Xavier Bray: ¡°El gran p¨²blico ignora a Goya como retratista¡±

A lo largo de su vida, Francisco de Goya pint¨® alrededor de 150 retratos, un g¨¦nero sobre el que volcaba su af¨¢n experimentador a la vez que le procuraba cada vez mayor reconocimiento art¨ªstico y social. Cada retrato suyo es tan diferente a los dem¨¢s como el personaje retratado. Sin embargo, en las muchas exposiciones que se han dedicado, ninguna se ha centrado de manera exclusiva en los retratos. Es una deuda que la temporada de exposiciones que ahora comienza va a quedar saldada con creces con Goya: The portraits, la gran muestra que el 7 de octubre abre la temporada en la londinense National Gallery, coincidiendo con la llegada a la direcci¨®n de Gabriele Finaldi, ex director adjunto del Museo del Prado. El comisario, Xavier Bray (Londres, 1972), conservador jefe de la Dulwich Picture Gallery, ha organizado una exposici¨®n con la que est¨¢ seguro de que Londres se va a quedar asombrado ante un retratista a la altura de Vel¨¢zquez, Holbein, Thomas Gainsborough o William Hogarth. "A Goya se le conoce por sus pinturas negras, por las brujas de sus grabados; pero el gran p¨²blico le ignora como retratista. Tienen la idea de que era un loco visionario, pero no saben que fue uno de los m¨¢s grandes retratistas de la historia. Se van a quedar boquiabiertos", afirma. A mediados de agosto, Bray pas¨® por Madrid para filmar unas escenas del documental que acompa?ar¨¢ a la exposici¨®n y concedi¨® a Babelia esta entrevista.

P. ?Por qu¨¦ Goya? ?C¨®mo surgi¨® el proyecto de esta exposici¨®n?.

R. A ¨¦l le dediqu¨¦ mi tesis doctoral. Despu¨¦s, en la National Gallery, comisari¨¦ una exposici¨®n sobre Goya y el Infante Don Luis (el retrato de esta familia, y el de cada uno de sus miembros son important¨ªsimos). El proyecto de esta exposici¨®n lo present¨¦ en 2004 y fue aprobado, pero las dificultades para conseguir los pr¨¦stamos han sido muchas. Por eso se ha tardado tanto en poder hacerla. Debo decir que el apoyo inicial que he tenido por parte del museo del Prado ha sido determinante. Con su aval, las puertas se abren de otra manera. Les estoy muy agradecido. Nos prestan nada menos que 10 obras.

Contaba todo del personaje que ten¨ªa delante y sobre ¨¦l experimentaba todo lo que pasaba por su cabeza

P. ?Incluido el retrato de la familia de Carlos IV?

R. No, esa es una pieza inamovible para el museo. En cambio, si nos prestan la familia de los duques de Osuna y sus hijos, para m¨ª uno de los trabajos m¨¢s sublimes de Goya. Nadie ha retratado unos ni?os como ¨¦l.

P. ?Desde cu¨¢ndo arranca su inter¨¦s por Goya?

R. Desde muy joven. Cuando ten¨ªa 15 a?os, trasladaron a mi padre (Nicholas Bray periodista del Wall Street Journal) a Madrid. Cada vez que pod¨ªa, me iba al museo del Prado, que por entonces, la d¨¦cada de los 80, era muy diferente al de ahora. Me impresionaron muchos pintores, pero Goya, me impact¨® de una manera muy especial. Mi madre, Josette Dacosta Bray, pintora y educadora de arte supo inculcarme el amor por la pintura y est¨¢bamos en la ciudad perfecta para ello.

P. Ya de adulto y con la carrera terminada, volvi¨® a Espa?a.

R. Volv¨ª para realizar la tesis sobre Goya. Estudi¨¦ Arte y me especialic¨¦ en pintura espa?ola, a diferencia de mis compa?eros, quienes en general prefirieron la pintura italiana.

P. Con 43 a?os, debe de ser usted el hispanista m¨¢s joven.

R. Creo que si. No entiendo por qu¨¦ no hay un inter¨¦s mayor por la especializaci¨®n en el arte espa?ol.

P. ?Por qu¨¦ el retrato, dentro de la enorme producci¨®n de Goya?

R. Nunca se le ha dedicado hasta ahora una monogr¨¢fica a sus retratos. Se le conocen alrededor de 160 y en esta exposici¨®n veremos una tercera parte (67 pinturas y cuatro dibujos) absolutamente representativa de c¨®mo ¨¦l entend¨ªa el g¨¦nero. Para ¨¦l, el retrato era una manera de avanzar en su carrera. Con ellos experimentaba y avanzaba socialmente. Cada retrato es una obra nueva y ¨²nica. Jam¨¢s se repet¨ªa. Yo creo que fue el g¨¦nero en el que m¨¢s brill¨®.

P. ?En qu¨¦ maestros se pudo inspirar?

Cada retrato es una obra nueva y ¨²nica. Goya jam¨¢s se repet¨ªa

R. Solo en la realidad que ten¨ªa delante. Si tengo que citar a alg¨²n maestro, se?alar¨ªa a Vel¨¢zquez. Cuando ves una de sus obras, conoces el fondo de la persona retratada. Contaba todo del personaje que ten¨ªa delante y sobre ¨¦l experimentaba todo lo que pasaba por su cabeza. Fue, sin duda, el artista m¨¢s moderno. El retrato de Mel¨¦ndez Vald¨¦s, por ejemplo, es puro Lucien Freud.

