Al encuentro con uno mismo

Las pel¨ªculas en las que los personajes deben recorrer el cauce de un r¨ªo en sentido ascendente siempre tienen un sentido metaf¨®rico. Se trata de un viaje hacia lo desconocido, hasta una misi¨®n equ¨ªvoca, al encuentro con el otro pero sobre todo al encuentro con uno mismo, con su interior, y en una condiciones fuera de lo convencional, a contracorriente. Al trayecto f¨ªsico hay que unirle el trayecto moral. Que se lo digan al capit¨¢n Willard en busca del coronel Kurtz en Apocalypse now, a Fitzcarraldo en lucha con su megaloman¨ªa.

Los dos (medio) hermanos protagonistas de R¨ªo arriba, pel¨ªcula belga de la veterana Marion H?nsel, tambi¨¦n tienen algo de aventureros a la fuerza, de contrasentido. Apenas se conocen y van en busca del padre en territorio agreste, un paisaje croata bell¨ªsimo y de tr¨¢gica intrahistoria. Eso s¨ª, en busca del padre muerto: para uno de ellos, un simple enigma, pues ni lo roz¨®; y para el otro, una certeza que quiz¨¢ prefiera olvidar. Y H?nsel, cerca de cuatro d¨¦cadas en esto del cine, cuyas pel¨ªculas solo han llegado a Espa?a con cuentagotas, narra la odisea con lenguaje metaf¨®rico, narrativa minimalista y acompa?amientos formales compactos pero exiguos. La m¨²sica, por ejemplo, tarda en acudir casi 45 minutos, y nunca subraya.

Ante un panorama as¨ª, y con no demasiado texto, parece obligado un dueto interpretativo de altura. Esta pel¨ªcula lo tiene. Olivier Gourmet y Sergi L¨®pez, dos grandes gordos del cine europeo, kilos de carisma y pasi¨®n, tipos normales con el atractivo de la fotogenia, la mirada abrasadora y la fortaleza gestual de los grandes de la cotidianidad, logran cogerte por las tripas hasta que finalmente llegan los secretos, relacionados con un padre que comenz¨® a luchar en la Legi¨®n Extranjera y ya nunca abandon¨® la batalla. Todas las batallas. Hasta conformar una pel¨ªcula de apariencia escueta pero de s¨®lido bagaje.