¡°No puedes traicionar al ni?o que fuiste¡±
El escritor, de 88 a?os, publica una novela sobre un jugador ficticio de su querido Athletic Souto, el protagonista del libro, pasa de la gloria de un gol hist¨®rico al infierno de una lesi¨®n
¡°La mano de Dios¡± con la que Diego Armando Maradona meti¨® el hist¨®rico gol contra Inglaterra en el mundial de M¨¦xico de 1986, inspir¨® a Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) para su nueva novela Aquella edad inolvidable (Tusquets). En un principio el argumento estaba centrado para otro relato polic¨ªaco, pero pronto el veterano escritor vasco, autor de la famosa trilog¨ªa Verdes valles, colinas rojas, se dio cuenta de que no encajaba y que el tema merec¨ªa un tratamiento exclusivamente futbol¨ªstico. De ah¨ª naci¨® el personaje inventado de Souto Menaya, Botas, un futbolista que toc¨® la gloria con un pol¨¦mico gol, (?con la mano?) que dio el triunfo al Athletic de Bilbao frente al Real Madrid en la final de la copa del general¨ªsimo del a?o 1943. Souto, un joven alba?il de Getxo (Bizkaia), despu¨¦s de convertirse en h¨¦roe popular, ve su carrera truncada por una lesi¨®n que le deja cojo y medio invalido, y le lleva a un dram¨¢tico descenso al infierno, oblig¨¢ndole, incluso, a renunciar a su noviazgo. ¡°Es que yo no salgo al campo para hacer amigos¡±, confesar¨¢ su agresor. En una de sus novelas m¨¢s emotivas, Ramiro Pinilla, a sus 88 a?os, construye una historia de desesperanza pero, a la vez, de c¨®mo salvaguardar la inocencia y sobre todo la dignidad.
Excepto los legendarios futbolistas Zarra, Panizo o Lezama, citados en la obra, todos los personajes son ficticios e inventados como los padres de Souto, su novia Edurne, una aldeana lechera list¨ªsima, sus pocos amigos, y los directivos del club bilba¨ªno que ¡°siempre han sido nacionalistas¡±. Todos ellos se mueven en ese gris y l¨²gubre franquismo de la posguerra, en un pueblo que a¨²n sufr¨ªa una represi¨®n sangrienta. ¡°El Athletic era la ¨²nica oposici¨®n de masas a la dictadura en las calles, a veces, con gritos sueltos, en manifestaciones sordas de unidad popular antifranquista y tambi¨¦n nacionalistas. Los franquistas ten¨ªan que tragar porque aparentemente era una simple celebraci¨®n de un campeonato ganado. Recibir una copa de manos de Franco era como una victoria, una revancha y al dictador le saldr¨ªan ampollas¡±, recuerda Pinilla con sonrisa p¨ªcara.
Entonces, como en los posteriores a?os cincuenta, los recibimientos a los jugadores que volv¨ªan de Madrid eran apote¨®sicos, y miles de personas sal¨ªan a la calle en todos los pueblos para agasajar a sus nuevos h¨¦roes. A la saz¨®n el f¨²tbol, como afirma uno de los personajes de la novela, era ¡°la ¨²nica pasi¨®n de los hombres en la que a¨²n son posibles los milagros¡±. O como sostiene el propio padre de Souto, Cecilio, ¡ªde ideolog¨ªa socialista¡ª: ¡°En este mundo hay que tener algo grande por encima de nuestras cabezas. Unos tienen a Dios y otros al Athletic¡±. El escritor, que muestra con orgullo la insignia de oro de su equipo amado colocada en un peque?o joyero, comenta que en su larga vida ha seguido siendo fiel a los colores rojiblancos. Su fidelidad ha sido constante, pero no su asistencia a San Mam¨¦s, como ocurri¨® en su ¨¦poca de marino mercante.
-Este a?o estar¨¢ contento...
