R¨¢pido, f¨¢cil y claro

Esta vez s¨ª: el alma de t¨¢bano de Els Joglars, con su aguij¨®n intacto. En Zenit, la compa?¨ªa catalana vuelve a donde m¨¢s h¨¢bil se mostr¨® siempre: a la composici¨®n de im¨¢genes sat¨ªricas que desembocan unas en otras, ¨¢gilmente; el texto es un mero soporte, sobre el que se erige la resuelta teatralidad de su lenguaje pantom¨ªmico, acompasado por m¨²sica de ballet.

Tras varios espect¨¢culos contra enemigo peque?o, este aborda un tema mayor: la crisis del periodismo, el rigor informativo decreciente, la situaci¨®n de contenidos banales en primer plano y en horario preferente, el ruido con el cual las redes ensordecen hechos documentados y opiniones fundadas. Buena parte de lo que recoge en suma el Informe Anual de la Profesi¨®n Period¨ªstica de 2017.

Els Joglars entreveran su relato con una antolog¨ªa de alusiones a espect¨¢culos suyos: los laber¨ªnticos pasadizos de El Vaticano de Columbi lapsus son ahora las revueltas subterr¨¢neas que unen las sedes de sendos diarios; las ejecuciones que perpetra el Daesch, evocan las de La torna; la actitud quijotesca de Mart¨ªn, recuerda la del protagonista de En un lugar de Manhattan¡­

Que el texto no est¨¦ m¨¢s afinado es lo de menos ante la voluntad de contar de la compa?¨ªa, el arrojo que transmite y la fuerza de cinco escenas de pata negra, una de ellas, la de la inteligencia artificial que da matarile a la directora. Junto a Ramon Fontser¨¦, sobresale Pilar S¨¢enz, que mantiene la excelente forma f¨ªsica y compositiva de hace veinte a?os. Eficac¨ªsimo, el artefacto escenogr¨¢fico, escalinata y retablo a la vez. Si sigue eligiendo bien los temas, tenemos una compa?¨ªa cargada de futuro.