El ¡®Robot!¡¯ de Blanca Li deslumbra en el festival de Montpellier
Una danza cibern¨¦tica en la que robots inteligentes se convierten en parejas de los bailarines propici¨® una ovaci¨®n anoche para la core¨®grafa andaluza en el Festival de Montpellier
Los NAO son unos peque?os humanoides artificiales, espeluznantemente similares a nosotros, que han sido dise?ados por una empresa francesa que ha venido rest¨¢ndole mucha ficci¨®n a la ciencia, y espera comercializar pronto estos robots pensados para cuidarnos y apoyarnos en nuestras tareas. En el extremo opuesto de la rob¨®tica, el equipo japon¨¦s Maywa Denki se ha dedicado a aplicarle poes¨ªa a la tecnolog¨ªa, y sus robots son una suerte de esculturas cibern¨¦ticas que crean m¨²sica en directo. En un momento de Robot!, la delirante y extravagante nueva coreograf¨ªa que estren¨® el jueves Blanca Li en el Festival Montpellier Danse, cinco peque?os NAO bailan sincronizados al ritmo de la m¨²sica creada por las estrafalarias m¨¢quinas del equipo japon¨¦s. No hay ning¨²n ser humano sobre la escena pero est¨¢ ocurriendo una coreograf¨ªa con m¨²sica en directo.
La intenci¨®n y motivaciones de Robot! no est¨¢n demasiado lejos de las del cine de ciencia ficci¨®n conocido, con referencias muy claras a Metropolis, Matrix, A.I., Wall-E, Terminator o Perdidos en el espacio, filmes en los que se aborda el dilema eterno del hombre contra la m¨¢quina. Sin embargo, por la parte que le toca, la creadora traza una l¨ªnea que intenta ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la danza con una propuesta de coreograf¨ªa estrictamente cibern¨¦tica. En este segmento de la obra, pese a que no est¨¢ ni uno de los ocho bailarines de su compa?¨ªa con sede en Par¨ªs, la coreograf¨ªa sigue una progresi¨®n l¨®gica, donde los robotitos ¡ªno siempre obedientes y esto es una dificultad t¨¦cnica del espect¨¢culo¡ª sustituyen con ¨¦xito a m¨²sicos y bailarines.
Robot! supone, principalmente, una reflexi¨®n sobre este mundo que ya es incapaz de vivir sin los artilugios inform¨¢ticos y electr¨®nicos. Habla de nuestra adicci¨®n a la tecnolog¨ªa, de la incomunicaci¨®n que supone hoy la comunicaci¨®n y de la locura que subyace en todo este af¨¢n cibern¨¦tico. Pero no es una tesis ni un estudio sesudo. Es una propuesta de Blanca Li y, en consecuencia, es un potente espect¨¢culo visual que, tras su estreno, llegar¨¢ para abrir el Festival TNT de Terrassa, en octubre, y m¨¢s tarde se presentar¨¢ en Teatros del Canal, en Madrid. Hay, como siempre en Blanca Li, mucho desparrame esc¨¦nico, mucha danza l¨²dica y humor descabellado (un robot vestido de cabaretera canta el bolero B¨¦same mucho).
En general, lo que Robot! cuenta no es novedoso, lo hemos visto ya en esas pel¨ªculas a las que la core¨®grafa recurre en forma de gui?os. Cierto es que su necesidad de espect¨¢culo y humor diluye por momentos la seriedad y envergadura de la reflexi¨®n que propone, pero no es en los conceptos ni en la dramaturgia donde radica el m¨¦rito de su propuesta. Lo que verdaderamente sorprendi¨® el jueves al entusiasta p¨²blico, que le ovacion¨® en la ?pera Comedie de Montpellier, es su sentido del espect¨¢culo, la manera en que despliega esta mezcla imposible de esculturas musicales, robots, bailarines y parafernalia teatral cibern¨¦tica, llegando a conseguir momentos deslumbrantes.
Porque deslumbrante es ese inicio en el que, sobre el cuerpo semidesnudo de un bailar¨ªn, un v¨ªdeo proyecta ropas y apariencias, capaces de contar en unos minutos la historia de la humanidad, desde el misterio biol¨®gico del cuerpo pasando por ind¨ªgenas primitivos, guerreros y caballeros armados hasta astronautas y cibern¨¦ticos, para rematar en un robot. Tampoco falta poes¨ªa y del todo emotivo resulta ese dueto sincronizado y emocionado entre un bailar¨ªn y un NAO. Por lo dem¨¢s, la pieza es de lo m¨¢s coherente con la trayectoria de esta creadora andaluza con lenguaje propio ya reconocible, que se caracteriza por las fusiones de g¨¦neros y tendencias, en obras donde conviven la danza contempor¨¢nea, el hip hop, el flamenco o la cibern¨¦tica con pasmosa naturalidad.
Montpellier en danza
Ma?ana, con el Ballet de Lorraine bailando en la imponente ?pera Berlioz un ecl¨¦ctico programa con piezas de Twyla Tharp y Mathilde Monnier, cae el tel¨®n de la edici¨®n n¨²mero 33 del Festival de Danza de Montpellier, una de las citas m¨¢s relevantes de la oferta estival de danza en Francia. Imposible ignorar estos d¨ªas que el festival ocurre en la ciudad. Los carteles est¨¢n por doquier y los citadinos, animados por el calor veraniego se lanzan entusiastas a ver sus espect¨¢culos, un c¨®ctel equilibrado de propuestas de p¨²blico masivo y otras de mayor riesgo y vanguardia. Por aqu¨ª estuvo el brit¨¢nico Akram Khan, que present¨® su creaci¨®n Desh con gran ¨¦xito, el sevillano Israel Galv¨¢n, adorado por el p¨²blico de Montpellier, que trajo su nuevo trabajo, Lo Real, o la legendaria Trisha Brown, momento emotivo del festival, al presentar sus ¨²ltimos trabajos tras conocerse su decisi¨®n de abandonar la creaci¨®n. Para esta edici¨®n ha sido core¨®grafo asociado el ascendente creador israel¨ª Emanuel Gat, que estren¨® varias coreograf¨ªas, y han visto la luz nuevos estrenos de algunas personalidades como Raimund Hoghe, un favorito del festival, la tambi¨¦n israel¨ª Yasmeen Godder y el colectivo japon¨¦s de danza butoh Dairakudakan, que dirige el legendario Akaji Maro, al tiempo que la veterana pionera francesa Maguy Marin repon¨ªa su todav¨ªa sorprendente ¨¦xito May B.
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