El artista, la modelo y el nieto escritor
Eduardo Manet novela la relaci¨®n que el gran pintor franc¨¦s mantuvo con su abuela Eva Gonz¨¢lez
Una de las m¨¢s bellas obras de Edouard Manet (1832-1883) muestra a la que fue su ¨²nica alumna oficial, la pintora espa?ola Eva Gonz¨¢lez (1849-1883) sentada frente al lienzo, con vestido blanco y melena negra. El artista la retrat¨® en 40 ocasiones. No fue la ¨²nica en posar para Manet, hombre de numerosas amantes, pero una sola esposa: Suzanne Leenhoff. De su romance con Gonz¨¢lez naci¨® un hijo del que el artista nunca lleg¨® a tener noticia. Un nieto de aquella relaci¨®n, Eduardo Manet (Santiago de Cuba, 1930), resucita ahora la historia en la novela La amante del pintor (Plataforma), "ver¨ªdica en sus tres cuartas partes".
El libro descubre una desgarradora historia de adoraci¨®n sin l¨ªmites, pero, ay, en una sola direcci¨®n: de Eva hacia Manet. Una entrega tan profunda que sirve al escritor para cuestionar que su abuela muriese a consecuencia de una embolia provocada por el parto de una hija nacida de su matrimonio con Henri Gu¨¦rar. En la novela se sugiere que Eva no quiso sobrevivir a la desaparici¨®n de Manet, ocurrida solo cinco d¨ªas antes de la de ella.
Cineasta, dramaturgo y novelista, Eduardo Manet recuerda que, siendo ni?o antes de la revoluci¨®n cubana, su padre le dijo que descend¨ªa del gran artista franc¨¦s. Pasar¨ªan muchos a?os hasta que, ya instalado en Par¨ªs, le diera por investigar sus or¨ªgenes. Pero lo hizo a conciencia. ¡°Mi principal fuente de documentaci¨®n fueron las cartas de la ¨¦poca. Cartas entre Eva y su hermana Juana y el resto de la familia, cartas de Manet a Eva... Incluso, las cartas de Eva a la mujer holandesa de Manet, cuando Manet ya no escrib¨ªa a Eva¡±.
Hay un pasaje en la novela en el que la hermana menor de la protagonista, tambi¨¦n pintora, descubre que Manet nunca ha sido informado de la existencia del hijo. ¡°Eva est¨¢ dispuesta a sacrificarse para que su maestro la mantenga siempre cerca de ¨¦l, en calidad de alumna, de modelo, de dama de compa?¨ªa, de criada. Eva podr¨ªa aceptarlo todo¡±.
Esa pasi¨®n, en opini¨®n del escritor, no era correspondida. ¡°Eva es absolutamente la m¨¢s implicada en la relaci¨®n. Escrib¨ª el libro porque sent¨ªa algo especial por Eva: era guapa, con car¨¢cter, talento, pero adoraba a Manet. Y Manet pasaba de las mujeres, porque su ¨²nico amor era la pintura¡±.
Los diarios de Jeanne Gonz¨¤lez le sirven a Eduardo Manet para vertebrar la narraci¨®n. ?Son aut¨¦nticos?. ¡°Lo son, aunque nunca llegaron a mis manos. Mi padre me dijo que era descendiente de Manet antes de morir y me habl¨® de los cuadernos. Yo le pregunt¨¦ a mi madre sobre estos y ella me dijo que desconoc¨ªa su existencia. Pero m¨¢s tarde me confes¨® que los hab¨ªa encontrado y los hab¨ªa tirado. Se imagin¨® que eran de una amante de mi padre, pues estaban en franc¨¦s y no los entend¨ªa, y por eso de deshizo de ellos.¡±
No cree el escritor que Manet fuera especialmente machista o c¨ªnico pese a su doble vida familiar. ¡°Manet era un genio. Es un personaje muy complejo. Pol¨ªticamente era un hombre de izquierdas y muy fiel a sus ideas. Todo el grupo estaba en contra del emperador Napole¨®n, pero en el momento de la guerra Manet y Degas fueron de los pocos que se quedaron en Par¨ªs, no se fueron de la ciudad como otros. En su vida ¨ªntima, en cambio, era muy burgu¨¦s. Vi¨¦ndolo desde hoy puede parecer c¨ªnico. Fue amante de Berthe Morisot, de Eva¡ y las iba casando con gente de su entorno, incluso fue su testigo de bodas. Esa parte de ¨¦l, solo esa parte, era algo c¨ªnica vista con ojos de hoy.¡±
?Cree que la historia del arte acabar¨¢ siendo justa con su abuela? ¡°Cuando sali¨® mi libro en Francia, despert¨® inter¨¦s en Bernard Pivot, que quer¨ªa hacer un encuentro de artistas para poner de manifiesto el talento de Eva, aunque finalmente la propuesta no se llev¨® a cabo. Hubo otra exposici¨®n en la que hubo cuadros de Eva y se gener¨® el inter¨¦s del p¨²blico. Con el tiempo, quiero organizar una muestra de las mujeres en la pintura, en la que habr¨¢ cuadros de Eva, Berthe [Morissot] y muchas m¨¢s¡±.
Y como descendiente no reconocido... ?no choca que haga uso del apellido? El escritor aclara que ya lo llevaba su padre. ¡°?l era director de un peri¨®dico en Cuba y se llamaba Eduardo Gonz¨¢lez Manet, como yo. Cuando yo empec¨¦ a escribir me sent¨ªa muy antiimperialista y no quer¨ªa firmar como Eduardo Gonz¨¢lez Manet Junior (lo habitual en la ¨¦poca) y por eso me salt¨¦ el Gonz¨¢lez. Ya no lo recuper¨¦. Cuando m¨¢s adelante quise retomarlo, mis editores me lo desaconsejaron. Ya era conocido en Francia como Eduardo Manet¡±, explica.
Y medio en broma, medio en serio, a?ade que posee un gen manet indiscutible. Venera a las mujeres hasta el punto de que ya suma cinco esposas y un solo hijo.
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