El cuaderno escolar de Mar¨ªa Casares
Ejercicios colegiales reviven la memoria de la hija del presidente del Gobierno cuando estall¨® la Guerra Civil. Su triunfo como actriz en Francia venci¨® al intento franquista de borrar el apellido
Mar¨ªa Casares ten¨ªa nueve a?os el 14 de abril de 1931. Estaba en la escuela aquel martes cuando se proclam¨® la Segunda Rep¨²blica. En su cuaderno escolar no hay rastros de aquel terremoto. Al contrario. La redacci¨®n de ese d¨ªa dejaba impert¨¦rrita la actualidad y remit¨ªa a los chicos a la historia. Los alumnos que asist¨ªan con Mar¨ªa al curso elemental en el Colegio Franc¨¦s de La Coru?a atend¨ªan a un dictado sobre Fernando VI. Seg¨²n lo que anot¨® Mar¨ªa, ese rey, uno de cuyos descendientes, Alfonso XIII, acababa de ser derrocado por la avalancha republicana, ¡°favoreci¨® la marina, la agricultura, las ciencias y las artes; dedic¨® todos sus esfuerzos a la paz y prosperidad de Espa?a¡±.
Faltaban cinco a?os para que esa paz, violentada ya otras veces, se rompiera en pedazos estando al mando del Gobierno republicano el padre de la ni?a que se ejercitaba en esa escuela francesa, lengua que luego ser¨ªa decisiva en su carrera de actriz.
El padre era Santiago Casares Quiroga (1884-1950), un republicano exc¨¦ntrico, culto y pudiente, que por azares del destino asumir¨ªa en seguida uno de los ministerios favorecidos anta?o por Fernando VI, el de Marina. En mayo de 1936, en medio de las turbulencias que acabaron en guerra civil y dieron fin a la Segunda Rep¨²blica, Mar¨ªa ten¨ªa 14 a?os y el padre era presidente del Consejo de Ministros.
En cuanto los nacionales se hicieron con el dominio de A Coru?a, aquel hombre y su familia fueron perseguidos hasta el exilio, con oprobio. El gobernador franquista,?Jos¨¦ Mar¨ªa de Arellano, dict¨® este auto de persecuci¨®n y odio: ¡°El nombre de Santiago Casares Quiroga ser¨¢ borrado de todos los registros. Siendo indigno de figurar en el Registro Oficial de Nacimientos, que se lleva en el juzgado municipal, instituido para seres humanos y no para alima?as¡±.
Su padre era un republicano exc¨¦ntrico, culto y pudiente
Ese documento que condenaba a la nada al padre de Mar¨ªa Casares segu¨ªa as¨ª: ¡°En el acta del colegio de abogados y en cuantos libros figure el nombre repugnante de Casares Quiroga deber¨¢ procederse asimismo a borrarlo, de forma que las generaciones futuras no encuentren m¨¢s vestigios suyos que su ficha antropom¨¦trica de forajido¡±.
Se equivoc¨® el gobernador en su proclama: las generaciones futuras adoraron, en Francia, lugar de su exilio, a la hija del objeto de tal odio, Mar¨ªa Casares. Ella fue la gran actriz francesa que nunca dej¨® de ser espa?ola, y que mantuvo consigo el ya in¨²til pasaporte republicano como un signo de fidelidad al padre y a la Rep¨²blica que este defendi¨®. Mar¨ªa Casares, mujer bell¨ªsima, ¡°de ojos felinos y rasgados¡±, tuvo entre sus admiradores a Pablo Picasso, Jean Paul Sartre, Albert Camus¡ del autor de El extranjero y El malentendido, que ella llev¨® al teatro, fue novia hasta el final de la vida del Nobel, en 1960; ambos mantuvieron una esgrima sentimental que llev¨® a Camus a decir que el combate amoroso entre ambos era de guerra y de paz.
El decreto del gobernador, pues, pudo borrar a Casares Quiroga del registro, pero la historia lo mantiene ah¨ª, no solo como gobernante, sino como padre de esa actriz que, a los nueve a?os, cuando se proclamaba la Rep¨²blica, estaba haciendo caligraf¨ªa mon¨¢rquica en un colegio de A Coru?a.
El cuaderno escolar no refleja, claro, ni lo que pasaba cuando la ni?a tomaba nota de lo que le dictaban ni adelanta c¨®mo iba a ser Mar¨ªa Victoria Casares, hija de Santiago y de Gloria. Si acaso, lo que se percibe en este documento, lleno de notas que alcanzan o rozan el sobresaliente, es la decisi¨®n del orden, la belleza de la letra, elegante y fluida, sometida a muy pocos errores que, en todo caso, son severamente castigados, con un punto o dos, por los profesores del Coll¨¨ge Fran?ais de La Corogne, que as¨ª, en franc¨¦s, se dice en el Cahier de Espa?ol que Mar¨ªa inaugura el 11 de abril de 1931, cuando los clarines de la Rep¨²blica vienen sonando.
Novia de Camus, tuvo entre sus admiradores a Picasso
Este cuaderno fue entregado al Ateneo Republicano de Galicia har¨¢ una docena de a?os, al parecer en se?al de agradecimiento por la intervenci¨®n que tuvo esa entidad en la recuperaci¨®n de la vivienda familiar de los Casares en la Calle Panaderas de la ciudad en la que nacieron Casares Quiroga y la actriz que conquist¨® a Camus. Quien custodia ahora ese documento, Juan Luis Alvajar, presidente del Ateneo, cuenta que aquella entrega no est¨¢ documentada, ¡°ni existe rastro alguno en libros de acta de la propia junta directiva o de la asamblea¡±. ¡°Con motivo de una mudanza realizada hace un a?o, apareci¨® en un armario, junto con un pasaporte de Casares Quiroga de los a?os veinte¡±. Desde entonces, Alvajar lo custodia; cuando lo ense?a sabe que est¨¢ ante una parte ¨ªntima de la historia de una familia a la que Arellano nunca pudo borrar, ni de la biograf¨ªa de la Rep¨²blica ni de la historia del arte.
