The Rock Festival, reivindicando los himnos del pop espa?ol
La Uni¨®n, Burning, Nacha Pop y otras seis bandas nacionales tocar¨¢n el s¨¢bado 25 en el Vicente Calder¨®n
Dicen que en los 80, o eras mod, o eras rocker. Si te gustaban Burning, era impensable que fueras a conciertos de La Uni¨®n. Los grupos entonces marcaban territorio, se inyectaban de carisma y trataban de no parecerse demasiado al de al lado. Con el tiempo -y frente a las adversidades-, la oleada musical de supervivientes del pop y el rock espa?ol ha borrado las fronteras personales para unir fuerzas. Prueba de ello es su pr¨®xima gran actuaci¨®n conjunta, ma?ana s¨¢bado 25 de junio en el Estadio Vicente Calder¨®n, para celebrar la puesta de largo de una nueva cita madrile?a: The Rock Festival.
Extintas las propuestas veraniegas que aglutinaban a las bandas espa?olas que triunfaron en los 80 y los 90, este festival pretende remover los recuerdos con un cartel formado por Nacha Pop, Danza Invisible, La Guardia, Rebeldes, Tennessee, La Frontera, Los Trogloditas, y s¨ª, tambi¨¦n La Uni¨®n y Burning. ¡°Antes nuestros p¨²blicos pod¨ªan ser distintos, pero ahora est¨¢n todos unificados¡±, defiende el fronterizo Javier Andreu. Est¨¢ convencido de que no hay l¨ªmite, ni del bien ni del mal, entre los compa?eros que compartir¨¢n escenario en el c¨¦lebre campo de f¨²tbol. S¨ª hay ciertas barreras entre esta y el resto de citas festivaleras, en las que parece no tener cabida esta hornada generacional, a pesar de superar los 30 a?os de trayectoria. ¡°?Por qu¨¦ no puede existir un festival en el que toquen La Frontera, Love of Lesbian y Le¨®n Benavente?¡±, se pregunta Javier Ojeda, a lo que se suma el rebelde Carlos Segarra apelando a la fibra sensible: ¡°Faltaba un festival de grupos con letras que han cambiado la vida de la gente¡±. Y aqu¨ª est¨¢.
El macroconcierto arrancar¨¢ ma?ana a las cinco de la tarde, durar¨¢ m¨¢s de ocho horas y cada banda tocar¨¢ una media de cincuenta minutos. Cada show ser¨¢ individual, pero habr¨¢ espacio para la improvisaci¨®n y la mezcla entre unos y otros, demostrando as¨ª la qu¨ªmica existente. El repertorio de todos los protagonistas estar¨¢ repleto de hits propios: ¡°Nada de karaokes ni tributos, las canciones estar¨¢n cantadas por la gente original¡±, aventura el incendiario Johnny Cifuentes. ¡°Me resulta rom¨¢ntico. Cada uno va a hacer la flor y nata de su repertorio. Ser¨¢ una fiesta total¡±, predice, y el momento oportuno ¡°para reivindicar la m¨²sica en castellano. ?Por qu¨¦ no podemos llenar nosotros el Calder¨®n, como los internacionales?¡±, plantea Roberto Gil de Tennessee. Para conseguirlo, se disparar¨¢n decenas de himnos patrios: Lobo hombre en Par¨ªs, Chica de ayer, Cuando brille el sol, Qu¨¦ hace una chica como t¨² en un sitio como este¡ Estribillos grabados a fuego que, a base de carretera y experiencia, lucir¨¢n otro pelaje: ¡°A lo mejor antes ¨¦ramos blanditos, inexpertos, pero ya no sonamos como en los 90. Cantamos Te vi correr o Llueve en mi coraz¨®n y se nota que hay aplomo, que hay un oficio. Hay que dejar los prejuicios de lado¡±, reflexiona el vocalista de Tennessee. Y de paso celebrar que la veteran¨ªa es un grado ¡°en un mundo que rinde un culto quiz¨¢ enfermizo a la juventud¡±, apunta Segarra.
Tras compartir giras y escenarios con frecuencia, el feeling entre los participantes parece reinar tambi¨¦n fuera de las tablas. ¡°Lo que va a ocurrir en los camerinos dar¨ªa para un cortometraje independiente de alt¨ªsima calidad¡±, bromea Javier Ojeda, al que los a?os le han vuelto ¡°m¨¢s sinverg¨¹enza¡± de lo que era en su juventud. Ya se sabe: el tiempo se encarga de quitar los cors¨¦s y los pudores, pero el viento no siempre sopla a favor del que logr¨® el ¨¦xito. Frente a las d¨¦cadas doradas del pop espa?ol, cuando todos ellos sonaban en las radios porque ¡°lo underground era mainstream¡±, en la actualidad se encuentran con un panorama completamente contrario. ¡°Somos un grupo de Cuarto Milenio. Sin sonar en ning¨²n sitio, la gente viene a vernos. Y llenamos¡±, garantiza el l¨ªder de La Guardia.
Conducidos por el locutor Fernandisco y con una espectacular concentraci¨®n motera Raiders are coming dentro del mism¨ªsimo estadio, los m¨²sicos pellizcar¨¢n la memoria musical del p¨²blico, aunque hay quien se apresura a eliminar las previsibles etiquetas: ¡°No es nada nost¨¢lgico, nuestras carreras siguen en marcha¡±, aclara Rafa S¨¢nchez de La Uni¨®n. Ojeda aclara el asunto: ¡°En el rock, cuando cumples una edad ya eres un nost¨¢lgico. Puedes publicar discos buen¨ªsimos y creativos, pero no tienes cabida¡±. Caiga lo que caiga, ninguno deja de escribir, grabar y tocar, como demostrar¨¢n este s¨¢bado en vivo. ?Ser¨¢ ambicioso llenar un estadio de f¨²tbol? A priori, puede parecerlo, pero para Segarra ¡°lo raro es que no se haya hecho antes. Estamos vivos, ?que rabien las vecinas!¡±.
Babelia
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