La arquitectura como cura
Terminolog¨ªa m¨¦dica, m¨¢s que arquitect¨®nica, describe la recuperaci¨®n de grandes edificios urbanos
Ni remodelar ni reparar: sanear, restablecer y hasta curar. Cada vez son m¨¢s los t¨¦rminos m¨¦dicos empleados por arquitectos para describir intervenciones que, en lugar de defender edificios de nueva planta, indagan en la necesidad de sanear la flota existente. Con la nueva ley de rehabilitaci¨®n energ¨¦tica en marcha, el cortoplacismo del lifting est¨¢ contraindicado, y a pocos se les ocurre ya proponer el despilfarro, y la ilusi¨®n, del maquillaje. As¨ª, aunque el cambio final entre por los ojos, lo que se est¨¢ transformando son las entra?as de los inmuebles, el coraz¨®n y las arterias de edificios que cambian desde sus fuentes de energ¨ªa hasta su manera de relacionarse con las ciudades. Ha sido el caso de vecindarios enteros, como el Barrio de la Luz, al sur de Avil¨¦s, donde las fachadas de 2.000 viviendas de los a?os 50 han sido aisladas de nuevo para rebajar la factura energ¨¦tica. Sucede cada en cada vez m¨¢s viviendas individuales, como la centenaria Casa MZ que Calder¨®n-Folch y Sarsanedas rehabilitaron cerca de Barcelona y ha ocurrido tambi¨¦n en el proyecto Alta Diagonal que el arquitecto Jordi Bad¨ªa acaba de transformar en esa ciudad.
El inmueble del que part¨ªa Bad¨ªa ¨Cque tambi¨¦n trabaja en el Museo de Historia de su ciudad y en la sede de la televisi¨®n polaca en Katowice- era un edificio posmoderno ¡°que hablaba de modernidad en clave tecnol¨®gica post-Pompidou¡±, indica mientras lo visitamos. Es cierto que los antiguos subrayados en color del edificio original -levantado en los a?os 90 por Enric Tous y Josep Mar¨ªa Fargas- remit¨ªan al centro cultural parisino. Tambi¨¦n lo hac¨ªa cierta ostentaci¨®n de la tecnolog¨ªa que hoy -cuando se relaciona ciencia m¨¢s con transparencia que con grandes tubos- se antoja un gesto anticuado. Con todo, el inmueble supuso grandes logros. Busc¨® ofrecer una isla de tranquilidad en medio de una de las principales avenidas barcelonesas y, con ese legado, ha sido posible renovarlo. El objetivo no era acondicionar su imagen. La intenci¨®n de Bad¨ªa, y del grupo alem¨¢n Deka Immobilien que se hizo con el edificio, ha sido sanear la oficina de m¨¢s de 2.000 personas (ocho plantas en 22.000 metros cuadrados) y alterar la relaci¨®n del inmueble con la ciudad. Esos dos criterios son, para Bad¨ªa, la clave para afrontar el futuro. As¨ª, el proyectista ha recuperado los espacios exteriores y los ha abierto al p¨²blico, al igual que el vest¨ªbulo, donde los ciudadanos puedan sentarse a descansar o pasear como si el edificio formara parte de la propia calle.
Un jard¨ªn, una zona de descanso, una cafeter¨ªa tranquila y un auditorio tienen acceso desde el antiguo hall ahora inundado del luz natural. Muchas de las intervenciones, radicales pero invisibles, de Bad¨ªa y su equipo han ido encaminadas a reducir el uso de la luz artificial. As¨ª, el proyectista catal¨¢n ha sustituido los cristales de la gran claraboya central, ha eliminado la vegetaci¨®n que trepaba por la fachada interior y ha alterado revestimientos y colores del antiguo edificio por tonos m¨¢s luminosos y materiales m¨¢s aislantes. Bad¨ªa tambi¨¦n ha reducido un 25% el consumo de agua del inmueble y un 87,5% la dedicada al riego recuperando las aguas grises para el goteo de los jardines y sustituyendo grifos y sanitarios por elementos de bajo consumo.
A pocos se les ocurre proponer despilfarro y la ilusi¨®n del maquillaje
La nueva luz del patio interior p¨²blico anuncia el cambio m¨¢s radical del inmueble, otro asunto invisible: el que le ha llevado a ahorrar un 20% de la electricidad que consum¨ªa y a conseguir certificaci¨®n energ¨¦tica Gold de Leed.
La arquitectura actual quiere saber poco de maquillajes y estiramientos. Pero lavar la cara ya no basta. Las intervenciones en edificios existentes buscan sanear la ciudad desde los ¨®rganos vitales de sus antiguos inmuebles.
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