¡°S¨ª, porque ya era hora que en el Athletic hubiera atisbos de f¨²tbol. Sin querer, se vuelve al viejo estilo, cuando exist¨ªa sentido del f¨²tbol, compenetraci¨®n y compa?erismo. Pero hoy prevalece en la pr¨¢ctica, en la realidad y en los malos sentimientos de los aficionados, la idea de que los jugadores juegan por dinero y yo sostengo otra cosa. Como lo afirma Souto cuando cobra su primer tal¨®n: ¡®! Si supieran estos que jugar¨ªa igual sin cobrar!¡¯. Muchos j¨®venes s¨ª lo har¨ªan¡±.
Ese sentimiento, tambi¨¦n, va acompa?ado, muchas veces, de la necesidad del f¨²tbol como v¨¢lvula de escape, ¡ª¡°bienvenido sea¡±, dice¡ª, y para Pinilla el f¨²tbol es equivalente a un algo divino que todo el mundo puede tener. Algo que le da alg¨²n sentido a su vida, y para ¨¦l, el Athletic cumple perfectamente con ello. Por eso, el eje de la novela es un sentimiento que ha compartido y que todav¨ªa comparte. Sin embargo, insiste en que el f¨²tbol sirve tambi¨¦n de remanso, un alivio a las tragedias que estamos viviendo en nuestro propio pa¨ªs: ¡°Citemos algunos ejemplos: las sentencias contra el juez Garz¨®n, las mentiras del Diccionario de la Academia de Historia, ?otra barbaridad!, los jueces que tienen que venir del extranjero para abrir fosas, el paro y los recortes del gobierno¡ sin olvidar la cobard¨ªa de los responsables del Athletic, que durante a?os se negaron al minuto de silencio para homenajear a tantas v¨ªctimas del terrorismo. Locuras y barbaridades que el f¨²tbol alivia aunque exacerba otro tipo de pasiones como las pol¨ªticas. El f¨²tbol puede apoyar a un pa¨ªs, a una autonom¨ªa y representarlos, y de hecho cada uno ve en el Athletic una bandera de algo, y que sirve para todo y todos. Unos abertzales, otros autonomistas. El Athletic es como esa aspirina que vale para todo. Cada uno la toma como y cuando quiere".
Como Souto, Pinilla recuerda como su padre le llevaba de ni?o a San Mam¨¦s, y ah¨ª arranc¨® su pasi¨®n. "El eje de la novela es un sentimiento que he compartido y que todav¨ªa comparto, un poco m¨¢s volatilizado, pero que a¨²n tengo. Como a Souto nos queda la dignidad y lo que hemos mamado de ni?os, como todo el mundo sabe, se queda grabado para toda la vida, el escenario, las amistades¡ Y aunque no lo sientas de mayor, no puedes traicionar al ni?o que fuiste. A los 14 o 15 a?os cuando perd¨ªa el Athletic en San Mam¨¦s, yo volv¨ªa a casa hundido y me hac¨ªa la siguiente pregunta ?Y ahora que me queda? ?Sab¨¦is lo que eso significa en el vac¨ªo de un ni?o? Pues eso, yo lo he vivido, y lo he trasladado al libro. Pero tambi¨¦n est¨¢n los milagros y la gran alegr¨ªa que un aficionado, duramente golpeado por la realidad, resiente cuando entra al campo y su equipo gana de forma meritoria. Sale distinto¡±.
Milagros y hundimientos, los mismos que se contraponen en la novela. Souto realiza un milagro y rechaza la felicidad cuando dignamente decide suspender su relaci¨®n afectiva con Edurne. Quedar¨¢ la inc¨®gnita del futuro despu¨¦s de comprobar que todo se va en las cenizas de un contrato del diario Marca que les puede cambiar la vida, eso s¨ª, a cambio de que Souto se traicione y afirme que su hist¨®rico gol lo marc¨® con la mano. ¡°S¨ª, queda la inc¨®gnita¡ No se muere ninguno de los dos, quedan vivos, pero separados¡±. La historia de Botas es una fabula moral sobre la inocencia y la honestidad y una afirmaci¨®n de resistencia y valor de decir no, para seguir de ensobrador de cromos, el ¨²nico trabajo que le ofrecen.
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