Gastronom¨ªa c¨ªvica
Una obra teatral en torno a la comida promueve el consumo culinario como un revulsivo anti-mafia
![Conversación mafiosa alrededor de un plato de pasta en 'Uno de los nuestros'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BC25E4W3QAIUQJNONYOC4PRFWA.jpg?auth=81164621567317e951a5c49d6afce5e30d1ed00475782bfb74fae6bf2dd7c024&width=414)
El 26 de junio de 1983, mientras paseaba su perro, el magistrado Bruno Caccia fue asesinado con 17 tiros de pistola. Los investigadores identificaron a los responsables como miembros de la 'Ndrangheta, la mafia calabresa, y consiguieron condenar al padrino Domenico Belfiore. Treinta a?os despu¨¦s del homicidio de Caccia, en el terreno que pertenec¨ªa a su asesino Belfiore, trabaja una cooperativa de j¨®venes agricultores-emprendedores. Plantaron 194 ¨¢rboles de nueces, producen y venden turrones y miel.
Italia est¨¢ llena de estos peque?os h¨¦roes desconocidos que labran tierras rescatadas a los mafiosos para regenerarlas y llevan la relaci¨®n entre comida y mafia m¨¢s all¨¢ del t¨®pico que relaciona la pasta con el crimen organizado en pel¨ªculas como Uno de los nuestros.
Reunidos en cooperativas, la mayor¨ªa vinculadas con Libera, hicieron de la legalidad su misi¨®n cotidiana y su empleo. Son los personajes, las historias, que pueblan Mafie in Pentola [Mafias en la olla], un espect¨¢culo que empez¨® hace cuatro a?os a recorrer el pa¨ªs desde los Alpes hasta la punta del tac¨®n y que hoy ha superado las 200 r¨¦plicas, llenando teatros, plazas, aulas, salas de cine y naves de industrias. ¡°No queremos descuidar ni un rinc¨®n, para dar voz a los h¨¦roes sin nombre que diariamente vencen la mafia, su cultura y su jaula¡±, comenta Tiziana Di Masi, actriz e ideadora de la obra, junto con el periodista Andrea Guolo.
![Tiziana Di Masi brinda en 'Mafie in Pentola', donde invita al p¨²blico a degustar productos cultivados en tierras decomisadas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZZA5UOJ57IFAYZTBDJBLKMPBW4.jpg?auth=15d3b722fe1436816d5801042610b695551c4e96274b0b808aebf8eae9c27b2a&width=414)
Encima del escenario, se mueve sola, junto a una mesa cargada de botellas de vino y aceite, tomates frescos y en lata, pimientos, mozzarella, espaguetis. Comer bien es un acto de rebeli¨®n, en un pa¨ªs infestado: ¡°Las tierras compradas con dinero sucio vuelven a dar frutos sanos y limpios. Cuando los escogemos en el supermercado, los cocinamos, sostenemos una nueva econom¨ªa honesta y le damos una bofetada a la criminalidad¡±. Sentada en una terraza de Bolonia, frente a un zumo de ar¨¢ndano con hielo, el tema suena ajeno. Ella sonr¨ªe: ¡°Nadie es indemne, nadie puede hacer la vista gorda: compartimos todos la misma responsabilidad. Cuando comemos elegimos en qu¨¦ lado estar¡±.
¡°Los mafiosos temen la incautaci¨®n de los bienes m¨¢s que la c¨¢rcel. La medida merma su patrimonio y su capacidad de controlar el territorio¡±, dice Franco La Torre, miembro de la presidencia de Libera e hijo de Pio, sindicalista y diputado comunista quien, antes de ser acribillado en 1982, proyect¨® la ley que por primera vez reconoc¨ªa el delito de asociaci¨®n mafiosa y permit¨ªa al Estado confiscar bienes. En 1996, otra norma estableci¨® que las propiedades decomisadas deb¨ªan destinarse a fines sociales: convertirse en s¨ªmbolo de un rescate. ¡°Los mafiosos no son bandidos¡±, aclara La Torre, en una entrevista en Roma, ¡°constituyen un sistema de poder, estructurado y asentado, que ejerce un control milim¨¦trico del territorio. Sobre todo en lo econ¨®mico: en algunos lugares son la ¨²nica empresa que da trabajo. Si se rompe este mecanismo, empezamos a desmontar la cultura mafiosa¡±.
La rompen las cooperativas agr¨ªcolas de Libera, que emplean a cientos de j¨®venes en m¨¢s de 1.300 hect¨¢reas concedidas por la agencia nacional de los bienes incautados a sospechosos y condenados por delitos de mafia, en la c¨¢rcel o en busca y captura. Tambi¨¦n la rompe Di Masi desde el escenario, mientras invita a los espectadores a subir y a probar el vino biol¨®gico de la cooperativa Placido Rizzotto de Corleone, la mozzarella de b¨²fala producida en las tierras de Gomorra por la cooperativa Don Beppe Diana, las berenjenas picantes o el pat¨¦ de peperoncino de la Valle del Marro, en la campi?a de Reggio Calabria.
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