Arruncharse, tinto, taco: as¨ª se habla en Colombia
El Instituto Caro y Cuervo prepara un diccionario de colombianismos de 10.000 entradas que recoge la riqueza ling¨¹¨ªstica del pa¨ªs
El Festival del Porro de C¨®rdoba, as¨ª tal cual, puede sonar a una org¨ªa psicod¨¦lica en el sur de Espa?a para los amantes del cannabis. Poco tiene que ver con la realidad. Ni C¨®rdoba se trata de la ciudad espa?ola ni porro, muy a pesar de la Real Academia, significa solo un cigarrillo de marihuana. As¨ª se lo plantearon hace poco representantes de este festival colombiano, al Instituto Caro y Cuervo. Quer¨ªan que ese ritmo musical, un baile de pura coqueter¨ªa del Caribe, la tierra donde el canto es todo, fuese aceptado como lo que significa. Sin duda ser¨¢ una de las acepciones que se incluyan en el diccionario de colombianismos que prepara este centro, encargado de divulgar e investigar la cultura del pa¨ªs.
El proyecto se comenz¨® a concretar en junio del a?o pasado, pero naci¨® mucho antes. La investigadora Mar¨ªa Clara Henr¨ªquez hab¨ªa participado en la creaci¨®n del Diccionario de Americanismos y sab¨ªa de la existencia de un diccionario de colombianismo tanto como de su necesidad por ser actualizado. Elaborado por los lexic¨®grafos alemanes G¨¹nther Haensch y Reihold Werner, databa de 1993 y, desde entonces, muchas cosas hab¨ªan cambiado. ¡°Uno se engoma con esto¡±, es la forma colombiana que Henr¨ªquez usa para explicar que su apasionamiento por la variedad ling¨¹¨ªstica de su pa¨ªs.
El primer aviso de la necesidad de un diccionario de colombianismos la percibi¨® durante su estancia en Espa?a. La cara de extra?eza del interlocutor cuando ella ped¨ªa un tinto queriendo un caf¨¦ y no una copa de vino, o explicar que prender el carro no supon¨ªa incendiar un coche, le sirvi¨® para empezar a hacer su particular selecci¨®n. ¡°Todo lo que no entend¨ªan sab¨ªa que era un colombianismo¡±, bromea Henr¨ªquez, quien durante mucho tiempo apunt¨® t¨¦rminos y expresiones en libretas donde tambi¨¦n guardaba recortes de peri¨®dicos.
El diccionario, financiado por el Ministerio de Cultura y en cuya elaboraci¨®n trabajan actualmente 18 personas coordinadas por Henr¨ªquez, estar¨¢ el listo el pr¨®ximo a?o. En la primera se consigui¨® elaborar un listado de 3.500 palabras y expresiones propias de Colombia. En la segunda, que estar¨¢ lista para finales de a?o, el trabajo se centra en recopilar el vocabulario de 10 zonas de Colombia, donde aflora una riqueza ling¨¹¨ªstica ingente, especialmente en Antioquia y la costa. La investigadora calcula que se sumar¨¢n otras 3.250, hasta lograr cerca de 10.000 en el resultado final, sin incluir las relacionadas con la flora y la fauna, que ir¨¢n en un ap¨¦ndice.
El omnipresente tranc¨®n o taco, el atasco diario de muchas ciudades colombianas; charro, una persona o situaci¨®n aburrida o de mal gusto; embolador, aquel que tiene por oficio limpiar y lustrar el calzado, o arruncharse, algo as¨ª como acurrucarse, proveniente de los runchos, mam¨ªferos que se encogen cuando se les va a atrapar, son algunos de los ejemplos que se figurar¨¢n en el diccionario.
El requisito b¨¢sico para confirmar que algo es un colombianismo es que no aparezca en el espa?ol peninsular. A partir de ah¨ª se explica su significado y se pone un ejemplo. Las fuentes son innumerables. Del Corpes y el Crea de la RAE han surgido centenares de ejemplos. Como hay tanto t¨¦rmino coloquial, la prensa, sobre todo la regional, y las revistas son las principales fuentes a las que recurren. Tambi¨¦n aparecen muchos ejemplos en las cartas o comentarios de Internet, ¡°pero toca seleccionar porque muchos insultos, maltrato del lenguaje o ejemplos demasiado agresivos que no sirven¡±.
Para los t¨¦rminos del Caribe, la literatura de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez es un pozo sin fondo de ejemplos, mientras que el lenguaje del sicariato y toda la zona antioque?a est¨¢ muy presente en la obra de Fernando Vallejo. No ocurre lo mismo entre los autores m¨¢s j¨®venes. ¡°No encontramos tantos casos, aunque depende del estilo s¨ª son m¨¢s costumbristas¡±, a?ade la lexic¨®grafa.
La directora del Caro y Cuervo, Carmen Mill¨¢n, celebra la acogida que el diccionario ha tenido en el pa¨ªs. ¡°La gente reconoce el gusto por las palabras, se trata de hacer un uso diferente al de la RAE¡±, comenta Mill¨¢n, quien recuerda que cierto criterio reduccionista para incluir palabras en el DRAE, lo que ha propiciado que algunos pa¨ªses, con M¨¦xico a la cabeza, se hayan lanzado a crear sus propios diccionarios. Para ello reclaman la colaboraci¨®n de sus habitantes. Un brainstorming, la lluvia de ideas de los anglosajones. Aunque en este caso, lo mejor ser¨ªa botar corriente con un tintico.
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