Alfombras inglesas

Se pudo ver el pasado domingo por TCM la entrega de los premios BAFTA aunque en versi¨®n reducida, seg¨²n aclararon, la misma que emit¨ªa la BBC. A pesar de eso, durante hora y media se nos mostr¨® previamente la larga, aburrida, embarullada y bastante fea ¡°alfombra roja¡± en la que las estrellas luc¨ªan sus vestidos y joyas mientras hac¨ªan t¨®picas declaraciones sobre sus respectivas nominaciones. Al d¨ªa siguiente se pudo leer en bastante prensa la relaci¨®n de las que iban mejor vestidas y tambi¨¦n de las que iban peor, sin olvidar las opiniones vertidas en las redes sociales, qu¨¦ guapa iba fulanita, qu¨¦ feo el vestido de menganita... Cu¨¢nta pesadez con el desfile de las alfombras rojas, verdes o del color que quieran, que a los dalt¨®nicos nos da lo mismo.

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Tanto en los Oscar, los Goya, los Feroz, los Bafta, los C¨¦sar¡­ la alfombra de marras ha adquirido un protagonismo que est¨¢ resultando insufrible, muy cansino. Hay un p¨²blico para ello, naturalmente, pero su afici¨®n est¨¢ superando el motivo principal y nos deja casi in albis a los que sintonizamos la tele para conocer el desarrollo de los premios, aunque pueda entenderse que la exhibici¨®n de la obra de dise?adores de trajes y joyer¨ªas acarree beneficios econ¨®micos para quienes organizan estos saraos.

Por fin lleg¨® a la pantalla la ceremonia, y hay que reconocer que, al menos en la versi¨®n reducida, fue sobria y elegante, incluso r¨¢pida a pesar de la presencia de los duques de Cambridge, uno de los hijos de Lady Di, Guillermo y su esposa, que, seg¨²n cierta prensa, ¡°sienten tanta pasi¨®n por el contacto con las estrellas como cualquiera de nosotros¡±, lo que finalmente result¨® una especie de prolongaci¨®n de la alfombra roja. Su presencia motiv¨® alguna suave humorada del presentador Stephen Fry, m¨¢s acerado cuando brome¨® sobre el Brexit o sobre la actriz Meryl Streep, ¡°la sobrevalorada¡±, seg¨²n el inefable Mr. Trump, que dios guarde.

?Los premios? A estas alturas no hay sorpresas ni riesgos. La, la, land es la pel¨ªcula de moda y seguramente no habr¨¢ premio que se le resista, de modo que los brit¨¢nicos la secundaron. Antes de conocerse las nominaciones ya se echaban de menos t¨ªtulos que no provinieran masivamente de Hollywood. Ni siquiera hubo novedades ¡ªaparte de Julieta¡ª en lo tocante a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa, en cuyas candidaturas figuraban nominadas al Oscar o incluso una ganadora ya del mismo, la h¨²ngara El hijo de Sa¨²l, que lo obtuvo el a?o pasado y ahora se ha llevado el Bafta. Para m¨ª la mejor pel¨ªcula de 2015, hace ya tiempo. Nada nuevo, pues, principiando por la colorada alfombra y sus aparatosos abalorios. Menos mal que esta epidemia de galas y premios empieza ya su recta final, al menos por este a?o.