Te gusta la poes¨ªa (pero no lo sabes)

¡°A algunos les gusta la poes¨ªa. / A algunos, / es decir, no a todos. / Ni siquiera a los m¨¢s, sino a los menos. / Sin contar las escuelas, donde es obligatoria, / y a los mismos poetas, / ser¨¢n dos de cada mil personas¡±. Esto dicen unos ir¨®nicos versos de la polaca Wislawa Szymborska en un poema escrito para proclamar que para ella la poes¨ªa es un lugar al que aferrarse como uno se aferra a los recuerdos gratos y a las mejores sensaciones. Aunque no sepa definirlos. Para eso est¨¢n los poemas, apunta, para poner en palabras nuestros sentimientos. Szymborka, premio Nobel de Literatura en 1996, forma parte de la n¨®mina de 30 autores que conforman la colecci¨®n Poes¨ªa que EL PA?S lanza con el peri¨®dico el pr¨®ximo domingo 26 de marzo.

Configurada por los mejores versos de cada autor, la serie arranca con una antolog¨ªa de Miguel Hern¨¢ndez que conmemora el 75? aniversario de la muerte en la c¨¢rcel de Alicante del autor de Nanas de la cebolla. Fue el 28 de marzo de 1942. Ten¨ªa 31 a?os. Horas antes hab¨ªa recibido la ¨²ltima visita de su esposa, Josefina Manresa, que siempre record¨® que aquel d¨ªa su marido ten¨ªa "los pies fr¨ªos" y "la ronquera de muerte".?

A raz¨®n de una antolog¨ªa por semana, la colecci¨®n de poes¨ªa de EL PA?S pondr¨¢ al alcance de los lectores la obra de los grandes poetas universales, cl¨¢sicos y modernos. As¨ª, nombres como William Shakespeare, Friedrich H?lderlin, Giacomo Leopardi o Arthur Rimbaud alternar¨¢n con los de Rainer Maria Rilke, Constantinos Cavafis, Cesare Pavese, C¨¦sar Vallejo, Anna Ajm¨¢tova o Federico Garc¨ªa Lorca. De la sensibilidad exquisita de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez al vigoroso realismo sucio de Charles Bukowski, pasando por la ¨¦pica democr¨¢tica de Walt Whitman, todas las sensibilidades tienen cabida en un canon l¨ªrico que permitir¨¢ disfrutar a cada autor individualmente y, a la vez, rastrear las huellas de la modernidad que conecta a Edgard A. Poe con Charles Baudelaire y a este con Paul Val¨¦ry. Tambi¨¦n ser¨¢ una oportunidad de acudir directamente a fuentes a las que no paran de acudir los m¨²sicos y cineastas de hoy: ya se trate de los versos de Antonio Machado (cantados por Serrat o Extremoduro) o el propio Miguel Hern¨¢ndez (musicados recientemente por Carmen Linares o Ni?o de Elche); ya se trate de Emily Dickinson (protagonista del filme Historia de una pasi¨®n) o de Mario Benedetti (cuyo romanticismo urbano atraviesa El lado oscuro del coraz¨®n). Unos y otros son justo aquellos que demuestran lo que nos gusta la poes¨ªa. Aunque no sepamos definirla ni sepamos siquiera que nos gusta.