sobre el uso de los libros descatalogados y las llamadas obras hu¨¦rfanas (aqu¨¦llas de las que se desconoce el due?o de los derechos). As¨ª, se modifica la figura del Registro de Libros (el mecanismo de gesti¨®n de los ingresos que genere la explotaci¨®n de los libros escaneados). Ese registro funcionar¨ªa ahora con un fondo fiduciario independiente en el que depositar el dinero mientras aparecen los due?os de los derechos. Si ese dinero no fuese reclamado en un plazo de 10 a?os, se destinar¨ªa a obras de caridad. Con el visto bueno del Congreso de EE UU, ese fondo fiduciario independiente podr¨ªa conceder licencias para que otras compa?¨ªas tambi¨¦n explotasen las obras hu¨¦rfanas.
Adem¨¢s, el acuerdo revisado elimina un art¨ªculo en el que se garantizaba que el Registro de Libros conceder¨ªa a Google cualquier mejora que pudiera brindar un hipot¨¦tico nuevo acuerdo firmado entre los competidores del buscador y los autores y editores de EE UU.
Estos cambios deben ser aprobados por el juez que lleva el caso. Se espera que ¨¦ste convoque en la pr¨®xima semana una vista informativa para escuchar de nuevo los argumentos a favor y en contra de las partes implicadas.
Reacciones
Un representante del Departamento de Justicia de EE UU ha declarado a The New York Times que est¨¢n revisando el nuevo acuerdo y que, no obstante, contin¨²a en marcha la investigaci¨®n sobre posibles pr¨¢cticas monopol¨ªsticas por parte de Google y los firmantes del pacto.
La Federaci¨®n de Editores Europeos (FEE), ha declarado en un comunicado que "es positivo que las partes tengan en cuenta las inquietudes de los editores europeos y se hagan avances". "Apreciamos la intenci¨®n de excluir [del acuerdo] los libros no anglosajones, aunque todav¨ªa necesitamos analizar mejor las implicaciones de esta exclusi¨®n y las consecuencias pr¨¢cticas de la definici¨®n adoptada", agrega la nota.
Por su parte, uno de los presidentes de la Open Book Alliance, Peter Brantley, ha se?alado que los cambios introducidos no son m¨¢s que "un juego de manos": "Este acuerdo sigue siendo un traje a medida dise?ado para servir a los intereses comerciales de Google y sus socios. Ninguno de los cambios propuestos parece abordar los fallos que ata?en al inter¨¦s p¨²blico, se?alados por el Departamento de Justicia y otros cr¨ªticos. Mediante una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica, Google, la asociaci¨®n de editores y el gremio de autores, intentan que la gente se distraiga y no vea sus esfuerzos para establecer un monopolio sobre el acceso y distribuci¨®n de contenidos digitales, usurpar el papel del Congreso en el establecimiento de pol¨ªticas sobre derechos de autor, poner en peligro los presupuestos de las bibliotecas (...) y establecer un peligroso precedente al abusar del proceso de demanda colectiva".
En cuanto a la acusaci¨®n de "usurpaci¨®n del papel de Congreso de EE UU", Google ha se?alado que el nuevo acuerdo "soluciona en gran medida" ese problema al dotar de "m¨¢s legitimidad a cualquiera de las partes o nuevas partes para modificar aspectos claves del mismo".
Magdalena Vintent, presidenta de la Federaci¨®n Internacional de Entidades de Gesti¨®n de Derechos de Reproducci¨®n, que tambi¨¦n dirige CEDRO, la rama espa?ola de dicha organizaci¨®n, ha reiterado en la web Portaltic.es que tal y como estaba previsto, si el acuerdo finalmente sale adelante le ser¨¢ reclamada a Google parte de la indemnizaci¨®n (con un adelanto de 34 millones de euros) que el buscador puso en su d¨ªa encima de la mesa para resarcir a autores y editores. El pasado mes de enero CEDRO ofreci¨® a sus socios la posibilidad de llevar a cabo en su nombre las gestiones pertinentes para ello. Hasta la fecha 9.254 autores y 730 editoriales ha solicitado los servicios de CEDRO. Ahora, no obstante, la mayor¨ªa de ellos quedar¨¢n fuera del acuerdo (sus libros no ser¨¢n digitalizados ni explotados).
Google ha recordado hoy que "si hay alg¨²n libro de autor o editor espa?ol que registrado en la oficina de copyright de EE UU -y ese libro est¨¢ digitalizado por Google-, entonces s¨ª cae bajo el paraguas del acuerdo y tiene derecho a la indemnizaci¨®n prevista, de 60 d¨®lares por t¨ªtulo".
En origen, el acuerdo renovado busca poner fin a un proceso judicial contra Google desencadenado en 2005 por los editores y autores de EE UU.
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