Letras sobre el cuadril¨¢tero
La publicaci¨®n en Espa?a de ¡®Golpes de gracia¡¯ devuelve a la actualidad la tradici¨®n literaria en torno al boxeo
Si la raigambre de una ret¨®rica del boxeo ha sido fecunda entre autores anglosajones, no ha sucedido lo mismo en Espa?a, a pesar de la aparici¨®n de varios t¨ªtulos en los ¨²ltimos a?os. ¡°En Estados Unidos se respeta y apoya este deporte con emisiones televisivas, novelas, ensayos, pel¨ªculas. Aqu¨ª, sin embargo, los combates son pol¨¦micos¡±, apunta el escritor Jos¨¦ ?ngel Barrueco, autor del pr¨®logo del libro Ocho relatos de boxeo de Alexander Drake (Lupercalia, 2014).
¡°Probablemente el boxeo tenga mucho que ver con la literatura: el escritor, como el p¨²gil, debe mantenerse firme contra las adversidades¡±, explica Barrueco. Y ciertamente, el boxeo nos recuerda que la vida es sufrimiento, que generalmente estamos solos y que perder, la mayor¨ªa de veces, es la ¨²nica opci¨®n. ¡°Un boxeador es, por definici¨®n, un perdedor, aunque ¨¦l, en alg¨²n momento de su carrera, todav¨ªa no lo sepa. Es como apostar en la ruleta, con la particularidad de que la bolita que rueda por la ruleta es el cuerpo del boxeador rodando por la lona del ring¡±, sostiene Joxemari Iturralde, autor de la ¨²ltima gran obra pugil¨ªstica publicada en castellano.
Golpes de gracia, publicada en la editorial Malpaso, narra el ascenso de dos personajes casi hom¨¦ricos ¡ªPaulino Uzkudun e Isidoro Gazta?aga¡ª, ubicados en la Tolosa de la primera mitad del siglo XX. Ambos pensaron que la mejor salida para aizkolaris y pelotaris como ellos era el boxeo, un deporte que les alejaba del caser¨ªo y la miseria para aproximarles al dinero, la fama y las mujeres. ¡°Eso de dirimir una disputa usando la fuerza bruta de los pu?os nos lleva directamente a una especie de t¨²nel en el tiempo, a la ¨¦poca de los primeros balbuceos de la humanidad¡±, concluye el escritor vasco, heredero de una exigua pero potente tradici¨®n literario-pugil¨ªstica espa?ola que hunde sus ra¨ªces en obras como El boxeador y un ¨¢ngel (Francisco Ayala, 1928), Round Corner (Ignacio Aldecoa, 1962) o los versos como pu?etazos de Machado: ¡°Camorrista, boxeador/ z¨²rratelas con el viento¡±.
En la entrevista que le hacen a Manuel Alc¨¢ntara en el libro La edad de oro del boxeo (Libros del K.O.), el malague?o ¡ªquiz¨¢s el m¨¢s agudo cronista de boxeo en nuestro pa¨ªs, con permiso de Jos¨¦ Luis Alvite¡ª cierra del mejor modo posible las disquisiciones acerca de este deporte al que ya nadie llama juego: ¡°En conclusi¨®n, la vida es un ring¡±.
Joxemari Iturralde narra el ascenso de Paulino Uzkudun e Isidoro Gazta?aga
¡°Hay momentos para recitar poes¨ªas y hay momentos para boxear¡±, dec¨ªa Roberto Bola?o. Tal vez se equivocaba. El padre del chileno, Le¨®n Bola?o, fue un camionero boxeador que naci¨® en 1926 en Los ?ngeles (Chile). Se alist¨® en la marina, pero pronto la abandon¨®. Haciendo honor a su nombre, Le¨®n prefiri¨® la lucha. Fue campe¨®n de peso pesado en el sur del pa¨ªs y se gan¨® la vida durante alg¨²n tiempo encajando golpes. ¡°Mucho mejor que recibiendo ¨®rdenes¡±, pensar¨ªa Le¨®n en alguna ocasi¨®n. Cuando nacieron sus hijos, Le¨®n colg¨® los guantes y se compr¨® un cami¨®n. Quiz¨¢s el autor de Los detectives salvajes errara en su apreciaci¨®n pugil¨ªstica, pues la historia de la literatura da buena cuenta de la cantidad de relatos y autores que han asociado reiteradamente ambos universos.
Sobrino de Oscar Wilde
Fabian Avenarius Lloyd ¡ªcomo en realidad se llamaba Arthur Cravan¡ª reun¨ªa las dos condiciones que para Bola?o eran incompatibles: boxeador y poeta. Este sobrino de Oscar Wilde fue profesor de boxeo en la Barcelona de comienzos del siglo XIX. Con casi dos metros de altura, los golpes de Cravan se hincaban en la carne de los adversarios como aviones furiosos. El artista Eduardo Arroyo ¡ªautor del ensayo Boxeo y literatura (Editorial Turner, 2010)¡ª lo sigui¨® y pint¨® por medio mundo. El poeta maldito deseaba cosas tan extra?as como ¡°rellenar mis guantes de boxeo con rizos de mujer¡±. El cartel de su pelea con el ex campe¨®n Jack Johnson se ha convertido en mito tras el falso documental que Isaki Lacuesta estrenara en 2002 bajo el t¨ªtulo Cravan vs. Cravan.
Conan Doyle, Byron, Mailer o Ezra Pound escribieron sobre este deporte
Fue precisamente un combate de Jack Johnson contra James Jeffries ¡ªla gran esperanza blanca¡ª el que sirvi¨® para que otro gran literato, Jack London, firmara una de las cr¨®nicas m¨¢s sublimes de este deporte: El combate del siglo. La editorial Gallo Nero public¨® hace unos a?os el libro en nuestro pa¨ªs, apostando claramente por la potencia literaria de este deporte: ¡°El libro demuestra que aquel combate no fue s¨®lo de boxeo. Fue mucho m¨¢s. En el cuadril¨¢tero se enfrentaban todas las tensiones raciales de Am¨¦rica y la derrota de Jeffries desencaden¨® una violenta reacci¨®n en el pa¨ªs¡±, afirma Donatella Iannuzi, editora del libro. Otra obra de su cat¨¢logo ¡ªEl profesional, escrita por W.C. Heinz¡ª, recibi¨® elogios de entusiastas del cuadril¨¢tero como Hemingway o Elmore Leonard. ¡°Claro que en el boxeo hay literatura. ?No es la danza de Mohamed Al¨ª en el ring pura poes¨ªa?¡±, concluye Iannuzi.
Norman Mailer, Conan Doyle, Bernard Shaw, Lord Byron, Ezra Pound o F.X. Toole (autor del relato que inspir¨® a Clint Eastwood para Million Dollar Baby), escribieron a prop¨®sito de este drama primitivo, at¨¢vico y ancestral que se juega en un crudo escenario llamado ring. En un mundo eminentemente masculino brilla especialmente la lucidez de la escritora Joyce Carol Oates. Suyo es el ensayo Del boxeo (1986), una suerte de biblia para pegadores que contiene densas valoraciones que emparejan al boxeo con una experiencia casi sagrada: ¡°El tiempo, al igual que la posibilidad de muerte, es el adversario invisible del cual los boxeadores ¡ªy el ¨¢rbitro, los ayudantes, los espectadores- son profundamente conscientes¡±.
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