Cu¨¦ntame qu¨¦ cuento leer
Seis grandes cuentistas hispanohablantes dan pistas sobre el g¨¦nero Merino, Fern¨¢ndez Cubas, Shua, Peri Ross, Hidalgo Bayali y Mars¨¦ Eligen autores que van desde los cl¨¢sicos a los emergentes, del espa?ol a cualquier idioma.
¡°El cuento es una iluminaci¨®n: o lo ves o no lo ves¡±, aseguraba Jos¨¦ Mar¨ªa Merino en una reciente entrevista con este peri¨®dico. Para arrojar luz que aclare el camino de los lectores en su elecci¨®n entre los numerosos autores, t¨ªtulos, estilos y ¨¦pocas por los que discurre el g¨¦nero, el escritor y acad¨¦mico, junto a otros cinco grandes nombres del cuento en espa?ol, habla aqu¨ª de sus cl¨¢sicos favoritos y sus m¨¢s recientes descubrimientos.
Para Merino, que acaba de publicar la antolog¨ªa de cuentos La realidad quebradiza (P¨¢ginas de Espuma), La corista, del maestro ruso Anton Ch¨¦jov compone un ejemplo paradigm¨¢tico del g¨¦nero. ¡°Un cuento que parece muy claro, pero en el que, por muchas veces que lo leamos, siempre quedan aspectos no desvelados por el autor que despiertan nuestro desasosiego¡±. Entre los creadores contempor¨¢neos en espa?ol, el escritor destaca la obra de Guillermo Busutil: ¡°Acabo de leer su libro Vidas prometidas (Tropo editores). Se trata de un ciclo de cuentos con personajes contempor¨¢neos, palpables, en un escenario que es a la vez realista y simb¨®lico, con una atm¨®sfera muy conseguida y con historias inquietantes por su aparente cotidianidad, donde la s¨ªntesis nunca excluye el detalle significativo¡±. De lo ¨²ltimo que ha ca¨ªdo en sus manos, una antolog¨ªa ha capturado su atenci¨®n: Los nuevos nombres del cuento espa?ol (Menoscuarto, 2010). ¡°Yo creo que es muy ilustrativa de la situaci¨®n estimable del cuento espa?ol actual, con nombres como los de Oscar Esquivias, Patricia Esteban Erl¨¦s, Manuel Moyano, ?ngel Olgoso...y muchos m¨¢s¡±.
La uruguaya Cristina Peri Rossi, autora de t¨ªtulos como Habitaciones privadas (Menoscuarto), traza una l¨ªnea divisoria con Edgar Allan Poe, quien, en su ensayo de 1846 La filosof¨ªa de la composici¨®n estableci¨® un dec¨¢logo del buen cuentista, adem¨¢s de marcar una analog¨ªa entre la poes¨ªa y el cuento basada en la econom¨ªa de la escritura. ¡°Antes de Poe se cre¨ªa que el cuento era una novela abreviada, y ¨¦l habla de una unidad de efecto por la que el cuento ha de tender a la sorpresa. ?l cambi¨® la concepci¨®n del cuento¡±, asegura. De los EE UU natales de Poe, el nuevo cuento pas¨® a principios del siglo XX a Latinoam¨¦rica a trav¨¦s de los peri¨®dicos, que reservaban espacio para la publicaci¨®n de relatos. ¡°En Argentina destaca Roberto Artl¡±, se?ala. En Espa?a, explica la autora, el franquismo puso freno al g¨¦nero, dejando el pa¨ªs ¡°anquilosado¡± hasta hace pocos a?os: ¡°Ahora el microrrelato est¨¢ de moda, pero en Argentina y Uruguay ya lo estuvo hace 40 a?os¡±. Entre los nombres reconocidos, subraya los del mexicano Juan Jos¨¦ Arreola (¡°Su libro Confabulario es una combinaci¨®n de Kafka con Papini, con puntos de contacto con Borges¡±) y del estadounidense William Saroyan (¡°Influy¨® mucho en Juan Carlos Onetti¡±). De la escena emergente, se queda con la obra de la tambi¨¦n estadounidense Lydia Davis: ¡°Es la mejor cuentista del mundo. Un portento de lucidez y crueldad psicol¨®gica¡±.
