Una seta (nuclear) del sonido electr¨®nico
Barcelona acoge el festival 'tecno' m¨¢s potente de Europa, el S¨®nar, sin un escenario favorable
"Si quieres que alguien sepa que est¨¢s vivo en el mundo de la electr¨®nica tienes que ir al S¨®nar", asegura Fernando Ayesa, alias Uxuka, director del sello discogr¨¢fico Disboot, uno de los mejores altavoces de los artistas electr¨®nicos barceloneses. En Barcelona, desde hoy, se celebra el festival de m¨²sica electr¨®nica -m¨²sica avanzada, dicen ellos- m¨¢s importante de Europa. Tanto, que se exporta a Londres, a Tokio y, el a?o que viene, a Brasil. Es la 18? edici¨®n y se espera repetir cifras: m¨¢s de 150 artistas y m¨¢s de 75.000 asistentes. "Las cifras pueden asustar", admiten desde la organizaci¨®n del festival. ?Y todo esto de d¨®nde sale? ?Es Barcelona una capital del tecno? Pues, parad¨®jicamente, Barcelona no tiene escena electr¨®nica; o mejor dicho, vive en una no-escena. As¨ª lo cree Guillamino, uno de los m¨²sicos m¨¢s heterog¨¦neos de Catalu?a, que recuerda aquello de que "hay dos millones de artistas electr¨®nicos para dos mil personas de p¨²blico". Los protagonistas lo tienen claro: el S¨®nar tiene una potencia extraordinaria, pero el panorama electr¨®nico es muy limitado, sobre todo en industria discogr¨¢fica y en salas. Eso s¨ª: el nivel art¨ªstico es bueno y se podr¨ªa exportar mucho m¨¢s.
"Vas por el mundo y te preguntan igual por el S¨®nar que por la Sagrada Familia, con la misma pasi¨®n". Son palabras de Ferran Mascarell, consejero de Cultura de Generalitat, que las dijo en la presentaci¨®n del festival S¨®nar la semana pasada. Mascarell fue uno de los impulsores del evento de m¨²sica avanzada ya en 1994, facilitando que se instaurara en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea (CCCB). El Ayuntamiento de Barcelona crey¨® en un proyecto innovador. Y acert¨®. Seg¨²n el departamento de Promoci¨®n Econ¨®mica del Consistorio, una auditor¨ªa de Deloitte cifraba en 55 millones de euros el impacto econ¨®mico del S¨®nar en la ciudad. La Generalitat, v¨ªa Instituto Catal¨¢n de las Industrias Culturales, aportar¨¢ 120.000 euros anuales porque el S¨®nar sea embajador de lujo de la creatividad cultural catalana.
En estos 18 a?os en la m¨²sica electr¨®nica se ha pasado del acid al dubstep y al drum'n' bass, pasando por todo el abanico del tecno y del hardcore m¨¢s ruidoso. ?Qu¨¦ papel ha tenido Barcelona en este viaje musical? ?Qu¨¦ ha aportado? Pues, para empezar, int¨¦rpretes, productores y pensadores de la m¨²sica electr¨®nica. Probablemente, el artista tecno m¨¢s de moda en el panorama internacional, el m¨¢s buscado en la actualidad, es catal¨¢n, pero poca gente lo sabe. Se trata de Evol, alter ego de Roc Jim¨¦nez, un joven que no para de dar vueltas por Jap¨®n o Alemania. En Catalu?a no encuentra sitio y las ofertas que recibe son mejores fuera de Espa?a. Lo mismo le pasa a Paco Osuna, uno de los DJ m¨¢s relevantes de la m¨²sica de baile en las pistas europeas.
Escena no hay en Barcelona. "Para que haya una escena hacen falta salas, creadores e industria, y falta un poco de todo"; el paradigma lo recita Fernando Ayesa, responsable de Disboot Records, pero es casi un mantra repetido por todos aquellos que se mueven en el mundo del tecno. M¨¢s concretamente, Vicent Fibla, m¨²sico de electr¨®nica y fundador del refinado sello Spa.rk, asegura que "hay propuestas demasiado espont¨¢neas y poco ligadas entre ellas en Barcelona; S¨®nar representa, por su filosof¨ªa, lo opuesto". Para este artista de Sant Carles de la R¨¤pita, que ha viajado por Europa, "la escena electr¨®nica no la hacen los clubes". El sello Sta.rk tiene un evidente barniz electr¨®nico o tecno, una etiqueta que Fibla cree que provoca rechazo en el p¨²blico, "a pesar de que el que hacemos es buscar en los flequillos que quedan entre la electr¨®nica, que se encuentra por todas partes, y el resto de m¨²sica". Fibla lamenta que "en el mercado actual s¨®lo se busque la m¨²sica de pasarselo bien".
