Ida Vitale: ¡°El ¨²nico m¨¦todo es desconfiar, revisar, volver¡±
La escritora recoge en Madrid el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana
![Pablo Xim¨¦nez de Sandoval](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F270aaf70-db44-44e1-8a29-de9ae3b69f5d.jpg?auth=764aa9f29b69f78b5600051a34ed37bcf917cf618b50dac54109211841cedf39&width=100&height=100&smart=true)
Los recuerdos de Ida Vitale llegan muy lejos. Recuerda que de ni?a, en el sal¨®n de una casa en Montevideo, despu¨¦s de la cena se desplegaban los mapas sobre la mesa y su familia, de ascendencia italiana, segu¨ªa la guerra de Espa?a recreando los ¨²ltimos avances que contaban los peri¨®dicos y la radio. Son recuerdos remotos de una persona de 92 a?os, intelectualmente robusta y con energ¨ªa para despachar casi de noche una sesi¨®n de fotos, una hora de entrevista y despu¨¦s seguir discutiendo con su marido, Enrique Fierro, sobre si los poetas sicilianos son, en general, los mejores de Italia. "Todav¨ªa mi l¨ªmite es m¨¢s f¨ªsico que psicol¨®gico".
Ida Vitale (Montevideo, 1923) recogi¨® ayer en Madrid el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa Iberoamericana, el m¨¢ximo reconocimiento en su g¨¦nero. "Una sorpresa. Y un poco tarde. No tarde por otra cosa que la edad, que complica un poco m¨¢s la existencia", dec¨ªa hace un par de semanas en su casa de Austin (Texas). "Siempre que ha habido un reconocimiento me ha parecido un exceso. Siempre es como un milagro. Uno se pregunta qui¨¦n y por qu¨¦ tuvo esa peregrina opini¨®n".
La biograf¨ªa de Ida Vitale est¨¢ marcada por una infancia rodeada de un ambiente intelectual. "Mi casa era una casa muy pedag¨®gica, todos eran profesores. En casa hab¨ªa libros, sobre todo en italiano, que yo no entend¨ªa. Pero el libro era algo familiar. Todav¨ªa en una feria de Madrid me regal¨¦ un ejemplar de Pinocho y Chapete, que era lo que me regalaban cuando era chica. Lo que m¨¢s saqu¨¦ en limpio (de aquellos libros) fue la combinaci¨®n de ciertos colores que me encantaban. Un verde aceituna¡ quiz¨¢ fue la primera vez que tuve conciencia de que un libro puede ser bonito". Lo recuerda en contraste con el primer libro que tuvo, Las aventuras de Nils Holgersson, en una edici¨®n peque?a con fotos en blanco y negro y una letra diminuta "que hoy no ser¨ªa aprobada ni para adultos".
A?os despu¨¦s, esa vida ser¨ªa marcada tambi¨¦n por el exilio para huir de la dictadura de Uruguay (1973-1985). "Enrique dio una conferencia y ah¨ª estaba un embajador de M¨¦xico que ten¨ªa muy claro lo que estaba pasando en Uruguay. A los dos d¨ªas alguien llam¨® y pregunt¨®: '?Ustedes se van a M¨¦xico?'. Yo le pregunt¨¦ de d¨®nde sacaba eso y me dijo que se lo hab¨ªa dicho el embajador. Cit¨® a Enrique y le explic¨® que le constaba que la cosa ven¨ªa mal y que ¨¦l pod¨ªa sacarlo como becario".
?Por qu¨¦ le atribuyen a la poes¨ªa una responsabilidad pol¨ªtica?
Vitale y Fierro llegaron a un M¨¦xico que para entonces ya hab¨ªa acogido a las v¨ªctimas de todas las desgracias del siglo hasta ese momento, desde los espa?oles hasta los chilenos. "M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s generoso del mundo. Fue llegar y encontrar trabajo. A la semana, estar traduciendo un libro. Un pa¨ªs tan rico y con tanta gente, c¨®mo es de generoso en el plano intelectual". Volvieron a Uruguay tras la dictadura, donde Fierro fue director de la Biblioteca Nacional. En 1989, de nuevo por el trabajo de ¨¦l, se instalaron en este peque?o piso frente a la Universidad de Texas en Austin. Lleva all¨ª desde entonces con un ingl¨¦s muy rudimentario ("Aqu¨ª todos los que uno necesita hablan espa?ol") y casi sin libros, porque la biblioteca de la universidad es monumental.
Los recuerdos de aquellos a?os en M¨¦xico son la base de un nuevo libro que ten¨ªa que haber terminado hace dos meses pero sigue corrigiendo. "Es mi deuda de gratitud con M¨¦xico, con esos a?os. Dejar el pa¨ªs puede ser muy doloroso, pero yo empec¨¦ a encontrar unas posibilidades que antes no ten¨ªa". El libro se titular¨¢ Shakespeare Palace. "Cuando llegamos fuimos a una casa ruinosa en la calle Shakespeare. El libro empieza con los personajes de esa casa, todo lo que fue un poco el principio".
Palabras precisas
Vitale ha sido citada como una maestra de la concisi¨®n, autora de una poes¨ªa precisa como un telegrama donde no sobra ni una sola palabra. "En general la correcci¨®n tiende a eliminar. Pero no hay un m¨¦todo. El ¨²nico m¨¦todo es desconfiar, revisar, volver¡", intenta explicar. "No me preocupa la dimensi¨®n [de los poemas] como un problema en s¨ª, sino la relaci¨®n con lo que uno quiere decir. Si se puede decir en menos¡ Es la desconfianza lo que me lleva a reducir o a concentrar. Siempre hay m¨¢s seguridad cuando las palabras son m¨¢s precisas. Cuando uno utiliza muchas palabras rodeando la idea que es esencial, simplemente puede ser que uno no haya encontrado la palabra que lo concentra todo".
Ese rechazo a las palabras de adorno no le distrae de la est¨¦tica, que considera "la primera obligaci¨®n de la poes¨ªa". "No se usa la poes¨ªa para convencer a la gente de que tiene que dejar de ser analfabeta o que tiene que cumplir unos principios ¨¦ticos. Hay muchas cosas importantes que no son tarea de la poes¨ªa. Yo admir¨¦ mucho a Neruda, que es un enorme poeta. Pero no s¨¦ si lo m¨¢s interesante es su poes¨ªa pol¨ªtica. Siempre pienso que nadie ha querido a trav¨¦s de la pintura convencer a nadie de que tiene que hacer tal o cual cosa. ?Por qu¨¦ le cargan a la poes¨ªa con esa responsabilidad? Quiz¨¢ lo que m¨¢s me gusta es la m¨²sica porque no me encarrila hacia nada".
"La base de mi alimentaci¨®n es el chocolate", confiesa Vitale, mientras sirve una torta reci¨¦n horneada y discute, entre poetas sicilianos, el tipo de t¨¦ que conviene a esta hora de la tarde.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Pablo Xim¨¦nez de Sandoval](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F270aaf70-db44-44e1-8a29-de9ae3b69f5d.jpg?auth=764aa9f29b69f78b5600051a34ed37bcf917cf618b50dac54109211841cedf39&width=100&height=100&smart=true)