¡°Poe, Maupassant, Kafka, Borges, Cort¨¢zar... ?C¨®mo elegir? Y, sobre todo, ?por qu¨¦ elegir, si puedo tenerlos todos?¡±, responde Ana Mar¨ªa Shua a la pregunta sobre su cl¨¢sico b¨¢sico. Prol¨ªfica autora de cuentos y microrrelatos, con t¨ªtulos como la colecci¨®n Que tengas una vida interesante (Emec¨¦), la escritora argentina acaba de cruzarse con la obra de tres autores que, en breve tiempo, han sido capaces de imprimir una huella en su memoria: ¡°Edgar Keret, el israel¨ª loco que invent¨® otra manera de contar; Alice Munro, una vieja canadiense que se cree que un cuento se puede contar como si fuera una novela, ?y lo consigue!, y Eloy Tiz¨®n, el cuentista espa?ol que toma al lector de sorpresa y lo derriba en cada p¨¢rrafo¡±. Entre los j¨®venes talentos que despuntan en lengua castellana, se?ala dos nombres: ¡°En Espa?a, Isabel Gonz¨¢lez, sin duda, con su libro Casi tan salvaje, escrito a estocadas salvajes sin el casi. En Argentina (pero publicada tambi¨¦n en Espa?a), Samanta Schweblin, una genio, no se la pierdan, nieta literaria de Dino Buzzati. Con menos de 35 a?os, las dos ya son m¨¢s que promesas¡±.
A Cristina Fern¨¢ndez Cubas, cuya producci¨®n se centra fundamentalmente en el cuento y el relato, la cuesti¨®n de los descubrimientos recientes le pilla con la memoria fresca. ¡°Hace solo dos d¨ªas he acabado de leer Al este de occidente, del b¨²lgaro Miroslav Penkov¡±, cuenta la autora de, entre otros t¨ªtulos, Parientes pobres del diablo (Tusquets). ¡°Y hac¨ªa tiempo que no me lo pasaba tan bien¡±. ?Los imprescindibles de toda la vida?: Maupassant, Poe, y en espa?ol, Emilia Pardo Baz¨¢n.
Solo en el caso de verse en la tesitura de tener que elegir ¨Cque es el caso- Gonzalo Hidalgo Bayal se decantar¨ªa, entre los abundantes t¨ªtulos en espa?ol, por Vidas sombr¨ªas de P¨ªo Baroja y Los caballos azules de Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n. ¡°Los relatos de Vidas sombr¨ªas son a un tiempo tradicionales y de autor, barojianos (valga la redundancia), es decir, contienen por lo general un episodio que se justifica en s¨ª mismo y merece por ello ser contado, por muy tenue que sea en algunos casos la trama, y, adem¨¢s, se ve tras ellos la mano o el sello de Baroja. Muestran, en suma, a un escritor joven (el libro es de 1900) intentando hacerse, a su primera manera, con una tradici¨®n narrativa. Los relatos de Los caballos azules, por su parte, tienen varios de los ingredientes que m¨¢s me atraen en los libros de narrativa breve: tramas perfectas, hondura intelectual y exigencia estil¨ªstica, algo, por lo dem¨¢s, evidente en todas las invenciones de Ricardo Men¨¦ndez Salm¨®n, sean breves o de extensi¨®n media¡±. En otros idiomas, y dejando de lado a los ¡°obvios¡± ¨C¡°Maupassant, Ch¨¦jov, Cheever, Carver, Munro, etc¡¡±- un libro al que el autor de Conversaci¨®n (Tusquets) regresa de cuando en cuando es Centuria, de Giorgio Manganelli. ¡°Tambi¨¦n por alguna de las razones que apuntaba antes: la exploraci¨®n ejemplar de los recursos, la eficacia estil¨ªstica y cierta reflexi¨®n intelectual, para mi gusto, envidiable¡±.
Al cuentista, novelista y Premio Cervantes Juan Mars¨¦, de entre los cl¨¢sicos le atrae, sobre todo, John Cheever. ?El cuento que le parece m¨¢s rese?able? El sue?o realizado, extra¨ªdo de Cuentos Completos (Alfaguara), de Juan Carlos Onetti, un libro que comparte t¨ªtulo con su m¨¢s grato hallazgo en los ¨²ltimos tiempos, una obra del estadounidense Bernard Malamud publicada por El Aleph.
Babelia
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