Las meigas que bajaron al Sur
El pueblo onubense conserva un castillo en la frontera con Portugal rodeado de leyendas
Las dehesas del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva) conforman una piel verde que acaricia la frontera hispano portuguesa, que cumple 750 a?os, y se asoma al mar Atl¨¢ntico. En medio de las olas de ramas centenarias se alza un enigm¨¢tico baluarte: el castillo de Cortegana, una edificaci¨®n defensiva de origen poco claro, envuelta en leyendas de caballeros templarios y que acoge un encuentro sobre medievo y m¨²sica celta cada verano. El Ayuntamiento prepara la primera campa?a de excavaciones para desvelar algunos secretos de este misterioso faro del mar de encinas.
El Festival Sierra Celta ha programado este a?o una actuaci¨®n del gaitero Carlos N¨²?ez (d¨ªa 11 de agosto) y de la banda alemana Corvus Corax (d¨ªa 12). El atractivo m¨¢s singular de los conciertos es su escenario: a los pies del castillo y a 800 metros de altitud, desde donde se vislumbran Extremadura, Portugal, el mar y un cielo espectacular (la zona est¨¢ considerada como uno de los mejores enclaves de Europa para la observaci¨®n astron¨®mica).
El festival y las jornadas medievales multiplican por diez la poblaci¨®n de esta peque?a localidad de 5.000 habitantes, zagu¨¢n del Alentejo portugu¨¦s y situada a unos 30 kil¨®metros de la conocida Aracena.
Las meigas y la pasi¨®n por la cultura celta llegaron a Huelva hace m¨¢s de 700 a?os con los vecinos del norte que repoblaron la ¡°Banda Gallega¡±, la l¨ªnea defensiva construida a lo largo de la frontera con Portugal. Y con ellos llegaron tambi¨¦n los acordes de la m¨²sica septentrional y sus leyendas.
Una de ellas a?ade singularidad al castillo. Los historiadores coinciden en atribuir el m¨¢s probable origen del recinto a la orden del Rey Sancho IV en 1293 para levantar defensas en la zona. Sin embargo, una singularidad destacada por el exconcejal sevillano Emilio Carrillo, hace alimentar la fantas¨ªa sobre la relaci¨®n de los templarios con un m¨¢gico tri¨¢ngulo geogr¨¢fico.
El tri¨¢ngulo templario
La poblaci¨®n pacense de Jerez de los Caballeros, uno de los ¨²ltimos bastiones templarios, Sevilla y la localidad onubense de Lepe, que tambi¨¦n acogi¨® un n¨²cleo de esta orden, conforman los v¨¦rtices de un tri¨¢ngulo imaginario con lados iguales de 124 kil¨®metros de longitud. El centro del ¨¢rea de esta figura geom¨¦trica es el castillo de Cortegana que, adem¨¢s, est¨¢ en la l¨ªnea recta que une Jerez de los Caballeros y la isla Salt¨¦s, situada entre la capital onubense y Punta Umbr¨ªa, a 124 kil¨®metros de la poblaci¨®n pacense y que fue utilizada como puerto por la orden de caballer¨ªa.
Al concejal de Cultura de Cortegana, Jos¨¦ Rafael Borrallo (apellido de origen gallego), le gusta la magia y la coexistencia de las leyendas con la historia. Pretende emprender el pr¨®ximo a?o la primera campa?a de excavaciones arqueol¨®gicas en el castillo para aportar luz al origen del principal monumento de la localidad, pero sin renunciar a lo esot¨¦rico de una zona con restos prehist¨®ricos, romanos y ¨¢rabes que vivi¨® su m¨¢ximo esplendor con las explotaciones mineras y que quiere recuperar este pasado.
Los or¨ªgenes, el enclave y el pasado hist¨®rico configuran una localidad singular con una sociedad civil culturalmente muy activa para una localidad de 5.000 habitantes en el interior de la sierra onubense. Los vecinos gestionan a trav¨¦s de una asociaci¨®n el castillo y mantienen y sostienen con sus propios medios dos casinos (entidades culturales y sociales) as¨ª como una plaza de toros de 1854 levantada por los aficionados.
De este car¨¢cter serrano surgi¨® el personaje Pedro Romero de Terreros (Cortegana, 1710 ¨C Huasca, M¨¦xico 1781), un empresario que fue considerado el hombre m¨¢s rico de su ¨¦poca, algo as¨ª como el Bill Gates o el Amancio Ortega del siglo XVIII.
Babelia
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