D¨¦jame contarte un cuento
Rana Dajani es una profesora jordana que se plante¨® un problema: ?Por qu¨¦ a los ni?os no les gusta leer? La soluci¨®n que encontr¨® es imitada ya en medio mundo
La propia historia de Rana Dajani parece un cuento con moraleja: leer relatos infantiles en voz alta puede transformar el mundo en un lugar mejor. Desde una mezquita del barrio de Tabarbour en Am¨¢n (Jordania) a un ¨¢rbol en mitad de la selva ugandesa o un centro para inmigrantes en New Haven (EE?UU). A esta jordana culta y sobria, de 45 a?os, le gusta mirarlo todo con sus lentes de cient¨ªfica, como ella dice. Descubri¨® un problema y quiso encontrar la soluci¨®n con la ayuda de su familia: ¡°?Por qu¨¦ a los ni?os jordanos no les gusta leer?¡±. A?os despu¨¦s, la iniciativa surgida de aquella pregunta, We love reading,es imitada en medio mundo y considerada como un programa efectivo de alfabetizaci¨®n por la Unesco.
La profesora Dajani, que da clases de Biolog¨ªa Molecular en la Universidad de Iowa y curs¨® dos becas Fulbright, empez¨® investigando. Pregunt¨® a ni?os, cuestion¨® a adultos, observ¨®. Primera conclusi¨®n: ¡°No les gusta porque nadie les ley¨® de peque?os¡±. Sus padres lo hicieron con ella y, de adulta, repiti¨® con sus cuatro hijos, tres chicas y un chico. Pero ?d¨®nde? ?c¨®mo? ?qui¨¦n pod¨ªa ponerlo en marcha? ¡°No puedo ense?ar a cada padre a leer en voz alta¡±, pens¨®. Empez¨® por lo m¨¢s cercano. ¡°Cada barrio jordano tiene una mezquita a la que se puede acceder gratis. ?Por qu¨¦ no usarla?¡±, explica. Su marido pidi¨® permiso en el templo del barrio para que ella leyera tras la oraci¨®n. Se presentaron 25 ni?os, obligados por sus padres.
Dajani se coloc¨® un sombrero de colores chillones y cogi¨® las marionetas. Al final de la media hora de lectura, los ni?os le quitaban los libros de las manos. Volvieron encantados a la siguiente cita. ¡°Despu¨¦s de un tiempo, los padres nos contaron que los chicos hab¨ªan mejorado en la escuela y ten¨ªan m¨¢s confianza. Quer¨ªan ir a clase para aprender a leer y aprovechar los cuentos¡±. Tras ese primer ensayo, en 2006 crearon We love reading como un plan casi familiar. Su hija mayor dise?¨® la web. Todos le ayudaron a elegir las historias en la lengua materna (¨¢rabe), divertidas, sin controversia ¡ªni religi¨®n ni pol¨ªtica¡ª y relacionadas con el d¨ªa a d¨ªa de sus oyentes, ni?os de cuatro a 12 a?os.
¡°Para lograr un cambio, busca algo peque?o y conc¨¦ntrate en hacerlo bien¡±
El proyecto empez¨® a crecer. Los fieles de la mezquita donaron dinero que se us¨® para editar nuevos cuentos. Decidieron formar a lectores voluntarios y repetir la experiencia en otros barrios. Se toman muy en serio el proceso de selecci¨®n. Cada persona que aprende, normalmente reclutadas de ONG locales, debe ense?ar a otra y abrir una biblioteca virtual. Ocho a?os despu¨¦s hay m¨¢s de 700 voluntarias (la mayor¨ªa son mujeres) en Jordania que leen en 300 bibliotecas virtuales casi a coste cero. Han pasado unos 10.000 ni?os por el programa.
Segundo e inesperado resultado: el empoderamiento de las mujeres. ¡°Aprenden contacto visual, c¨®mo hablar en p¨²blico... Algunas se han sentido m¨¢s seguras y han abierto su propio negocio. Se han convertido en l¨ªderes de su comunidad¡±, a?ade Dajani.
Han ampliado la iniciativa a los campos de refugiados sirios de Jordania y colaboran con distintas instituciones para medir los efectos de su propuesta. Con la Universidad de Chicago, comprueban c¨®mo afecta la lectura de cuentos sobre empat¨ªa al comportamiento de los ni?os. ¡°Estoy segura de que vamos a encontrar una diferencia¡±, explicaba la profesora jordana la semana pasada en la Cumbre Mundial para la Innovaci¨®n en la Educaci¨®n (WISE, en sus siglas en ingl¨¦s) que congrega en Doha (Qatar) a m¨¢s de 1.500 personas y a la que EL PA?S fue invitado con otros medios internacionales. We love reading gan¨® uno de los premios a iniciativas concretas, de 20.000 d¨®lares. Ahora que empiezan a ser conocidos, reciben mensajes y llamadas de otros puntos del mundo que les imitan: zonas ind¨ªgenas mexicanas, empresas de Turqu¨ªa... Dajani nunca pens¨® llegar tan lejos, pero revela que le funcion¨® una vieja y sencilla clave: ¡°Si quieres conseguir un cambio, piensa en algo peque?o y simple y conc¨¦ntrate en hacerlo lo mejor posible¡±.
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