Plurales y fugitivos: retrato de grupo con teor¨ªa al fondo
Los poetas educados durante la Transici¨®n, seleccionados ahora en tres antolog¨ªas, se alejan del realismo dominante entre sus mayores.
El mapa de la poes¨ªa espa?ola que tom¨® el relevo de la leva de la Transici¨®n (los nacidos en los a?os cincuenta) es una realidad consolidada. Tres trabajos han aparecido recientemente para confirmarlo. Dos antolog¨ªas, La cuarta persona del plural, de Vicente Luis Mora, y Fugitivos, de Jes¨²s Aguado, y un monogr¨¢fico de la revista po¨¦tica A?os Diez titulado ¡®El lugar del poeta¡¯ coordinado por Juan Carlos Reche. El arco biol¨®gico por fecha de nacimiento es, en las dos antolog¨ªas, el comprendido entre 1960 y 1980 (con una excepci¨®n en la de Aguado: Elena Medel, nacida en 1985), y en el monogr¨¢fico se inicia en 1965 para concluir en 1987, aunque se prolonga de modo excepcional hasta 1994, con Ismael Ramos. Los tres trabajos vienen a certificar el fin de una hegemon¨ªa, afirman la diversidad y ponen la calidad (y el gusto del ant¨®logo) en primer plano.
Fugitivos. Antolog¨ªa de la poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea
Jes¨²s Aguado (ed.). Fondo de Cultura Econ¨®mica. Madrid, 2016. 313 p¨¢ginas. 20 euros. Autores incluidos: Jos¨¦ ?ngel Cilleruelo, Pilar Gonz¨¢lez Espa?a, Juan Vicente Piqueras, Carlos Marzal, Aurora Luque, Vicente Gallego, Isabel Bono, Juan Antonio Gonz¨¢lez Iglesias, Francisco Alba, Enrique Falc¨®n, Vicente Luis Mora, Miriam Reyes, Josep Maria Rodr¨ªguez y Elena Medel.
La cuarta persona del plural. Antolog¨ªa de poes¨ªa espa?ola contempor¨¢nea (1978-2015)
Vicente Luis Mora (ed.). Vaso Roto. Madrid, 2016. 543 paginas. 22 euros. Autores incluidos: Rikardo Arregi, Jes¨²s Aguado, Esperanza L¨®pez Parada, Jorge Riechmann, Diego Doncel, Eduardo Garc¨ªa, Jordi Doce, Antonio M¨¦ndez Rubio, Melcion Mateu, Mariano Peyrou, Mar¨ªa do Cebreiro, Sandra Santana y Juan Andr¨¦s Garc¨ªa Rom¨¢n.
La "zona de intersecci¨®n" (nombres compartidos por ambas antolog¨ªas): Jos¨¦ ?ngel Cilleruelo, Vicente Valero, Eduardo Moga, Ada Salas, ?lvaro Garc¨ªa, Agust¨ªn Fern¨¢ndez Mallo, Julieta Valero, Pablo Garc¨ªa Casado y Jos¨¦ Luis Rey.
A?os Diez
Revista de poes¨ªa. N¨²mero 3. ¡®El lugar del poeta. Poes¨ªa espa?ola para el siglo XXI¡¯. 136 p¨¢ginas. 14 euros: Juan Carlos Reche, Pere Ballart, Lorena Ventura, Abraham Gragera, Juan Andr¨¦s Garc¨ªa Rom¨¢n, Guillermo L¨®pez Gallego, Carlos Pardo, Fruela Fern¨¢ndez, Mart¨ªn L¨®pez-Vega, Unai Velasco, Luis Mu?oz, Ana Gorr¨ªa, David Leo, ?lvaro Garc¨ªa, Mar¨ªa do Cebreiro, Alberto Carpio, Mariano Peyrou y Luis Melgarejo.
