Una pareja feliz en la Zarzuela
La comedia musical americana y la opereta arrevistada a la espa?ola muestran sus complicidades en el teatro madrile?o
El teatro de La Zarzuela est¨¢ ¨²ltimamente tocado por los dioses. Si no era suficiente el reciente reconocimiento de la producci¨®n de Jos¨¦ Carlos Plaza de Los diamantes de la corona,de Barbieri, como finalista en el apartado ¡°obra revelaci¨®n¡± de los International Opera Awards 2015, se est¨¢ representando actualmente uno de esos espect¨¢culos que arrebatan en su peculiar e inteligente di¨¢logo entre la comedia musical americana y la zarzuela de corte arrevistado.
Lady, be good, de George e Ira Gershwin, se estren¨® en Nueva York en 1924; la opereta Luna de miel en El Cairo, de Francisco Alonso, en Madrid en 1943. Son obras de posguerras, de esas que suponen una respuesta, una sedimentaci¨®n o una recuperaci¨®n emocional de los ecos de las tragedias b¨¦licas. Obras que hasta cierto punto reivindican, como dec¨ªa el cineasta Basilio Mart¨ªn Patino ¡ªsus Canciones para despu¨¦s de una guerra se exhiben en la Filmoteca Espa?ola el pr¨®ximo d¨ªa 25¡ª, esa frase testimonial unamuniana de ¡°vencer¨¦is pero no convencer¨¦is¡±.
En ese contexto social de melancol¨ªas perdidas, Emilio Sagi se mueve a sus anchas. Sagi y su equipo esc¨¦nico al completo, no lo olvidemos. El trabajo que realizan en la comedia musical de los Gershwin es sencillamente antol¨®gico. El teatro de La Zarzuela es Broadway por unos d¨ªas. Con un ritmo teatral y un ¨¦nfasis sonoro a cargo del especialista Kevin Farrell, que te lleva sin posibilidad de resistencia a ¡°otras voces, otros ¨¢mbitos¡±. Adem¨¢s la memoria hace de las suyas, y el p¨²blico se identifica, al reconocerlas, con varias de las canciones de los Gershwin. Imponente espect¨¢culo.
Para Luna de miel en El Cairo, Emilio Sagi realiza su propia versi¨®n esc¨¦nica, adapt¨¢ndola a su est¨¦tica y a los tiempos que corren. Estos d¨ªas ha aparecido el libro Francisco Alonso. Otra cara de la modernidad, de la music¨®loga Celsa Alonso, con lo que el juego de coincidencias repercute en el conocimiento global.
Pero a lo que ¨ªbamos. La comicidad de Sagi se centra m¨¢s aqu¨ª en los detalles de revista y en los comportamientos teatrales individuales. Mariola Cantarero est¨¢ gracios¨ªsima, Enrique Viana despliega su carisma habitual y Ruth Iniesta defiende con empuje su papel. La coreograf¨ªas de Nuria Castej¨®n tienen chispa y la representaci¨®n avanza con fluidez. La Orquesta de la Comunidad de Madrid responde con soltura al reto musical y el Coro del Teatro, a las ¨®rdenes de Antonio Faur¨®, forja una actuaci¨®n encomiable tanto desde el punto de vista musical como esc¨¦nico. El retorno de Emilio Sagi a su querido teatro de siempre, ha sido algo as¨ª como el de Ulises a su patria monteverdiana. Ha disfrutado y ha hecho disfrutar al p¨²blico. Su entrega y su inspiraci¨®n han resultado admirables.
Quedan solamente dos d¨ªas, hoy y ma?ana, para poder ver esta inteligente combinaci¨®n de comedia musical de allende los mares y opereta de ah¨ª al lado. Hay que reconocer que el teatro de La Zarzuela est¨¢ en estado de gracia esta temporada.
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