El arte de la fuga
Por temperamento y figura, Ana Bel¨¦n es una Kathie plausible, y su composici¨®n de la jovenc¨ªsima, coqueta y manipuladora Ad¨¨le resulta francamente afortunada
La ficci¨®n como v¨¢lvula de escape: "Si nuestra vida no es ni parecida a la que so?amos un d¨ªa, sigamos fantaseando", podr¨ªan decir, al alim¨®n, Kathie Kennety, esposa de un hijo de pap¨¢, banquero por su casa, y Santiago Zavala, escritor contratado para poner en lenguaje libresco los pormenores del periplo africano que ella le va narrando a diario. Refugiada en una buhardilla coqueta, la pareja sobrevenida, protagonista de?Kathie y el hipop¨®tamo (1983), se confiesa episodios ¨ªntimos, los dramatiza durante un juego de roles o los reinventa, sin que quede nunca del todo claro donde termina la verdad y donde empieza la ficci¨®n compartida.
Sin moverse de su nidito circunstancial (y sin soluci¨®n de continuidad), los personajes de Vargas Llosa saltan del ayer al ahora, de Par¨ªs y Lima a las playas donde el maridito de Kathie surfea, flirtea y hace una muesca en la cara interior de su cinto por cada mocita seducida. Mag¨¹i Mira, directora del montaje, lo pone en escena sin marcar apenas los frecuentes cambios espacio temporales. Todo sucede en el mismo plano y se funde en id¨¦ntico magma: la recreaci¨®n del deambular son¨¢mbulo de la protagonista por un Egipto de la Metro, las c¨ªnicas exhortaciones del amanuense a su abnegada esposa, la evocaci¨®n del amor plat¨®nico adolescente de la hacendada¡
?Hubiera hecho m¨¢s camino de haber separado lo actual de lo pret¨¦rito y lo real de lo ilusorio, vistiendo cada plano de la acci¨®n con su propia luz y su atm¨®sfera? Con este que tom¨®, la directora, que obliga al espectador a redoblar su atenci¨®n para no extraviarse, acent¨²a el acusado parentesco formal entre el ir¨®nico pero amable juego de mutaciones, desdoblamientos y relaciones sentimentales cruzadas en el que Kathie y Santiago entran a saco (y en este montaje a cuerpo desnudo) y la partida perversa que el Conde de Valmont y la Marquesa de Merteuil entablan en el afilad¨ªsimo Quartett (1980), de Heiner M¨¹ller.
Por temperamento y figura, Ana Bel¨¦n es una Kathie plausible, y su composici¨®n de la jovenc¨ªsima, coqueta y manipuladora Ad¨¨le resulta francamente afortunada, pero cuando interpreta con su acusada personalidad canora temas como Sous le ciel de Paris (all¨¢ donde el autor propone m¨²sica grabada), la ilusi¨®n teatral creada laboriosamente se desvanece ante la irrupci¨®n de un referente tan del aqu¨ª y ahora.
Ficha
KATHIE Y EL HIPOP?TAMO
Autor: Mario Vargas Llosa. Int¨¦rpretes: Ana Bel¨¦n, Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, Jorge Basanta y Eva Rufo. Direcci¨®n: Mag¨¹i Mira. Matadero / Naves del Espa?ol, sala 2. 19 de noviembre al 22 de diciembre.
Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n da muy bien la imagen del gal¨¢n literato que nunca est¨¢ a la altura de su discurso, Eva Rufo saca un jugo excelente del poco agradecido papel de su sufrida esposa y Jorge Basanta resuelve con oficio la parte del marido tarambana. Mag¨¹i Mira demuestra su olfato emocional en la escena en la que Santiago estafa sentimentalmente a Ana, su c¨®nyuge, y toma una excelente decisi¨®n dramat¨²rgica al poner en boca de Rufo, desdoblada, la lecci¨®n de lidia conyugal que Ana recibe de su madre. L¨¢stima que en el tr¨¢nsito al escenario se hayan desvanecido sendas alusiones elocuentes del autor a los multimillonarios aut¨®ctonos y a la propiedad agr¨ªcola. Un espect¨¢culo, en suma, que no conmueve pero que se deja ver.
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