La esperanza cr¨ªtica de Vidal-Beneyto
Cuando Cecile Vidal me anunci¨® el fallecimiento de Pep¨ªn, despu¨¦s de una l¨¢nguida estancia de nueve semanas en la cl¨ªnica la Piti¨¦-Salp¨ºtri¨¨re de Par¨ªs, pens¨¦ que su despedida quiz¨¢ haya sido la ¨²nica acci¨®n cometida con demora por un hombre, como le llam¨® Paul Preston, infatigable.
El prolongado adi¨®s a este mundo, pronunciado con su inconfundible sonrisa de complicidad, nos permiti¨®, a sus amigos, llegar a tiempo al hospital y darle por ¨²ltima vez la mano que con tanta firmeza hab¨ªa apretado un hombre cuya fruct¨ªfera biograf¨ªa es la expresi¨®n del combate intelectual y pol¨ªtico que ha dado forma a la historia reciente de Espa?a.
Desde que en 1962 particip¨® en la organizaci¨®n del contubernio de Munich, Pep¨ªn Vidal-Beneyto ha sido un intelectual de acci¨®n imprescindible para entender la agitada tarea iniciada en aquella decisiva cita pol¨ªtica. Fue Tierno Galv¨¢n el que nos record¨® que "sin su intervenci¨®n personal, sin su enorme capacidad persuasoria y movilidad, el acontecimiento de M¨²nich no hubiera sido posible".
Doctor en Derecho, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, profesor y director del Coll¨¨ge des Hautes Etudes Europ¨¦ennes de Par¨ªs, presidente del Comit¨¦ Internacional de Comunicaci¨®n, Conocimiento y Cultura de la Asociaci¨®n Internacional de Sociolog¨ªa, y su presidente de Honor desde 1990, Chevalier de la Legion d'Honneur, doctor honoris causa de la Universitat de Val¨¦ncia, director general de Cultura, Educaci¨®n y Deportes del Consejo de Europa (1985-1991)...
Su brillante trayectoria acad¨¦mica, su penetrante reflexi¨®n de analista, su elocuente dicci¨®n como ponente en innumerables conferencias y congresos internacionales, sus dotes para la erudici¨®n pol¨ªglota, su liderazgo en las redes multidisciplinares y su visi¨®n anticipada de lo inminente, hac¨ªan de Pep¨ªn un gran militante de la cultura. Cuando se expuls¨® de la universidad a Tierno Galv¨¢n, Aranguren y Garc¨ªa Calvo, Pep¨ªn Vidal-Beneyto fund¨® para acogerlos el Centro de Ense?anza e Investigaci¨®n (CEISA), y m¨¢s de 40 a?os despu¨¦s, en el 2006, inaugur¨® la fundaci¨®n AMELA (Area Mediterr¨¢neo-Latinoamericana). Nunca dej¨® de promover las iniciativas que hicieran de la educaci¨®n, la reflexi¨®n y la acci¨®n pol¨ªtica un ¨²nico ariete de transformaci¨®n cultural.
Sin haber descuidado la sensibilidad cristiana cultivada en sus a?os juveniles, Pep¨ªn se fue transformando en un activo opositor a Franco, en un activista de la causa europea, en un investigador apasionado por las corrientes intelectuales que atravesaron el siglo XX, en un indignado cr¨ªtico contra la prepotencia financiera de nuestro tiempo.
Su vocaci¨®n de agitador se mantuvo indemne a trav¨¦s de las d¨¦cadas y nada result¨® ajeno a su sentido del compromiso. Era capaz de coger seis aviones consecutivos para dar una charla a un grupo de j¨®venes pendientes de la ¨²ltima sesi¨®n del Foro de Porto Alegre, escribir sus puntuales columnas en el diario EL PA?S, poner su firma al pie de los manifiestos urgentes y contribuir con su presencia a cuanto acto reanudara la vitalidad de la sociedad civil.
Siempre recordaba con orgullo haberse incorporado desde el primer momento al n¨²cleo fundador del diario EL PA?S, el m¨¢s fiel exponente del pa¨ªs al que quer¨ªa pertenecer. Como editor y autor se hizo cargo de los libros que exig¨ªan su rigor anal¨ªtico: Alternativas populares a las comunicaciones de masa (1979), Posibilidades y limites del An¨¢lisis Estructural (1981), El Pa¨ªs o la referencia dominante (1985), Hacia una sociedad civil global (2003), El reto constitucional de Europa (2005), Derechos Humanos y Diversidad Cultural (2006), Memoria Democr¨¢tica (2007), Am¨¦rica Latina, hacia su unidad (2008)...
Es imposible citar aqu¨ª todos sus trabajos pero quiz¨¢ sea su libro de memorias Diario de una ocasi¨®n perdida (Kair¨®s, 1981) el que mejor da cuenta del destino reservado a un intelectual entrometido en la acci¨®n pol¨ªtica: demasiado exigente para caber en el seno de unos partidos que se conforman con la obediencia de sus miembros.
Pep¨ªn Vidal supo conciliar las exigencias morales del pensamiento cr¨ªtico y la responsabilidad institucional de entender las limitaciones del mundo. Su recorrido vital ha sido un infatigable testimonio de exigencia cient¨ªfica, solvencia pol¨ªtica y radical independencia de criterio.
Ahora que ya se ha ido, cuando nada m¨¢s podemos decirle, pienso que su influencia perdurar¨¢ entre los que admiran la rara conjunci¨®n de inteligencia, humor, ganas de vivir y esa esperanza cr¨ªtica que Pep¨ªn glos¨® en sus libros y sostuvo con tanto br¨ªo en su larga y prol¨ªfica vida.
Podr¨ªa desearle "descansa en paz" pero no creo que me lo perdonase.
Basilio Baltasar es escritor y director de la Fundaci¨®n Santillana.
Babelia
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