De Jane B a Jane Birkin
Una antolog¨ªa de canciones y un documental reunidos recuperan el legado de la pareja Serge Gainsbourg y Jane Birkin
Durante m¨¢s de una d¨¦cada el m¨²sico galo y la actriz brit¨¢nica representaran la cara m¨¢s deslumbrante y al mismo tiempo, provocadora, de la canci¨®n y el espect¨¢culo franc¨¦s. Gainsbourg, en el papel de pigmalion, y Birkin, la petite Anglaise como es bautizada cari?osamente por su pa¨ªs de adopci¨®n, se exhiben sin pudor sobre los platos televisivos y las revistas como embajadores de los hedonistas a?os setenta. La imagen de la actriz con un minivestido transparente saliendo del Jimmy¡¯s Club o entrando en Maxim¡¯s con su cesto de mimbre acompa?ada del dandi insolente, nueva versi¨®n de La Bella y la Bestia, seducen a los editores de los magazines.
La canci¨®n Je t¡¯aime moi non plus ha significado el disparo de salida. Grabada en un primer momento por Brigitte Bardot aunque no llegar¨¢ a editarse por petici¨®n de la estrella sex-symbol- el tema se publicar¨¢ finalmente en 1986- es la voz rebosante de ingenuidad y erotismo de Jane Birkin la que acaba proyectando la balada libidinosa a los hits-parades de todo el mundo. Esc¨¢ndalo, censuras y prohibiciones acompa?an el camino del ¨¦xito de una canci¨®n que por primera vez expresaba el amor f¨ªsico a 45 revoluciones por minuto.
A ra¨ªz del rodaje de la pel¨ªcula Slogan (Pierre Grimbalt, 1968) un mediocre melodrama que sigue la estela esteticista provocada por Blow Up, Jane Birkin conoce al m¨²sico y su partenaire en la pantalla. Un perfecto desconocido para la actriz reci¨¦n desembarcada del Swinging London que no esconde su malestar ante el esnobismo y arrogancia de su pareja cinematogr¨¢fica - por edad podr¨ªa ser su padre- que muestra en el plat¨® hacia ella. Despues de unos proleg¨®menos algo tormentosos entre los dos, se inicia un idilio que acaba en una intensa relaci¨®n creativa y sentimental - con el nacimiento de su hija Charlotte- y que finaliza en 1980 con la marcha de la actriz de la residencia familiar. Como declara a?os despu¨¦s ¡°convivir con un alcoh¨®lico acaba siendo demasiado mon¨®tono¡±.
A lo largo de ese periodo sentimental Gainsbourg compone algunos de sus trabajos musicales m¨¢s ambiciosos y construye como si se tratara del profesor Higgins de May Fair Lady la carrera musical de su protegida, musa, compa?era y amante. Una serie de ¨¢lbumes proyectan el itinerario de la actriz como cantante en solitario bajo el patrocinio creativo de Gainsbourg: Di Doo Dah ( 1973), Lolita Go Home ( 1975), ExFan des Sixties ( 1978). Despues de la separaci¨®n, Gainsbourg todav¨ªa le escribe algunos de sus discos m¨¢s bellos en forma de entregas-despedidas amorosas, Baby Alone In Babylone ( 1983) , Lost Song ( 1987) y Amour des feintes ( 1990) la obra que cierra el ciclo creativo y con el rostro de Birkin dibujada en la portada por un Gainsbourg que retoma su primera vocaci¨®n de pintor .
En 1991 fallece Serge Gainsbourg. A partir de este momento aquella petite Anglaise que enamor¨® al p¨²blico franc¨¦s con su acento y dientes de ratoncito, se transforma en su altavoz llevando sus canciones a todos los rincones del mundo. Birkin, al estatus de viuda no oficial, a?ade el de medio de comunicaci¨®n itinerante de la obra gainsbouriana.
Mes images priv¨¦es de Serge incluye tambi¨¦n un documental realizado por Jane Birkin con material de viejas pel¨ªculas Super-8 del archivo familiar. La pel¨ªcula recoge viajes, Venecia- uno de los destinos preferidos por la pareja-, Breta?a, Isla de Wight, escenas familiares, periodos de vacaciones, que Birkin fue grabando a lo largo de los a?os setenta. Im¨¢genes que ahora se nos revelan como secuencias de un tiempo de felicidad que parec¨ªa no tener fin en esos a?os para la pareja. Vemos a un Gainsbourg ofreciendo su vis m¨¢s c¨®mica por la playa o jugando con Nana, su querid¨ªsima perra de raza Bullterrier. Un Gainsbourg que mira la c¨¢mara con timidez o se pasea como un turista m¨¢s por la Plaza de San Marcos de Venecia. El documental nos ofrece el lado ¨ªntimo y quiz¨¢s m¨¢s feliz del artista sulfuroso y provocador que se atrevi¨® entre otras haza?as musicales, a ponerle ritmo reggae a La Marsellesa para esc¨¢ndalo de la derecha patri¨®tica francesa.
Mes images priv¨¦es de Serge acaban siendo el reconocimiento amoroso por parte de la alumna preferida al creador que forj¨® su carrera musical, transform¨¢ndola en uno de los iconos m¨¢s luminosos de los a?os del pop. Dos d¨¦cadas despu¨¦s sigue iluminando su itinerario art¨ªstico.
Babelia
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