Cuando la vanguardia llev¨® el arte a la vida
Una exposici¨®n con 700 piezas de dos colecciones particulares ilustra el impacto de los movimientos de comienzos del XX en el dise?o gr¨¢fico y la tipograf¨ªa
Hubo un momento en la historia en que el arte se disemin¨® en todas las esferas de la vida diaria. Los artistas que protagonizaron ese periodo quer¨ªan que sus obras se plasmasen en cada rinc¨®n de lo cotidiano. Del impacto que ello provoc¨® en el dise?o gr¨¢fico y la tipograf¨ªa trata La vanguardia aplicada (1890-1950), la exposici¨®n que la fundaci¨®n Juan March inaugura el 30 de marzo y en la que se muestran carteles, libros, revistas, folletos, postales¡ y as¨ª hasta cerca de 700 piezas pertenecientes a dos coleccionistas privados, el estadounidense Merrill C. Berman y el empresario santanderino Jos¨¦ Mar¨ªa Lafuente.
La exposici¨®n recoge obras de 250 artistas de 30 pa¨ªses, un apoteosis de signos y formas que, como puede comprobarse en el recorrido, se traslad¨® a la propaganda pol¨ªtica, la publicidad, los medios de comunicaci¨®n, el cine... Entre los artistas, figuras como Depero, Kokoschka, Marinetti, L¨¢szlo Moholy-Nagy y R¨®dchenko.
Dos a?os de gestaci¨®n
La vanguardia aplicada (1890-1950) "comenz¨® a gestarse hace dos a?os", se?ala el director de exposiciones de la fundaci¨®n, Manuel Font¨¢n del Junco, quien destaca que para la puesta en escena ha sido fundamental el papel de "curadores" de los mismos Berman y Lafuente, que han seleccionado obras de su ingente colecci¨®n. Ambos, separados por unos veinte a?os de edad, han podido conocerse gracias a esta gran muestra. El estadounidense, poseedor de unas 30.000 piezas, ha dedicado casi 40 a?os al coleccionismo, m¨¢s de 20 en el caso del espa?ol, del que proceden 450 de las obras mostradas. Se trata de una gran oportunidad porque los fondos de Berman y Lafunete hab¨ªan sido casi inaccesibles para la mayor¨ªa del p¨²blico.
Al coleccionista estadounidense le vino esta pasi¨®n por sus padres, enamorados de las antig¨¹edades americanas. De acumular arte, sobre todo contempor¨¢neo, pas¨® a interesarse por el arte gr¨¢fico, de manera especial carteler¨ªa. Mientras que Lafuente lo hace porque tiene un proyecto: "Una cartograf¨ªa de las vanguardias hist¨®ricas nacionales a trav¨¦s de documentos hist¨®ricos", dice este empresario del sector l¨¢cteo en una entrevista incluida en el cat¨¢logo de la exposici¨®n. La misi¨®n que quiere cumplir Lafuente no la han cumplido en Espa?a ni colecciones privadas ni museos.
Ambos coleccionistas, separados por 20 a?os de edad, se han conocido gracias a esta muestra
En la Fundaci¨®n Juan March, Manuel Font¨¢n subraya que "esta no es otra exposici¨®n m¨¢s de tipograf¨ªa y dise?o gr¨¢fico, sino una exposici¨®n de arte de vanguardia". "En los 175 carteles puedes reconstruir lo que pas¨® en 28 pa¨ªses durante medio siglo". En ese apartado brillan los afiches de la era sovi¨¦tica, en la que "el Estado asumi¨® el arte de las vanguardias", y los de cine. Adem¨¢s, seis secciones, separadas en vitrinas, ayudar¨¢n a los visitantes a comprender la evoluci¨®n en la aplicaci¨®n de tipograf¨ªa y el dise?o gr¨¢fico. Una de las curiosidades de la muestra es el apartado dedicado a los inicios de la infograf¨ªa, con carteles "que obvian el texto para contar, por ejemplo, la multiplicaci¨®n de los conejos en un plan quinquenal sovi¨¦tico", explica Font¨¢n. Tambi¨¦n est¨¢n los grandes manuales de la tipograf¨ªa, los inicios del fotomontaje, los 14 n¨²meros de la colecci¨®n de libros de la Bauhaus, formatos raros, libros de cer¨¢mica... un fest¨ªn.
Quienes visiten la fundaci¨®n se har¨¢n as¨ª una idea meridiana de c¨®mo a finales del siglo XIX "las vanguardias art¨ªsticas comenzaron a aplicar sus ideales en todas las esferas de la sociedad con gran libertad en las formas y el lenguaje", a?ade Font¨¢n. "Su mensaje era: se acab¨® el arte por el arte. Aquellos artistas exploraron nuevos l¨ªmites y abrieron muchas posibilidades, especialmente en los a?os veinte y treinta". Aquellos carteles, cubiertas de libros, desplegables o tarjetas que se produjeron no fueron considerados entonces obras art¨ªsticas porque ten¨ªan una utilidad. Pero m¨¢s de un siglo despu¨¦s nadie duda de la potencia visual de estos objetos nacidos del futurismo, el dada¨ªsmo o el constructivismo, y hoy s¨ª tienen su espacio en el arte.
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