Mar¨ªa Moliner, la domadora de las palabras
El Teatro de la Zarzuela de Madrid estrena una obra basada en la peripecia biogr¨¢fica de la lexic¨®grafa Mar¨ªa Moliner
El Teatro de la Zarzuela de Madrid, tan parco en estrenos, se ha comprometido seriamente con la presentaci¨®n mundial de esta nueva ¨®pera, basada en la peripecia biogr¨¢fica de Mar¨ªa Moliner, la gigantesca lexic¨®grafa que realiz¨® sola, en el sal¨®n de su casa, un diccionario de uso del espa?ol de extraordinarias resonancias.
Mar¨ªa Moliner
?pera documental en dos actos. M¨²sica de Antoni Parera Fons. Libreto de Luc¨ªa Vilanova. Direcci¨®n de escena y escenograf¨ªa de Paco Azor¨ªn. Direcci¨®n musical de V¨ªctor Pablo P¨¦rez. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela. Reparto: Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel, Jos¨¦ Juli¨¢n Frontal. Sandra Ferr¨¢ndez, Sebasti¨¤ Peris, Celia Alcedo, Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez, Lola Casariego, Juan Pons¡
Teatro de la Zarzuela de Madrid. Estreno absoluto. Del 13 al 21 de abril.
Excelente iniciativa esta ¨®pera, realizada, eso s¨ª, desde propuestas muy problem¨¢ticas. Una ¨®pera espa?ola actual no puede dejar de lado la extrema dificultad de cocinar bien los ingredientes. Y de ellos, el m¨¢s importante y el primero a considerar es el de una relaci¨®n significativa entre texto y canto, algo que solo se alcanza cuando hasta el ¨²ltimo espectador sale del teatro convencido de que esa historia no puede ser viable m¨¢s que cantada. Este enigma solo se acerca a su resoluci¨®n cuando el texto supura poes¨ªa y lirismo.
No es este el caso. En Mar¨ªa Moliner, esta primera premisa se soslaya antes de empezar. El espect¨¢culo naci¨® de la iniciativa de Paco Azor¨ªn (como ha comentado), y ah¨ª empiezan los problemas. Una ¨®pera es un proyecto de un compositor, es ¨¦l quien determina su dramaturgia desde la m¨²sica y la alquimia de un canto acoplado al texto como una pareja ardiente de deseo. En esta ¨®pera lo que se percibe es un buen proyecto teatral, una libretista, Luc¨ªa Vilanova, que elabora concienzudamente una historia bien teatralizada, pero desde un libreto atroz, un m¨²sico de buena mano en las partes musicales y bordeando el naufragio en las l¨ªneas de canto y, ya en la realizaci¨®n, un equipo art¨ªstico formidable y motivado que defiende como puede la cojera inicial del proyecto.
Lo que el espectador percibe es una serie de textos que no le proporcionan al compositor m¨¢s que una prosa realista de dif¨ªcil encaje en una l¨ªnea de canto; y sucede lo peor que puede ocurrir en una ¨®pera, que los espectadores se pregunten, ?por qu¨¦ cantan?
Dejando de lado este pecado original, el espect¨¢culo tiene buenos mimbres. Los m¨¢s importantes son la propia protagonista, la fascinante Mar¨ªa Moliner, una de esas pocas mujeres poderosas que, en medio de la zozobra, construye un pa¨ªs en la intimidad de su mente. Tiene tambi¨¦n el espect¨¢culo una espl¨¦ndida atm¨®sfera de antifranquismo que nos recuerda que todav¨ªa lo necesitamos como un diab¨¦tico, la insulina.
Hay escenas teatralmente admirables; un reparto de lujo, en el que la gran mezzo Mar¨ªa Jos¨¦ Montiel se vac¨ªa para encarnar ese hero¨ªsmo tan femenino consistente en la generosidad m¨¢xima desde el ostracismo, Montiel proporciona terciopelo vocal y temperamento y si alguien puede hablar de ¨¦xito, es ella; una orquesta y un coro bien llevados por V¨ªctor Pablo P¨¦rez, muy seguro al frente de su propia orquesta, la ORCAM; un reparto equilibrado, del que destacan Jos¨¦ Juli¨¢n Frontal, como marido de Mar¨ªa, Sandra Ferr¨¢ndez, Celia Alcedo, Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez y Lola Casariego, en los papeles de esas otras mujeres que nunca llegaron a la RAE en una Espa?a obtusa, o el bien conocido Juan Pons como acad¨¦mico de la RAE casposo y taimado; hay tambi¨¦n que se?alar una m¨²sica muy bien ajustada cuando acompa?a, Parera Fons tiene un oficio s¨®lido, gusto por las reducciones camer¨ªsticas de la orquesta que le dan muchas posibilidades expresivas, solo le falta ser el due?o de la dramaturgia lo que casi convierte su aportaci¨®n en una m¨²sica incidental de altos vuelos.
La teatralizaci¨®n de la historia de Mar¨ªa Moliner circula bien por las dos horas de espect¨¢culo y, a veces, consigue hacer olvidar su deficiencia oper¨ªstica. Hay ambici¨®n y ganas. Pero alguien deber¨ªa considerar que una ¨®pera espa?ola actual no se hace desde el automatismo.
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