El cine ecuatoriano mira al pasado
Coinciden en la cartelera cuatro pel¨ªculas que recrean la historia reciente del pa¨ªs
Hay algo in¨¦dito en la cartelera en Ecuador estos d¨ªas: se exhiben cuatro pel¨ªculas nacionales. La situaci¨®n es llamativa, porque antes de 2006, cuando se aprob¨® la vigente Ley del Cine, apenas se estrenaba una pel¨ªcula ecuatoriana cada dos o tres a?os, y raramente esas producciones llegaban a las salas comerciales. Pero los cuatro filmes coinciden adem¨¢s en algo. Aunque uno est¨¢ m¨¢s pegado a la ficci¨®n, todos est¨¢n comprometidos en contar la reciente historia del pa¨ªs. Y con esa tem¨¢tica han dado el salto a los circuitos internacionales.
Tres de las cintas han sido estrenadas en los ¨²ltimos meses y la cuarta, el ¨ªntimo documental Con mi Coraz¨®n e Yambo, se mantiene en cartelera desde su estreno en 2011. Este largometraje, dirigido por Mar¨ªa Fernanda Restrepo Arismendi, cuenta la desaparici¨®n de dos hermanos al final de la d¨¦cada de los 80, durante el Gobierno de Le¨®n Febres-Cordero, uno de los m¨¢s represores de Ecuador. La pel¨ªcula ya tiene 16 premios internacionales y sigue recorriendo festivales.
La otra pel¨ªcula documental que contribuye a la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica es La Muerte de Rold¨®s, de Manuel Sarmiento y Lisandra Rivera, que narra los hechos que rodearon la muerte en accidente a¨¦reo del mandatario que lider¨® la vuelta a la democracia en el Ecuador, a finales de los 70.
Los otros dos filmes se remontan algo m¨¢s, a los a?os 40. Su m¨¦rito est¨¢ en haber reconstruido los escenarios de la ¨¦poca y en haber solventado su costo. La producci¨®n de Mono con Gallinas, que cuenta la historia de un joven que se enlista en el ej¨¦rcito ecuatoriano y es capturado por el ej¨¦rcito peruano en el conflicto lim¨ªtrofe de 1941, cost¨® 700.000 d¨®lares. Y la realizaci¨®n de Distante Cercan¨ªa, que narra las peripecias de un empleado bancario que toma el dinero de su entidad para comprar la moneda alemana que le ofrece un nazi asentado en Quito, y luego huye a un pueblo perdido de Los Andes, cost¨® 170.000 d¨®lares.
Ambos filmes, m¨¢s all¨¢ de la feliz coincidencia de estar ambientados en la misma ¨¦poca y de haber compartido la utiler¨ªa y el vestuario durante la filmaci¨®n, permiten al espectador comprobar que, aunque el pa¨ªs haya crecido, la sociedad ecuatoriana de anta?o sigue siendo muy similar a la actual. Se mantienen los patrones de mojigater¨ªa, los valores patriarcales, el ansia de poder y de triunfar a cualquier precio.
Los espectadores se identifican as¨ª con los protagonistas de las pel¨ªculas. Con el joven soldado de Mono con Gallinas que soporta la presi¨®n de su familia que lo empuja a ser ¡°alguien en la vida¡±, y con el empleado del banco de Distante Cercan¨ªa, que pronto aprende a vivir bajo ¡°la ley del m¨¢s vivo¡± y acumula riqueza y poder a costa de los m¨¢s ingenuos.
Alex Schlenker, alem¨¢n asentado desde 2006 en Ecuador, es el director de Distante Cercan¨ªa, su tercer largometraje, pero el primero que hace para el p¨²blico masivo. Schlenker destaca c¨®mo el p¨²blico se identifica con su pel¨ªcula. ¡°Cuando voy a las salas de cine, la gente se r¨ªe en determinadas escenas y eso es porque les suenan de algo, como si las hubieran vivido en alg¨²n momento¡±.
Alfredo Le¨®n, cuya opera prima es Mono con Gallinas, dice que nunca se plante¨® hacer una pel¨ªcula de ¨¦poca, pero que la historia lleg¨® a ¨¦l porque es la vivencia de su t¨ªo abuelo. Para ¨¦l es importante que el cine hable de la historia. ¡°El cine tiene que ser una ventana para contar lo que somos y ver que nuestro pasado nos ha marcado. Me parece importante que el cine explore distintas ¨¦pocas, g¨¦neros, varios tipos de historias¡¡±.
Ambos cineastas coinciden en que el fen¨®meno en la cartelera es fruto de lo que sembr¨® la Ley de Cine en Ecuador, aprobada en 2006, y la creaci¨®n del Consejo Nacional de Cine, que ha financiado todos los proyectos que se est¨¢n estrenando. Solo en este a?o quedan por verse dos pel¨ªculas ecuatorianas (R¨®mpete una pata y La ruta de la luna) y esto har¨¢ que 2013 cierre con siete u ocho filmes made in Ecuador.
El cambio no solo ha sido cuantitativo, tambi¨¦n hay un salto cualitativo que se atribuye a la profesionalizaci¨®n del sector. ¡°Antes hab¨ªa mucho emp¨ªrico, yo he trabajado con gente que ven¨ªa de la televisi¨®n o la publicidad, pero ahora se trabaja con gente formada¡±, dice Schlenker. ¡°Actualmente hay cuatro escuelas de cine en Quito, una en Guayaquil y dos en Cuenca¡±, acota Le¨®n.
El reto del cine ecuatoriano ya no es entonces hacer una pel¨ªcula, sino lograr que el p¨²blico vaya a verla. Los nuevos cineastas anhelan repetir el ¨¦xito de pel¨ªculas como La Tigra, estrenada en 1989, y Qu¨¦ tan Lejos, de 2006, que tuvieron 250.000 y 220.000 espectadores, respectivamente. Pero el objetivo no es f¨¢cil. Una de las dificultades es el poco espacio que las salas de cine dejan a las producciones nacionales. De las 250 salas que hay en el pa¨ªs solamente hay cinco reservadas para el cine ecuatoriano, el resto es para las producciones de Hollywood.
Mariana Andrade, due?a del 8 y 1/2, una sala de cine privada que ha puesto la producci¨®n nacional por encima de todo, dice que el p¨²blico que asiste a las pel¨ªculas ecuatorianas no ha crecido. De los 14 millones de espectadores que van al cine por a?o en Ecuador, solo entre el 2% y el 5% va a ver una producci¨®n nacional. Andrade achaca lo poco atractivo del cine ecuatoriano a que se sigan llevando historias personales a la pantalla grande. ¡°Se sigue hablando de uno mismo, hay una tendencia de verse el ombligo¡±.
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