El cuerpo helado del delito

Profesor de escritura creativa en una universidad de Lausanne con la arquitectura de una sede de Spectra, Marc (Mathieu Amalric) pide a sus alumnos que realicen un singular ejercicio literario: que se olviden del yo, que renuncien a levantar su texto sobre un hecho traum¨¢tico que los defina y que se centren en el paisaje. Que le den, en suma, una identidad y un sentido incluso afectivo a un paisaje. La escena parece asumir todas las caracter¨ªsticas de una clave simb¨®lica para interpretar lo que los hermanos Larrieu han hecho partiendo de la novela Incidences de Philippe Djian, autor cuya carrera recibi¨® un poderoso impulso cuando el cineasta Jean-Jacques Beineix convirti¨® su tercer libro,?37? 2 le matin, en la pel¨ªcula de culto en torno al amor fou Betty Blue (1985).

Despu¨¦s de aplicar la heterodoxia de su mirada sobre el cine apocal¨ªptico en?Los ¨²ltimos d¨ªas del mundo (2009), pel¨ªcula en la que tambi¨¦n contaron con la complicidad del siempre osado Amalric, los Larrieu parecen haberse empe?ado en?El amor es un crimen perfecto en vaciar o en llevar hacia una llamativa abstracci¨®n un thriller filohitchcockquiano: quitar (casi) el crimen para dejar el paisaje y esperar a que, poco a poco, se desvele la toxicidad de las relaciones familiares (aqu¨ª fraternales) y emerja el trauma como si fuera un cuerpo enterrado que se delata tras el deshielo. Es posible que los cineastas no hayan encontrado aqu¨ª el punto de equilibrio: la pel¨ªcula puede parecer simplemente un thriller fracasado si el espectador desestima las sutiles puertas abiertas al subtexto.