P. ?Sabemos c¨®mo pintaba?

R. Lo principal para ¨¦l era el rostro. Se sabe que no necesitaba demasiadas sesiones con los modelos delante. Con tres o cuatro, sol¨ªa bastarle. Le complac¨ªa mucho retratar a los ni?os. Sabemos tambi¨¦n que recurr¨ªa la charla relajada para que el retratado se esponjara y dejara salir lo mejor (y lo peor) de sus sentimientos m¨¢s profundos.

P. ?Nos consta que hubiera rechazos o enfados a la vista del resultado?

R. ?No creo que muchos. Solo me consta el enfado del escritor Jos¨¦ de Vargas y Ponce. A cambio, se sabe que el rey le abraz¨® cuando vio el resultado de su retrato.

P. ?Qui¨¦nes fueron los protagonistas de sus obras, adem¨¢s de los miembros de la familia real?

R. Por encargo pint¨® a casi todos los grandes pr¨®ceres de la ¨¦poca, a todo aquel que ten¨ªa un peso en la sociedad y a toda la aristocracia. Pint¨® a todos los miembros de su familia y disfrutaba tambi¨¦n con sus amigos. Lo que no sol¨ªa hacer era pintar a gente de la calle, a personas corrientes.

P. ??Se autorretrataba?

R. ?A menudo. Para la exposici¨®n hemos reunido ocho autorretratos. El primero, prestado por Ibercaja, es de cuando contaba con 33 a?os. En el ¨²ltimo, ya hab¨ªa cumplido los 60, es el autorretrato con el doctor Arrieta (1820), del Minneapolis Institute of Art. Los autorretratos se podr¨¢n ver enlazando los diferentes grupos de personajes de la exposici¨®n.

P. ??Hay in¨¦ditos?

R. Eso es muy dif¨ªcil. Lo que s¨ª hay son grandes sorpresas. La primera es el famoso retrato La duquesa de Alba, prestado por The Hispanic Society de Nueva York, que ser¨¢ la segunda vez que salga de Estados Unidos y la primera que viene a Gran Breta?a. El retrato de Don Valent¨ªn Bellv¨ªs de Moncada y Pizarro, cedido por el Fondo Cultural Villar Mir, no se ha expuesto nunca en p¨²blico, lo mismo que el retrato de la condesa-duquesa de Benavente, prestado por un coleccionista privado. Otra curiosidad ser¨¢ el retrato de Francisco de Saavedra, propiedad de la Courtauld Gallery, que estaba en muy malas condiciones y ha sido restaurado recientemente. No se ve¨ªa desde hace 50 a?os y estar¨¢ colgado junto al de Jovellanos, pintados ambos en 1798.

P. ?Es un artista bien conocido en el mundo anglosaj¨®n?

R. Es muy valorado por los especialistas y los artistas, claro. No tanto por el p¨²blico general. Lo que m¨¢s se conoce de ¨¦l son las series de grabados de los Caprichos, las pinturas Negras¡­. El retrato es menos conocido, salvo obras populares como las majas.

P. ?Y no se aburrir¨¢n los visitantes contemplando rostros que a ellos no les dicen gran cosa?

R. Puede que la sucesi¨®n de rostros resulte aburrida, pero lo que yo puedo asegurar es que la exposici¨®n de Goya no va a resultar mon¨®tona para nadie. Las obras est¨¢n escogidas de manera que podamos repasar toda su producci¨®n. Y el montaje va a ser muy especial.

P. ?Qu¨¦ tendr¨¢ de sorprendente?

R. Los retratos est¨¢n formados por grupos sociales y pol¨ªticos y su contemplaci¨®n va a ser muy espectacular. Espere a verlo.

P. ?Habr¨¢ m¨²sica de fondo?

R. No. Dentro de las salas habr¨¢ un silencio protestante. Para las audio-gu¨ªas, he elegido composiciones de Boccherini (ligado a Goya como compositor de c¨¢mara del infante don Luis de Borb¨®n) y de Beethoven.

P. En Lo sagrado hecho real, la exposici¨®n dedicada al Barroco espa?ol, se atrevi¨® usted a cantar una saeta. ?Se animar¨¢ a repetir la experiencia frente a Goya?

R. No lo creo. Aquello ocurri¨® de manera espont¨¢nea ante una obra de Vel¨¢zquez. Estaban rodando un documental y me sent¨ª inspirado. El cante jondo me entusiasma. Esta vez habr¨ªa que ir m¨¢s por la zarzuela, pero no me atrever¨¦.

P. ??El canto es su segunda pasi¨®n, despu¨¦s del arte?

R. De peque?o so?aba con ser Alfredro Kraus, pero no tengo educaci¨®n musical. Mi bisabuelo, vasco-franc¨¦s se pon¨ªa a cantar arias oper¨ªsticas en cuanto estaba borracho. Yo he llegado a actuar con la London Symphony Orchestra dirigidos por Rostrop¨®vich, pero mi futuro no va por ah¨ª. Canto por puro gusto.