Vicente Luis Mora aborda en el pr¨®logo a La cuarta persona del plural una extensa indagaci¨®n en la evoluci¨®n m¨¢s reciente de nuestra l¨ªrica en busca de la excelencia, de la quiebra de las convenciones y de la atenci¨®n a f¨®rmulas innovadoras que, ante todo, expresen opciones alejadas de lo que llama ¡°poes¨ªa de la normalidad¡±, vinculada a la formulaci¨®n realista. Las fallas de la cr¨ªtica acad¨¦mica, el precario abordaje de la poes¨ªa en la ense?anza secundaria, el ahondamiento en la denominaci¨®n poes¨ªa fuerte de Harold Bloom son vectores que gu¨ªan su b¨²squeda de la ¡°complejidad excelente¡± entre los poetas que accedieron a la mayor¨ªa de edad en 1978, con la Constituci¨®n, y quienes lo hicieron en el cambio de siglo. La ruptura del lenguaje, la reinvenci¨®n de la experiencia y de la tradici¨®n o lo que Eduardo Garc¨ªa calificara como ¡°po¨¦tica del l¨ªmite¡± son algunas claves de esa b¨²squeda. Estar¨ªamos as¨ª ante un canon de la heterodoxia al que no son ajenas las elaboraciones sobre la creaci¨®n de Barthes o Derrida. Un empe?o encomiable, pero que bordea la desmesura por el desajuste entre una teor¨ªa de la excelencia (¡°una voz singular, propia, diferente, compleja y excesiva¡±) y la pr¨¢ctica de una n¨®mina sin sorpresas y con nombres que ya gozan de reconocimiento cr¨ªtico desde hace al menos un lustro. En gran medida, el pr¨®logo de Mora se proyecta en Fugitivos, selecci¨®n que Jes¨²s Aguado aborda con una intencionalidad distinta: ¡°No hay teor¨ªas detr¨¢s de este libro. No hay presupuestos acad¨¦micos de ninguna clase¡±, escribe, para despu¨¦s subrayar su car¨¢cter de ¡°propuesta personal¡± (como casi todas las antolog¨ªas). Sin embargo, el resultado de su prospecci¨®n es, en parte, coincidente con el de La cuarta persona. As¨ª, nos encontramos, sumando ambas, con una n¨®mina de 34 poetas de est¨¦ticas y filiaciones diversas, nueve de ellos compartidos, que van del minimalismo reflexivo y emocional de Cilleruelo al poema-mosaico de Fern¨¢ndez Mallo, pasando por el pulso entre irracionalista y cotidiano de Moga, por el hermetismo social de M¨¦ndez-Rubio, el esencialismo de Ada Salas, la quiebra de la l¨®gica discursiva de Julieta Valero o la narratividad ir¨®nica de Pablo Garc¨ªa Casado.
Vicente Luis Mora trata de alejarse en La cuarta persona del plural de lo que llama ¡°poes¨ªa de la normalidad¡±
El lugar del poeta, sin embargo, tiene algo de prolongaci¨®n en el tiempo y en las preocupaciones est¨¦ticas de las dos antolog¨ªas. Se trata de una panor¨¢mica en la que se alternan textos te¨®ricos, derivas reflexivas sobre el oficio del poeta y sobre la evoluci¨®n ¨²ltima de la poes¨ªa m¨¢s joven, y breves muestras de obra. S¨®lo Mar¨ªa do Cebreiro, Mariano Peyrou, ?lvaro Garc¨ªa y Juan Andr¨¦s Garc¨ªa Rom¨¢n aparecen en alguna de las selecciones anteriores. Si en aqu¨¦llas la ¡°ceremonia de la diversidad¡± est¨¢ representada por poetas ya probados, en El lugar del poeta la propuesta es m¨¢s abierta y arriesgada (David Leo, Alberto Carpio, Ismael Ramos) y no ce?ida al poema. Hay trabajos de gran calado como el texto (¡®El cometido del poeta¡¯) de Juan Carlos Reche que lo abre, la apuesta por lo imaginativo de Pere Ballart o la reflexi¨®n sobre mensaje y poema de Carlos Pardo; hay po¨¦ticas en prosa y po¨¦ticas en verso, y hay, sobre todo, una permanente meditaci¨®n sobre el espacio que el poeta (el poema) ocupa en el siglo XXI: de la experiencia de lo cotidiano a la experiencia de la escritura.
Advertimos en las tres entregas ausencias notables: Alberto Tes¨¢n, Jos¨¦ Luis Piquero, Ana P¨¦rez Ca?amares, Ben Clark, Raquel Lanseros¡ Pero es el riesgo de toda selecci¨®n. Aunque la ausencia m¨¢s significativa tenga un car¨¢cter tendencial: el realismo m¨¢s despojado y directo, sin bordes, s¨®lo aparece tangencialmente (m¨¢s en el monogr¨¢fico). Quiz¨¢ sea la contrapartida a un lago tiempo de dominio. El siglo XXI se abri¨® con el paradigma de la diversidad. Y se mantiene y ahonda 15 a?os despu¨¦s.
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