En cuerpo y alma
Marta Sanz construye en 'Clav¨ªcula' una reflexi¨®n sobre el dolor y la escritura a partir de la vida de una autora de ¨¦xito
Clav¨ªcula, de Marta Sanz, trata del dolor y sus ramificaciones. Arranca con la percepci¨®n de un dolor f¨ªsico, tan m¨ªnimo e impreciso como imperioso, que exige una exploraci¨®n m¨¦dica y requiere tambi¨¦n de una indagaci¨®n personal, pues de repente ese dolor ocupa el lugar central de la vida de una mujer pr¨®xima a la menopausia. Una mujer que es tambi¨¦n esposa, hija, amiga, trabajadora y escritora. Sobre todo escritora, dado que es esta tarea la que ocupa y vertebra su d¨ªa a d¨ªa, seg¨²n reflejan estas p¨¢ginas. Y, por a?adidura, una escritora muy apreciada ya por miles de lectores, que parece haber cumplido su sue?o.
Sentir un dolor y referir ese dolor son los dos ejes en torno a los que gira Clav¨ªcula. Sentirlo f¨ªsicamente en el propio cuerpo: los s¨ªntomas, su progresi¨®n y mutaci¨®n con el paso de los d¨ªas, las sensaciones que desata. Y tambi¨¦n percibirlo fuera de ¨¦l: en las miradas de los otros, en el afeamiento de la letra o en la econom¨ªa familiar. Y desde luego, sentirlo an¨ªmicamente: los miedos que desata, la culpa inexplicable, e incluso una inflexi¨®n o posible v¨ªncu?lo ideol¨®gico.
?Y c¨®mo referir mi sufrimiento? Las reflexiones sobre escritura y dolor jalonan las p¨¢ginas de Clav¨ªcula, un libro donde hay cr¨®nica, apuntaciones diar¨ªsticas, un cuento, retratos, lecturas y referencias a la obra propia o a otras afines al tema que la ocupa, autobiograf¨ªa, correspondencia electr¨®nica, sue?os, confesi¨®n. L¨®gicamente, tal heterogeneidad implica diferencias. El cuento ¡®Buscamos una amapola que no se marchite¡¯ no me parece que encaje muy bien aqu¨ª. Corta demasiado la progresi¨®n de un proceso que justo a esa altura empieza a anclarse con firmeza. Adem¨¢s, ya lo hemos le¨ªdo recientemente en otras partes.
S¨ª me han interesado mucho la relaci¨®n entre escribir y padecer, que alumbra s¨ªmiles y met¨¢foras: ¡°Escribo de lo que me duele. Hoy veo con toda claridad que la escritura quiere poner nombre e imponer un protocolo al caos. Al caos de la naturaleza, a la desorganizaci¨®n de esas c¨¦lulas dementes que se resisten a morir, y al caos que habita en el orden de ciertas estructuras sociales¡±. Provoca interrogaciones a las que Marta Sanz intenta responder y dudas que aspira a despejar o aclarar: ¡°Para quienes experimentamos la pulsi¨®n de la escritura, los dos caminos ¡ªla biolog¨ªa y la cosm¨¦tica¡ª est¨¢n errados. (¡) Ando buscando nuestra inmensa belleza entre este contubernio de palabras gratamente blasfemas y lenguaje corporal¡±. Y tambi¨¦n genera algunas certezas: ¡°¡?me gustan los libros que producen orzuelos. Los que abren estigmas en las palmas de las manos. Los que aprietan la garganta y nos cortan la respiraci¨®n¡±.
Y obliga a un compromiso. Ya casi al final de su traves¨ªa, Marta Sanz descubre que podr¨ªa haber aderezado u ordenado sus ¡°entradas¡± de otro modo para hacer m¨¢s novelesco su relato, aproxim¨¢ndolo al g¨¦nero de las novelas de detectives. Pero no es ese su prop¨®sito. Estas p¨¢ginas son una indagaci¨®n y ¡°aspiran a operar como herramientas afiladas. Un tr¨¦pano o un berbiqu¨ª. Describen un proceso, puede que una figura circular, y hablan de una persona. No de sus pasos de baile¡±.
Y este designio, sin duda, eleva y distingue.
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Autor: Marta Sanz.
Editorial: Anagrama (2017).
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda (208 p¨¢ginas).
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