Brahms revisitado
Riccardo Chailly aprovecha el sonido c¨¢lido de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig para mostrarnos las bellezas que encierran las dos serenatas de Johannes Brahms
Riccardo Chailly aprovecha el sonido c¨¢lido de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig para mostrarnos las bellezas que encierran las dos serenatas de Johannes Brahms. Hac¨ªa falta una moderna grabaci¨®n de estas dos piezas, nacidas entre 1857 y 1860, que allanaron el largo camino del compositor hamburgu¨¦s hacia la sinfon¨ªa, g¨¦nero en el que debutar¨ªa 17 a?os despu¨¦s. La orquesta alemana, de rica tradici¨®n brahmsiana, responde sin perder nunca el equilibrio y la transparencia a pesar de la vivacidad de las lecturas. Chailly apuesta por tempi muy r¨¢pidos; en la Serenata n? 1 en re mayor, op. 11 lo hace en busca de una ligereza de cu?o mozartiano que pone a prueba los reflejos de la orquesta. Y consigue iluminar los rincones de una partitura luminosa, llena de alegr¨ªa, vitalidad y sentido del humor.
Mantiene el pulso vivo tambi¨¦n en la Serenata n? 2 en la mayor, op. 16. El actual director de La Scala de Mil¨¢n juega en esta partitura con la especial sonoridad que ofrece una plantilla rica y flexible en las cuerdas graves pero sin violines. La sonoridad es sombr¨ªa, como quer¨ªa ?Brahms, pero no negra. Prima, por tanto, la atm¨®sfera de nostalgia, los matices en piano, los contrastes delicados en un clima de gran encanto y brillantez. Atenci¨®n a los di¨¢logos camer¨ªsticos en ambas serenatas y a la energ¨ªa r¨ªtmica que anima sus poderosos movimientos finales.
Serenatas. Johannes Brahms. Riccardo Chailly y la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Decca
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