Ninjas y dioses en la lucha obrera del Olimpo

J¨²piter y Minerva son altas ejecutivas al mando de una empresa sider¨²rgica en la que se avecina una revuelta. Los obreros, hastiados de su situaci¨®n y con un aire que podr¨ªa recordar a los Altos Hornos de Vizcaya, se enfrentan a los dioses para reclamar la propiedad de lo que est¨¢n explotando. Ser¨¢ entonces cuando un H¨¦rcules que aqu¨ª es superh¨¦roe aparezca con un ej¨¦rcito de ninjas. As¨ª ser¨¢ la ¨®pera La guerra de los gigantes de Sebasti¨¢n Dur¨®n que se ver¨¢ en un doble programa en el Teatro de la Zarzuela junto con su zarzuela El imposible mayor en amor, le vence amor. Con este men¨² se pretende recordar al compositor espa?ol en el tercer centenario de su muerte.

¡°Cuando Paolo Pinamonti me propuso hacer estas dos obras, me pareci¨® un proyecto inabordable. La primera es una ¨®pera y la segunda una zarzuela, y el texto de esta ¨²ltima est¨¢ lleno de met¨¢foras, un texto riqu¨ªsimo de una enorme dificultad¡±, explica Gustavo Tambascio, director de escena de las dos producciones. Con una escenograf¨ªa totalmente pintada en la que se usa la t¨¦cnica del trampantojo, las dos obras se presentan aqu¨ª de un modo diferente: actualizada la primera de tem¨¢tica mitol¨®gica y respetando la ¨¦poca de la trama en la zarzuela. En el caso de la zarzuela, hasta se ha respetado el apartado de danza: ¡°la danza y las posiciones y movimientos de los personajes est¨¢n minuciosamente establecidos sobre la base de los numerosos tratados dejados por los barrocos. En ellos se explica claramente qu¨¦ cantantes pueden moverse, cu¨¢l es su jerarqu¨ªa dentro del escenario o hasta d¨®nde pueden levantar las manos¡±.

De la m¨²sica de ambas se encarga desde el foso Leonardo Garc¨ªa Alarc¨®n, al frente de su conjunto la Cappella Mediterr¨¢nea, que desde la temporada que viene y hasta 2019 ser¨¢ grupo residente de la ?pera de Par¨ªs. ¡°En La guerra de los gigantes me vi inmerso en un combate de Tancredo y Clorinda de Monteverdi. Aqu¨ª tenemos por primera vez en Espa?a la c¨®lera en m¨²sica representada por los violines. Es tal la velocidad que los m¨²sicos no saben cu¨¢ndo pasar la p¨¢gina. Aqu¨ª el ritmo del coraz¨®n es el que rige las emociones¡±, dice el director musical. En esta primera obra del programa homenaje al compositor que Garc¨ªa Alarc¨®n llama el ¡°H?ndel espa?ol¡±, se ha viajado hasta una posguerra de a?os 60 del siglo XX con la industria de Europa evolucionando a un ritmo vertiginoso.

Para la segunda, sin embargo, Tambascio ha respetado su ¨¦poca original y ha revestido de barroco el mito. ¡°Los barrocos quer¨ªan que lo exquisito estuviera en el escenario porque sab¨ªan que a la gente el teatro les entraba por los ojos¡±, dice el coordinador de la dramaturgia, que cuenta que la carga de texto en esta es considerable y que va a sonar ¡°a un verso m¨¢s arcaico¡±, con una deconstrucci¨®n del recitativo que pretende parecerse a la forma de hablar de aquella ¨¦poca. ¡°Hemos hecho una reconstrucci¨®n lo m¨¢s cercana posible a lo que podr¨ªa haberse encontrado un espectador del sal¨®n del Retiro en 1710¡±, cuenta Tambascio.

El doble programa -en el que el reparto est¨¢ capitaneado por Vivica Genaux, Cristina Alunno y Mercedes Arcuri- podr¨¢ verse en el Teatro de la Zarzuela los d¨ªas 17, 18, 20, 22 y 23 de marzo a partir de las ocho de la tarde.

La pol¨¦mica de la autor¨ªa

La autor¨ªa de estas obras no est¨¢ del todo clara. Mientras algunos atribuyen la autor¨ªa de ambas obras a Dur¨®n, otros dudan en el caso de la zarzuela, que podr¨ªa ser obra de Jos¨¦ de Torres, organista de la Capilla Real. Aunque el director del teatro, Daniel Bianco, ha resaltado que ¡°no hay datos concluyentes que nos hagan indicar que esta obra es del Maestro Torres¡±, s¨ª que alaba el sano ejercicio de este tipo de debates en temas de recuperaci¨®n de patrimonio.

Seg¨²n Tambascio, aquel verano de 1710 en el que se estren¨® la obra ¡°era el peor momento pol¨ªtico para que un exiliado pol¨ªtico como Dur¨®n estrenara en Espa?a, por lo que quiz¨¢ por eso aparece la zarzuela firmada por Torres¡±. Tambi¨¦n es cierto que Torres no hizo despu¨¦s de aquello ninguna otra obra l¨ªrica para la escena, pero Garc¨ªa Alarc¨®n va m¨¢s all¨¢ y compara la m¨²sica. Seg¨²n el director musical, la forma de componer de la zarzuela tiene muchas similitudes con la de otras obras de Torres, por lo que quiz¨¢ la firma en la partitura lleve la raz¨®n. A¨²n as¨ª, la verdad a¨²n no est¨¢ lista para ser desvelada.