T de Teatre: bodas de plata

Se cumplen los 25 a?os de T de Teatre, una compa?¨ªa de actrices que ha creado 10 espect¨¢culos y representado 2.500 funciones, vistas por m¨¢s de un mill¨®n de espectadores. Tras la l¨ªnea brillante y sarc¨¢stica de sus primeros ¨¦xitos pod¨ªan haberse dormido en los laureles y explotado la f¨®rmula, pero optaron por arriesgarse a cambiar de tonalidades, autores y g¨¦neros: buscaron a Daulte para hacer Com pot ser que t¡¯estimi tant, a Sanzol para Delicades y Aventura!, a Pau Mir¨® para Dones com jo y a Ciro Zorzoli para Premis i c¨¤stigs. Su nueva entrega, E.V.A., acaba de llegar al Romea barcelon¨¦s bajo el marchamo del Festival Grec, y la firman Cristina Genebat, Marc Artigau y Julio Manrique, que tambi¨¦n dirige la puesta, su tercer montaje de una temporada plet¨®rica tras La treva, de Donald Margulies, y L¡¯¨¤nec salvatge, de Ibsen.

E.V.A. es una comedia con muy buen equilibrio entre humor y drama, compleja bajo su aparente sencillez; con di¨¢logos ¨¢giles, incisivos, atrapados con buen ojo y mejor o¨ªdo, y en su centro, un misterio envuelto en silencio y una fuga fant¨¢stica. Si tuviera que resumir en una frase su tonalidad, dir¨ªa que me recuerda un cruce entre Robert Lepage y Neil Simon (o Cesc Gay). Tambi¨¦n hay evidentes puntos de contacto con piezas anteriores del equipo, a caballo entre lo cotidiano y lo m¨¢gico, como Llum de gu¨¤rdia, que escribieron Julio Manrique y Sergi Pompermayer, o Santa Nit, de Cristina Genebat, dirigidas ambas por Manrique.

La funci¨®n cuenta la historia de cuatro mujeres que estudiaron en el mismo colegio. Una de ellas fue v¨ªctima, por acci¨®n u omisi¨®n, de las dem¨¢s. En el presente, y resumiendo mucho, digamos que ?gata (?gata Roca) es una actriz que en v¨ªsperas del 25? aniversario de su compa?¨ªa sufre un bloqueo que le impide cantar y recibe la noticia de que su madre ha escapado del geri¨¢trico. Paloma (Marta P¨¦rez) es una anestesista que viaja a Estocolmo, donde recibir¨¢ una sorprendente declaraci¨®n y descubrir¨¢ una profunda verdad sobre s¨ª misma. Clara (Carme Pla), profesora de historia en excedencia, angustiada por la inminente partida de su hija, quiere poner orden en su vida. Lola (Rosa G¨¤miz), vendedora de pisos, madre de gemelos, anhela cambiar literalmente de piel y vive en continua agitaci¨®n porque ha dejado escapar sus ilusiones. Y Eva (Carolina Morro), hija de Clara, es el futuro, contemplado sin cinismos ni t¨®picos. El t¨ªtulo, obviamente, alude a ella, pero tambi¨¦n es el acr¨®nimo de Escala Visual Anal¨®gica, el sistema utilizado en medicina para medir el grado de dolor que puede experimentar un paciente.

Es una comedia con muy buen equilibrio entre humor y drama, compleja bajo su aparente sencillez, con di¨¢logos ¨¢giles e incisivos

Los personajes masculinos, contemplados con notable afecto, cumplen el rol de ins¨®litos gu¨ªas: Jordi Rico interpreta a Pius, empleado del geri¨¢trico y ornit¨®logo aficionado, y a Adam, traductor e int¨¦rprete. Albert Ribalta es ?ngel, un coach, y Yoshiro, un especialista en reorganizaci¨®n existencial. Ambos actores los sirven con muy fino humor y riqueza de matices.

La comedia no ha de ser f¨¢cil de armar, con sus continuos cambios de tono y de escenarios, pero la direcci¨®n es imaginativa y tiene muy buen ritmo, apoyada en la escenograf¨ªa de Alejandro And¨²jar, una caja de madera clara que alberga todos los lugares, muy bien iluminados por Jaume Ventura, con una elegante banda sonora de Marco Mezquida.

?gata Roca borda una criatura sobrepasada, fr¨¢gil y pr¨®xima al estallido, pero sin rozar nunca la farsa o el exceso de aceleraci¨®n y cuajando faenas redondas (mi favorita: el di¨¢logo sobre canciones y p¨¢jaros con Jordi Rico). Rosa G¨¤miz da muy bien la energ¨ªa neur¨®tica de Lola y consigue con humor hacer pr¨®ximo a un bicho considerable: Neil Simon, a quien citaba al principio, hubiera aplaudido sus di¨¢logos. Est¨¢n admirablemente montadas las dos cenas paralelas, con claves y ritmos distintos, entre Lola y ?ngel en Barcelona (comedia y tensi¨®n) y Paloma y Adam en Estocolmo (crescendo de subtextos). Marta P¨¦rez es la pura contenci¨®n y ha de lidiar con que la peripecia de Paloma roce un tanto lo inveros¨ªmil. Carme Pla defiende con poder¨ªo a Clara, el personaje m¨¢s espinoso, culminando su dibujo con otro pasaje memorable: la llamada telef¨®nica a su hija. Clara y el misterioso Yoshiro protagonizan la ¡°parte Murakami¡±, uno de los episodios m¨¢s sugestivos, que desemboca en una fiesta que quiz¨¢s requiera ajustes: el v¨ªdeo de Francesc Isern, c¨¢mara en mano, dificulta un poco la percepci¨®n de lo que sucede, importante argumentalmente. Eva, encarnada con delicada naturalidad por Carolina Morro, no tiene sombras, pero es un reactivo que detona los conflictos de Clara y Lola. Un aplauso tambi¨¦n para la breve aparici¨®n filmada de Mamen Duch, ¡°socia fundadora¡± de la compa?¨ªa, y la veteran¨ªsima Carme Fortuny, a quien me gustar¨ªa ver m¨¢s en nuestros escenarios. E.V.A. puede funcionar de maravilla.

¡®E.V.A.¡¯, de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique. Direcci¨®n: Julio Manrique. Int¨¦rpretes: Rosa G¨¤miz, Carolina Morro, Marta P¨¦rez, Carme Pla, Albert Ribalta, Jordi Rico, ?gata Roca. Teatro Romea (Barcelona). Hasta el 6 de agosto.