Algo pasa con Ruth

Si la nueva comedia espa?ola parece haber encontrado en el Juan Cavestany de ¡°Gente en sitios¡± a su m¨¢s tonificante heterodoxo ¨Cbuena nueva ya anunciada en las no menos asombrosas ¡°Dispongo de barcos¡± (2010) y ¡°El se?or¡± (2012)-, no conviene desde?ar la armon¨ªa entre tradici¨®n y modernidad que encarnan, entre sus efectivos, cineastas como Borja Cobeaga y Javier Ruiz Caldera. Su cine pone el g¨¦nero en marcha, en un camino de gratificante puesta al d¨ªa, a partir de una firme memoria de sus esencias cl¨¢sicas: ellos dos son, ahora mismo, los directores espa?oles que mejor controlan los ritmos y el m¨²sculo de la comedia de toda la vida. Tras debutar con ¡°Spanish Movie¡± (2009) ¨Cen la que logr¨® atraer la atenci¨®n sobre sus maneras en un territorio tan devaluado como el de la spoof movie- y trascender mediante el afortunado cruce de c¨®digos la herencia sentimental del cine espect¨¢culo de los 80 ¨C¡°Promoci¨®n fantasma¡± (2012)-, Ruiz Caldera propone otro ejercicio arriesgado tras lo que se presenta, en principio y s¨®lo en calidad de falsa pista, como una pel¨ªcula de consumo desinteresada en plantearse problema alguno: ¡°Tres bodas de m¨¢s¡± recurre al subg¨¦nero de la comedia matrimonial para a) encontrar una l¨ªnea de continuidad entre la tradici¨®n de la screwball comedy y las derivaciones grosero-escatol¨®gicas y pol¨ªticamente incorrectas de la antepen¨²ltima comedia americana y b) atentar contra las inercias de los arquetipos femeninos del g¨¦nero proponiendo un radical cambio de roles.

Ruiz Caldera sabe que la comedia es un problema que todo director tiene que resolver en el cuerpo del c¨®mico. O que s¨®lo el cuerpo del c¨®mico podr¨¢ salvar el problema que el cineasta plantee. Aqu¨ª, una Inma Cuesta que rompe su imagen con valent¨ªa y poder de seducci¨®n funciona como respuesta femenina al paleont¨®logo David de ¡°La fiera de mi ni?a¡± (1938). A su alrededor, son muchos los miembros del reparto que ofrecen aut¨¦nticas creaciones: del surfero vasco que encarna Paco Le¨®n a la mega-madre patol¨®gica a la que da vida Silvia Abril, pasando por Berto Romero, aunque es B¨¢rbara Santa Cruz quien da el m¨¢s feroz do de pecho.

De planteamiento estructural tan atractivo como el de ¡°Como en casa en ning¨²n sitio¡±, la pel¨ªcula, al igual que ese modelo, tropieza en un ¨²ltimo tramo que se revela anti-clim¨¢tico. El gag de la erecci¨®n y la conga tambi¨¦n delata que el director se ha planteado c¨®mo ¡°farrelizar¡± a Hawks, pero no c¨®mo habr¨ªa que rodarlo. Peque?os reparos a un conjunto que sigue confirmando a un talento notable.