El Retiro es un parque de Buenos Aires
Cada vez son m¨¢s las editoriales argentinas que se instalan en Espa?a
El pr¨®ximo viernes, a las 11.00 el Pabell¨®n Carmen Martin Gaite de la Feria del Libro de Madrid acoger¨¢ la presentaci¨®n del libro de Ignacio Ramonet La explosi¨®n del periodismo. Al lado del periodista hispano-franc¨¦s se sentar¨¢n Sami Na?r y Ana Pastor. El acto, adem¨¢s de para hablar de un ensayo sobre la crisis de la prensa y la revoluci¨®n de las redes sociales -algo se dir¨¢, seguro, sobre el 15-M-, servir¨¢ para celebrar el aterrizaje en Espa?a de la editorial que lo publica: Clave Intelectual.
El sello argentino se llama Capital Intelectual del otro lado del Atl¨¢ntico. El cambio de nombre, que busca, se supone, adaptarse a la mentalidad de cada pa¨ªs, dar¨ªa pues para otro ensayo. ?Ponen reparos los espa?oles a la palabra capital? ?Les da fr¨ªo, miedo, pereza, sue?o? Entretanto, intelectual parece que mantiene la buena reputaci¨®n. Sea como fuere, la reci¨¦n llegada se une al feliz goteo de editoriales argentinas que en los ¨²ltimos a?os han decidido distribuir sus libros en Espa?a por eso que llaman el circuito general, es decir, m¨¢s all¨¢ de un pu?ado de heroicas (y caras a la fuerza) librer¨ªas especializadas. Muchos lectores recuerdan todav¨ªa con nostalgia el a?o en que una exc¨¦ntrica caseta rioplatense dispensaba en el Retiro los t¨ªtulos de, por ejemplo, Beatriz Viterbo, la m¨¢s entusiasta editora de C¨¦sar Aira.
La excentricidad se ha convertido en norma y hace ya tiempo que los libros de Katz, Adriana Hidalgo, Clase Turista o La Compa?¨ªa (esta en colaboraci¨®n con la madrile?a P¨¢ginas de Espuma) forman parte del paisaje de las mejores librer¨ªas espa?olas. Se unen as¨ª a sellos tan arraigados en Espa?a que casi nadie repara ya en su origen transatl¨¢ntico o en el de sus fundadores: Gedisa, Paid¨®s, Emec¨¦, Sudamericana...
"Espa?a es el centro del mundo editorial en espa?ol", dec¨ªa hace unas semanas Pablo Braun delante de un caf¨¦ mientras hablaba de su editorial, Eterna Cadencia, una marca ligada a la ya m¨ªtica librer¨ªa de Buenos Aires que acaba de instalarse en Europa y que, como avanzadilla, ha reeditado El precio era alto, de Francis Scott Fitzgerald, en la traducci¨®n de Marcelo Cohen, e Hijo de hombre, de Augusto Roa Bastos, con pr¨®logo de Sergio Ram¨ªrez (salvo en el pr¨®logo, en Roa ha coincidido con RBA). Una muestra tan solo de un cat¨¢logo que incluye nombres como los de Claire Keegan, Margo Glantz, Diamela Eltit, Fabio Morabito, Mario Bellatin o Daniel Guebel.
Por su parte, Capital Intelectual, que se estrena aqu¨ª con una biograf¨ªa de Simone Weil y sendos ensayos del periodista Pedro Brieger -El conflicto palestino-israel¨ª y ?Qu¨¦ es Al Qaeda?-, se estrena tambi¨¦n con un lema -"Libros para los lectores m¨¢s exigentes"- que, m¨¢s all¨¢ de la mera publicidad -?qu¨¦ piensan los espa?oles de la palabra exigente?-, resumen bien el esp¨ªritu de la mayor¨ªa de las editoriales argentinas que se instalan en Espa?a y que, como la ¨²ltima en llegar, distribuyen una media de 20 t¨ªtulos al a?o.
La narrativa menos comercial y el ensayo son las se?as de identidad de un grupo de editores que todav¨ªa creen en la inteligencia de sus potenciales lectores (espa?oles incluidos). Si por sus obras se les conoce, ah¨ª est¨¢n las de Aby Warburg, Hal Foster, Didi-Huberman, Clarice Lispector, Antonio Di Benedetto (Adriana Hidalgo); Bioy, Alberto Manguel, Nina Berberova, Ch¨¦jov -con sus notas in¨¦ditas en castellano- (La Compa?¨ªa); Walter Benjamin, Susan Buck-Morss, Oscar Masotta, Josefina Ludmer (Eterna Cadencia); Martha C. Nussbaum, Michel Pastoureau, Roberto Zapperi,Gerald Allan Cohen -o su coediciones con el CCCB (Todorov, Goytisolo, Butler...)- (Katz).
Vista la n¨®mina, podr¨ªa ser verdad que basta con pensar que los lectores son exigentes para que lo sean. Por suerte, la orilla argentina del Parque del Retiro cada vez es m¨¢s grande. Y se extiende m¨¢s all¨¢ de la Feria del Libro.
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