Sergio ?lvarez: ¡°El realismo m¨¢gico se ha convertido en una excusa para la atrocidad¡±
El escritor colombiano regresa con '35 muertos', tras el ¨¦xito de 'la lectora', convertida en pel¨ªcula y serie de televisi¨®n
¡°Botones cometi¨® su ¨²ltimo crimen nueve meses despu¨¦s de muerto¡±. Con este enigma y contundencia comienza 35 muertos (Alfaguara), la largamente esperada novela de Sergio ?lvarez (Bogot¨¢, 1965), conocido por La lectora, que fue traducida a varios idiomas y transformada en una pel¨ªcula y una serie de televisi¨®n. El realismo, la brutalidad, y la ternura contenida de los personajes de ?lvarez se despliegan por esta novela prism¨¢tica en frases de una aparente sencillez y enga?osa facilidad, como corresponde a su tesis sobre lo que es una ¡°escritura natural¡±, un ¡°escritor natural¡±.
Pregunta. ?Este libro tiene algo de manifiesto?
Respuesta. Un poco. Me interesa mucho recuperar el placer de narrar por s¨ª mismo, rescatar historias de personajes sencillos y salir de ese yo permanente, esa introspecci¨®n permanente, caracter¨ªstica de la literatura de hoy.
P. Entiendo, pero yo me refer¨ªa a ruptura con la tradici¨®n del realismo m¨¢gico.
R. Es que ese movimiento literario, que fue magn¨ªfico, se ha convertido en una excusa para la atrocidad. Tanto en La lectora como aqu¨ª, lo que yo m¨¢s quiero es se?alar que en Colombia pasan cosas horribles y no falta quien diga ¡°ah, claro, pero es que ¨¦se es el pa¨ªs del realismo m¨¢gico¡±. Mis libros apuntan a lo contrario: ponen las cosas crudas sobre la mesa para que se vea que estas cosas terribles no se pueden justificar.
P. O sea que usted saluda al realismo m¨¢gico pero propone pasar p¨¢gina.
R. Garc¨ªa M¨¢rquez marca una ¨¦poca, pero hay que seguir adelante con la realidad que tenemos y no con la que quisi¨¦ramos tener o la que nos inventamos.
P. ?A qu¨¦ se dedicaba usted antes de meterse en literatura?
R. En la universidad aguant¨¦ un semestre, y con un inmenso esfuerzo. Despu¨¦s me dediqu¨¦ a viajar, viv¨ª en la selva cinco a?os¡
P. ?Qu¨¦ hizo en esos cinco a?os en que vivi¨® en la selva? Porque relacionada con esa experiencia tiene usted una veta meditativa o zen¡ o alguna clase de inter¨¦s por la sabidur¨ªa oriental.
R. Me inici¨¦ con un maestro hind¨² y me puse a hacer yoga. Y unos amigos me dijeron que fu¨¦ramos a la selva y fund¨¢semos una vida nueva, un mundo a partir de cero. Y yo estaba tan aburrido en la universidad que dije: s¨ª, hagamos eso. Duramos cinco a?os tratando de colonizar un territorio incolonizable, por las condiciones, la tierra era est¨¦ril, estaba llena de plagas, pero a¨²n as¨ª est¨¢bamos muy felices en la quijotada hasta que la guerrilla y los paramilitares nos sacaron de all¨ª. Y volv¨ª a Bogot¨¢. All¨ª trabaj¨¦ en la televisi¨®n de Colombia, estuve en empresas de publicidad como creativo¡ Luego fui a Barcelona.
P. En Barcelona alist¨® a unos cuantos escritores para escribir libros por encargo.
R. La empresa funcion¨® bien, hicimos como 15 o 20 libros, sobre temas como c¨®mo cuidar un gato, formas de preparar ensaladas... El ambiente de la ciudad me permiti¨® escribir La lectora.
P. Es una novela muy poco barcelonesa y muy colombiana: una estudiante secuestrada en el campus por unos narcotraficantes, para que les lea un texto cifrado¡
R. Lo que me dio Barcelona fue un ritmo de vida que me permit¨ªa escribir. En Colombia la vida era mucho m¨¢s intensa en todos los sentidos. Aqu¨ª pude serenarme un poco.