Por su parte, Ayesa, pamplon¨¦s que se gana la vida con negocios de chatarra (parece de pel¨ªcula, pero es su principal fuente de ingresos), explica que el sello que regenta naci¨® el 2008 "al ver que hab¨ªa creadores pero no hab¨ªa industria". El fundador de Disboot, firma con muchos seguidores en Alemania y Reino Unido, se?ala en cambio que "en Barcelona el p¨²blico ha crecido mucho, y puede seguir creciendo". De hecho, Disboot es un altavoz de artistas que se est¨¢n haciendo un nombre, como Downliners Sekt, que gracias a la BBC -que no se pierde el S¨®nar- ya es el primero en las listas de su categor¨ªa. De los discos de electr¨®nica no se vive, "no es rentable fabricar vinilos, pero se tiene que hacer en este mundo, da empaque". ?Escena en Barcelona? S¨ª que hay, dice Ayesa, pero es "inconsistente".
Uno de los term¨®metros que en cualquier lugar permite tomar la temperatura real de esto que se denomina escena musical es el estado de las salas. En Barcelona, b¨¢sicamente la actividad se mueve entre el Nitsa de Apolo, el Moog y el Razzmatazz (m¨¢s all¨¢ quedan recintos peque?os). De esto se queja el legendario ?ngel Molina, DJ de referencia para m¨¢s de una generaci¨®n. "Espa?a no ha tenido nunca una escena de clubes de m¨²sica electr¨®nica de baile, la ¨²nica cosa que se asemej¨® fue la Movida Madrile?a", asegura Molina, que a?ade que la Ruta del Bakalao podr¨ªa valer tambi¨¦n como ejemplo. B¨¢sicamente, para el conocido DJ hay un problema cultural, de p¨²blico, con este tipo de m¨²sica, porque "la gente sale pOR salir, no va buscando nombres o propuestas concretas". Es dif¨ªcil montar una escena con dos o tres salas. Pero es que no se puede crear un vivero. "Parece que las discotecas pervierten a la gente y el Ayuntamiento de Barcelona pone trabas", remacha Molina. Otro punto: "en los clubes de Barcelona no hay gente de m¨¢s 30 a?os, esto no pasa en Londres o Nueva York". Molina finaliza su an¨¢lisis lamentando que no haya m¨¢s variedad de tama?o por las salas. A esto se apunta Guillamino, que lamenta que "no haya un Heliog¨¤bal -la peque?a sala de Gr¨¤cia que arropa al nuevo pop y folk catalanes- en la electr¨®nica".
Otro problema que no ayuda a crear un boom de la electr¨®nica, seg¨²n Fibla, es que "los c¨®digos de la electr¨®nica no han variado en los ¨²ltimos diez a?os". Seg¨²n el fundador del sello Sta.rk, "la m¨²sica electr¨®nica quiz¨¢s es cerrada, pero no es pedante". En cambio, en una perspectiva m¨¢s positiva, Ayesa mantiene que "la m¨²sica electr¨®nica tiene un plus".
Una de las propuestas m¨¢s interesantes del planetario de los DJ es El Timbe (alter ego de Ricardo Mu?oz) que propone inyectar electr¨®nica a la cumbia:dumbia. Pues bien, este barcelon¨¦s sentencia que "no se puede ser positivo con la situaci¨®n de los clubes, que adem¨¢s traen mucha gente de fuera". Ahora bien, "el p¨²blico es el culpable: si no van a las salas, no hay riesgo". Y por si la cosa no fuera bastante complicada, "en Barcelona hay camarillas que bloquean las novedades". ?Soluci¨®n? "El S¨®nar podr¨ªa montar un local fijo propio". Todas las propuestas son buenas para tejer una escena que aproveche la potencia del gran festival del techno en Europa.
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