Un m¨¦todo para la historia
En 'Una zona de oscuridad' no se salva nadie: ni la India hind¨² ni la musulmana, ni el Imperio Brit¨¢nico ni el Estado de Nehru. Mucho menos el propio Naipaul
Cuando V. S. Naipaul viaj¨® a la India por primera vez, en febrero de 1962, ya era el autor de su novela m¨¢s popular, Una casa para el se?or Biswas. Al escritor, nacido en Trinidad en el seno de una familia emigrada durante la di¨¢spora india de comienzos del siglo XX, se le reconoc¨ªan el humor y la piedad con los que retrataba ese patchwork cultural llamado colonialismo. Un mundo de ¡°signos que carecen de significado¡±, en sus propias palabras. Pero Naipaul era un escritor bloqueado. ¡°La mitad del trabajo consiste en descubrir tu tema¡±, ha escrito, y ¨¦l hab¨ªa agotado el suyo, su peque?a comunidad isle?a. Y estaba a punto de encontrar un m¨¦todo que lo convertir¨ªa en uno de los pocos escritores recientes verdaderamente grandes (y pol¨¦micos y antip¨¢ticos).
El bloqueo con la ficci¨®n le llev¨® a tantear con la literatura de viajes. Un a?o antes hab¨ªa recorrido las islas de su Caribe natal para escribir The Middle Passage. All¨ª descubri¨® un mundo sin historia veraz, una suma de falsificaciones: su propio mundo. As¨ª que el viaje a la India le promet¨ªa un verdadero retorno a las fuentes de la cultura familiar, pero ?qu¨¦ encontr¨® all¨ª? Lo primero que Naipaul ve en Bombay, donde desembarca, es pobreza y defecaci¨®n. ?l lo llama ¡°grados de degradaci¨®n¡±. Despu¨¦s de la casta de las prostitutas de los pobres hay una casta m¨¢s baja a¨²n, las limpiadoras de las prostitutas de los pobres.
En Bombay, Nueva Delhi o Cachemira, Naipaul describe una India que vive de su negativa a ¡°ver lo evidente¡±. Los indios se ocultan una ¡°acci¨®n simb¨®lica¡± que pretende suplantar una realidad miserable. ¡°Es buena cosa que los indios sean incapaces de mirar directamente su pa¨ªs¡±, escribe, ¡°pues el sufrimiento que ver¨ªan los volver¨ªa locos¡±.
Pero Naipaul no es un escritor resentido con su origen ¡°tercermundista¡±, como dice cierta cr¨ªtica new age. Su desmantelamiento de las ficciones de la historia no se sostiene en la ¡°objetividad occidental¡±. Aqu¨ª no se salva nadie: ni la India hind¨² ni la musulmana, ni el Imperio Brit¨¢nico ni el moderno estado de Nehru (que opone un romanticismo t¨¦cnico a la invasi¨®n China y pierde). Mucho menos el propio Naipaul: el desmoronamiento de un origen familiar ¡°que s¨®lo estaba en mi cabeza¡± desintegra la personalidad del narrador mientras vamos leyendo.
O quiz¨¢ se salvan todos. El siguiente movimiento de este ¡°m¨¦todo Naipaul¡± consiste en observar con cercan¨ªa la vida, desordenada y pululante, que pueda revocar la simpleza del pesimismo. El cap¨ªtulo central, dedicado a Cachemira, mundo de casas flotantes sin arraigo, da la medida de esta transformaci¨®n y resiste como una peque?a joya de piedad y humor en un libro duro.
Una zona de oscuridad inventa un g¨¦nero: novela, ensayo, libro de viajes¡ Naipaul estuvo al borde de la neurosis durante casi todo el viaje y se enfrent¨® a posteriori a la materia del libro. El resultado, en sus palabras nunca humildes pero ciertas, es una ¡°extraordinaria pieza de artesan¨ªa¡±. Sus lectores reconocer¨¢n el germen de sus mejores libros por venir (como En un estado libre o El enigma de la llegada aplicando su m¨¦todo a Inglaterra o ?frica), pero es m¨¢s que eso: una de las obras m¨¢s arriesgadas e influyentes de los ¨²ltimos sesenta a?os. Naipaul dedic¨® dos libros m¨¢s a la India, pero Una zona de oscuridad ¡°tiene una dimensi¨®n de riqueza humana de la que carecen sus libros de viajes posteriores¡±, dice con acierto Martin Amis.
Y as¨ª firm¨® Naipaul, a?os despu¨¦s, una dedicatoria: ¡°Considero que ¨¦ste es mi mejor libro: est¨¢ escrito desde el dolor y la preocupaci¨®n; no trata tanto sobre la India como sobre gente como vosotros y como yo¡±.
Una zona de oscuridad. El descubrimiento de la India. V. S. Naipaul. Traducci¨®n de Flora Casas Vaca. Debate. Barcelona, 2015. 296 p¨¢ginas. 23,90 euros.
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