Digna reaparici¨®n de Cristina S¨¢nchez en Cuenca por una causa solidaria

La torera Cristina S¨¢nchez, que volvi¨® a enfundarse el terno de luces por un d¨ªa en la primera de la feria de San Juli¨¢n de Cuenca, cort¨® dos orejas y sali¨® a hombros junto a Juli¨¢n L¨®pez El Juli, que cosech¨® id¨¦ntico balance art¨ªstico. Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Daniel Ruiz, de presencia muy justa, nobles y manejables en general, aunque no sobrados de casta, a excepci¨®n del enrazado tercero.

La corrida que abr¨ªa la feria de Cuenca estaba cargada de emotividad. No en vano reaparec¨ªa un torero, y mujer, quien no se vest¨ªa de luces desde finales de 1999. Y todo ello con una finalidad altruista, pues sus honorarios ser¨¢n destinados a la investigaci¨®n contra el c¨¢ncer infantil.

Y Cristina S¨¢nchez estuvo tremendamente digna ante un lote noble, pero al que le falt¨® fondo.

En su primera faena, brindada al p¨²blico y a sus dos hijos, la madrile?a supo darle espacio y tiempo al de Daniel Ruiz, para llevarlo a media altura con gusto ocasionalmente. Eso s¨ª, como no se pueden pedir imposibles, tambi¨¦n hubo dudas y rectificaciones cuando el toro se lo pens¨®.

Lo m¨¢s destacado en la lidia de su segundo, otro ejemplar noble pero que no termin¨® de humillar ni de rebosarse al perseguir la muleta, radic¨® en la templanza con la que condujo a su oponente en varios naturales, ejecutados al ralent¨ª, aunque de manera perif¨¦rica.

A criterio del aficionado queda qu¨¦ merece m¨¢s consideraci¨®n, si la templanza o la falta de ajuste. En el quinto fall¨® con la espada, lo que no evit¨® que recogiera -de manera totalmente justificada y merecida- el respeto y la admiraci¨®n de los tendidos en la vuelta al ruedo.

El Juli sali¨® a por todas en el tercero tras el triunfo de Cristina. Tremendo y arrollador, en ning¨²n momento dej¨® que el encastado toro de Daniel Ruiz lidiado en tercer lugar cogiera m¨¢s aire del necesario. Lucido en el recibo a la ver¨®nica y el quite por chicuelinas y cordobinas, el madrile?o anduvo siempre en cercan¨ªas, sin apenas irse de la cara tras finalizar las tandas. Lo exprimi¨® por abajo y tir¨® del toro hasta el final con m¨¢s mando que est¨¦tica.

Su segundo careci¨® de raza y embisti¨® rebrincado y punteando el enga?o hasta que se vino abajo, momento en el que El Juli cit¨® de rodillas, aunque con escaso lucimiento.

Enrique Ponce, que brind¨® su primera faena a su compa?era de terna, protagoniz¨® dos trasteos muy en su l¨ªnea; citando por fuera y vaciando hacia dentro, con su elegancia personal.

En su primero perdi¨® el trofeo por el fallo con el descabello, y en el cuarto se le pidi¨® la segunda oreja (no concedida) por una labor de largo metraje y refinada que tuvo m¨¢s eco en los tendidos cuando consigui¨® ligar los muletazos, algo que ocurri¨® solo ocasionalmente.