P. Hace unos a?os me explic¨® que hay escritores ¡°naturales¡±, y usted se contaba entre ellos. ?Qu¨¦ es ser un escritor natural?
R. Yo tengo una relaci¨®n con la escritura consecuente con mi educaci¨®n, porque mi mam¨¢ era maestra y por mi permanencia constante en la calle, que es el lugar donde me cuentan todas las historias que escribo. Despu¨¦s, cuando me siento a escribir, no siento que estoy haciendo un trabajo con el lenguaje, ni estoy pendiente de lo que hicieron otros escritores. Pongo sobre el papel las palabras que mejor me parece que expresan los personajes de los que quiero hablar. A m¨ª no me cuesta tanto escribir, sino m¨¢s bien sentarme a escribir. Eso es lo que llamo ser un ¡°escritor natural¡±: la tranquilidad con la que cuentas, no una construcci¨®n verbal a partir de una teor¨ªa¡
P. 35 muertos tiene algo de novela picaresca espa?ola, pero con un protagonista en tr¨¢nsito permanente, y en una atm¨®sfera de violencia extrema e imprevisibilidad. ?No es as¨ª?
R. Hay dos cosas importantes ah¨ª: la primera es que en Colombia la gente de a pie est¨¢ permanentemente desplazada: por la guerra y la desigualdad del pa¨ªs, nunca logran sentarse. Eso genera una forma de¡ no de vida sino de supervivencia, y la gente se dedica a toda clase de oficios, sean legales o ilegales. Esos personajes me interesan profundamente. A partir de ellos se generan otros m¨¢s complejos: los delincuentes, los narcotraficantes, los paramiliatres, guerrilleros, que nacen de toda esa injusticia y desplazamientos y de esa relaci¨®n constante con la violencia.
P. ?Y la segunda?
R. Es que en Am¨¦rica Latina los escritores suelen ser de clase alta. Eso hace que haya segmentos de la poblaci¨®n que no son objeto de relato o se cuentan con una mirada equ¨ªvoca. Y como yo he tenido siempre acceso a estos personajes, me parece importante contarlos porque los conozco bien y no los miro con ning¨²n tipo de prejuicios.
P. ?Por qu¨¦ 35 muertos, y no 40 muertos, o cien? ?Y por qu¨¦ tanto tiempo transcurrido, doce a?os, entre La lectora y 35 muertos?
R. La cantidad de muertos en Colombia es tan incontable que no hab¨ªa ninguna cifra que retratase la realidad. Entonces decid¨ª que los muertos eran los a?os que contaba la novela. No era muy l¨®gico, pero s¨ª m¨¢s fiable que las estad¨ªsticas falsas con las que convivimos. En cuanto al tiempo¡ es un asunto del car¨¢cter, es lo que dec¨ªamos de ser ¡°escritor natural¡± o no. Me gusta escribir y me fluye escribir, pero no creo que haya que estar escribiendo a toda hora ni que todo lo que se te ocurre valga la pena. En estos 12 a?os tuve peripecias, trabajos, y se fue pasando el tiempo. Y la verdad es que si los alemanes no me ponen un poco la pistola en la cabeza todav¨ªa no habr¨ªa terminado ese libro.
P. La m¨²sica popular es como una banda sonora de la novela.
R. Gran parte de la atrocidad que cuenta 35 muertos surge de la incapacidad de nuestro Continente para armonizar los elementos sociales y culturales que lo componen. Todav¨ªa no sabemos qu¨¦ tan blancos y occidentales somos, qu¨¦ tan indios y at¨¢vicos somos, o qu¨¦ tan negros somos. Y esa incapacidad de saber qui¨¦nes somos genera injusticia, genera toda clase de violencia. Y la m¨²sica es el ¨²nico espacio cultural en que los elementos que nos conforman han conseguido armonizarse. Por esto, y porque detr¨¢s de la m¨²sica construimos nuestra historia sentimental, la m¨²sica y las canciones que escuchan los protagonistas de la novela vertebran completamente el libro.
Babelia
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