Al camino de Santiago por el arte contempor¨¢neo
¡®On the road¡¯ celebra con creaci¨®n actual los 800 a?os de la peregrinaci¨®n de Francisco de As¨ªs
Cuenta la leyenda que, entre sus muchos viajes, San Francisco de As¨ªs peregrin¨® a Santiago de Compostela hace 800 a?os. Esta efem¨¦ride, junto a valores del santo como la pr¨¦dica de la pobreza, el caminar como forma de conocimiento y el amor por los animales y la naturaleza son los ejes de On the road (En el camino), exposici¨®n presupuestada en un mill¨®n de euros que re¨²ne en la ciudad gallega 44 obras ¡ªpinturas, esculturas, fotograf¨ªas, instalaciones, v¨ªdeos y pel¨ªculas¡ª de 35 artistas contempor¨¢neos nacionales e internacionales, organizada por Turismo de Galicia, dependiente de la Xunta. Si la muestra comisariada por Gloria Moure es ambiciosa, su emplazamiento es otro aliciente. El coraz¨®n est¨¢ en el palacio de Gelm¨ªrez, joya rom¨¢nica del siglo XII adosada a la catedral y que tras una larga rehabilitaci¨®n y 600.000 euros de coste, luce de nuevo para eventos culturales.
"Francisco de As¨ªs es clave en la cultura europea, se sea creyente o no. Fue un revolucionario, una figura que se enfrent¨® a la jerarqu¨ªa", asegur¨® ayer jueves Moure durante la presentaci¨®n de la muestra. Pero On the road, abierta desde ma?ana s¨¢bado hasta el 30 de noviembre, no es una remembranza del santo, sino una selecci¨®n de piezas ¡ª12 de ellas creadas expresamente para la exposici¨®n¡ª "de artistas de distintas generaciones que ayudan a preguntarnos por este mundo inestable y de cambios".
Este camino franciscano por el arte contempor¨¢neo comienza en la antigua sala de armas de Gelm¨ªrez con dos monocromos, un tapiz azul y otro oro, del franc¨¦s Yves Klein. Fueron su inspiraci¨®n tras visitar los frescos de Giotto en la bas¨ªlica de San Francisco de As¨ªs que retrataron al santo. La sala est¨¢ centrada en el material con que se realizan las obras "porque representa la idea de la pobreza que defend¨ªa Francisco de As¨ªs", explica Moure. Un buen ejemplo es el sobrio De los harapos, del gallego Ant¨®n Lamazares.
La ¨²ltima planta de Gelm¨ªrez recibe al visitante con un fuerte olor a laurel. El italiano Giuseppe Penone la ha forrado con las hojas de este ¨¢rbol para respirar la naturaleza. M¨¢s adelante espera Deeparture (2005), la inquietante pel¨ªcula del rumano Mircea Cantor. Su relaci¨®n con el santo que quer¨ªa a los animales es un filme en el que un ciervo y un lobo encerrados en una sala se observan durante tres minutos, en tensi¨®n pero sin violencia. "Podemos vivir sin matarnos", se?ala Moure.
Una de las piezas que m¨¢s atrajo en la presentaci¨®n fue Face to face, del ingl¨¦s Anthony McCall (1946). En una gran sala a oscuras dos v¨ªdeos proyectan sobre dos pantallas de doble cara unos trazos curvos que lentamente van cambiando de forma, todo aderezado con el humo de dos m¨¢quinas. "El visitante puede caminar entre las pantallas y sentir que forma parte de la obra y culminarla", destac¨® el artista.
La fuerza de la naturaleza se exhibe en el acr¨ªlico Mes¨®n de fierro (2011), de los argentinos Guillermo Faivovich (1977) y Nicol¨¢s Goldberg (1978), que recrea el ¨²nico dibujo conocido de la misteriosa mole de hierro que durante siglos atrajo hasta el des¨¦rtico Chaco argentino a exploradores y nativos hasta su tambi¨¦n inexplicable desaparici¨®n.
Un pasillo del palacio es el espacio escogido por Francis Al?s (Amberes, 1959) para Albert¡¯s way, una instalaci¨®n creada para On the road en la que ocho pantallas muestran c¨®mo el belga se film¨®, en su colorido estudio mexicano, caminando 10 horas al d¨ªa durante una semana para cubrir 100 kil¨®metros, la distancia por carretera que une Ferrol con Santiago, el llamado Camino ingl¨¦s. El artista tambi¨¦n ha dejado constancia de su caminar en un cuaderno de notas y dibujos.
Casi a la salida aguarda Buon fresco, 33 minutos de pel¨ªcula que presenta por primera vez la inglesa Tacita Dean (Canterbury, 1965) y que grab¨® en la bas¨ªlica de San Francisco de As¨ªs. All¨ª la artista acerc¨® la c¨¢mara a los frescos de Giotto sobre la vida del santo a una distancia tan corta que descubri¨® figuras de demonios ocultas y, como describi¨® ayer, "las impresionantes pinceladas, unas impresionistas y otras abstractas, del pintor italiano".
On the road contin¨²a en la desacralizada iglesia de Santo Domingo de Bonaval. En la nave central de este templo del siglo XIII se han distribuido 10 cubos de vidrio del neoyorquino Roni Horn que parecen gigantescos vasos de agua a punto de desbordarse. Integrado en la iglesia ha quedado Espiral Poblenou, de Mario Merz. La obra del italiano fallecido en 2003 es una instalaci¨®n que arranca del pie de la escalera del p¨²lpito y gira sobre s¨ª misma en un camino de piedra, vidrio y acero.
Y de un lugar donde se rezaba, a uno donde se honraba a los difuntos. A la espalda de la iglesia, el pontevedr¨¦s Jorge Barbi ha pintado de colores suaves los nichos vac¨ªos del cementerio de Bonaval. En el final del camino (2014) es un buen ejemplo para reflexionar sobre la m¨¢xima del de As¨ªs: "Es in¨²til caminar a cualquier parte a predicar, a menos que nuestro caminar sea nuestra pr¨¦dica". Palabra de santo.
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