La entrega del cuaderno escolar de Mar¨ªa Casares, que se conserva en perfecto estado, fue hecha, por Esther Varela, nieta de Santiago Casares Quiroga, sobrina por tanto de Mar¨ªa. Esther Varela vivi¨® el exilio en M¨¦xico.
Mar¨ªa dej¨® Espa?a con sus padres, volvi¨® tras la muerte de Franco, jur¨® no hacerlo antes. Y lo hizo para poner en escena una obra de Rafael Alberti. Al principio del cuaderno, calificado con un 10, est¨¢ el dibujo del mapa de su pa¨ªs, como una reliquia, que dejar¨ªa media docena de a?os despu¨¦s, igual que el propio Alberti y tantos m¨¢s dejaron atr¨¢s ese s¨ªmbolo escrito del territorio al que quiz¨¢ no volver¨ªan nunca.
Vocabulario
Un ejercicio de vocabulario alerta a Mar¨ªa de algunos t¨¦rminos (¡°1. Al que ha perdido un ojo le llamamos tuerto; 2. Cuando ha perdido los dos, decimos que est¨¢ ciego; 3. Llamamos bizco a aquel cuyos dos ojos se miran en la misma direcci¨®n; 4. El que no oye es sordo; 5. El que no habla es mudo¡¡±, y as¨ª hasta el d¨¦cimo: ¡°El que tiene una joroba en la espalda es jorobado¡±.
Su cuaderno lo custodia el Ateneo Republicano de Galicia
A los maestros que tiene Mar¨ªa les encanta, parece, hacer re¨ªr a los alumnos con los ejercicios de vocabulario (¡°Se dice de un individuo...¡±, ¡°que baila como una peonza, que grita como un condenado, que duerme como un lir¨®n¡¡±) o los alerta con respecto a los c¨®digos de urbanidad: ¡°En la casa en que vivimos debe haber una gran limpieza. Las habitaciones deben ser espaciosas y tener ventanas y balcones, para ventilarlas. Viviendo en casas mal ventiladas, es dif¨ªcil gozar de buena salud¡±.
El cuaderno escolar de Mar¨ªa Casares est¨¢ lleno de ejercicios aritm¨¦ticos, matem¨¢ticos, literarios, de Gram¨¢tica, de ¡°Lecciones de cosas¡± (¡°lunes 13 de abril de 1931. Lecciones de cosas. Las hojas son expansiones ordinariamente planas y verdes, que nacen del tallo y de sus ramificaciones¡±)¡ Pulcras como todas las palabras de que consta este documento infantil de la actriz que encandil¨® a Europa y rescat¨® para la historia el apellido Casares. El cuaderno incluye, en aquel tiempo de tanto dolor y controversia, una definici¨®n que entonces, como ahora, parece una utop¨ªa y que ella anota como una definici¨®n m¨¢s en su ejercicio de Gram¨¢tica: ¡°Neutral: El que no es ni de uno ni de otro¡±.
Dictado mon¨¢rquico el d¨ªa que se proclam¨® la Segunda Rep¨²blica
Este es el dictado que cumple Mar¨ªa Casares el d¨ªa en que su padre celebra la llegada de la Segunda Rep¨²blica.
¡°Martes 14 de abril de 1931.
Historia de Espa?a
Fernando VI hered¨® la corona de Espa?a a la muerte de su padre Felipe V. Este monarca fue de car¨¢cter muy pac¨ªfico y evit¨® tomar parte en las guerras que sosten¨ªan Francia e Inglaterra. Content¨®se con dar fin a las que su padre hab¨ªa emprendido.
Este rey favoreci¨® la marina, la agricultura, las ciencias y las artes; dedic¨® todos sus esfuerzos a la paz y prosperidad de Espa?a¡±.
Mar¨ªa tuvo un 9: perdi¨® un punto porque repiti¨® la expresi¨®n ¡°a las que su padre¡±.
Dos d¨ªas m¨¢s tarde tocaba ¡°Conjugaci¨®n del verbo acertar¡±. Es dif¨ªcil hallar en el encargo escolar iron¨ªa alguna con respecto al periodo pol¨ªtico que se abr¨ªa en Espa?a. Mar¨ªa tuvo algunos desaciertos (¡°vos. Acert¨¢is¡± por ¡°vos. acertast¨¦is¡±¡) y alcanz¨® un 7, lejos de su media.
Y el martes 21 de abril de 1931 vuelve Mar¨ªa a abordar con sus compa?eros un cap¨ªtulo de Historia de Espa?a y de nuevo es un rey el que viene al encuentro.
¡°Carlos IV, de car¨¢cter bondadoso y amante del pueblo, hac¨ªa presagiar a Espa?a un pr¨®spero reinado siendo recibidas con satisfacci¨®n las primeras disposiciones de su Gobierno, entre las que figuraban las acertadas medidas tomadas contra los acaparadores de granos, las disposiciones adoptadas para el desarrollo de la cr¨ªa caballar y el fomento de la industria y el comercio; la moralizaci¨®n de las costumbres y las expediciones cient¨ªficas¡±.
¡°Los hechos m¨¢s notables del reinado de Carlos IV, son la batalla de Trafalgar y la invasi¨®n francesa¡±.
En esta ocasi¨®n, el dictado que con tanta pulcritud recoge Mar¨ªa Victoria Casares P¨¦rez recibe un sobresaliente. La historia luego la hizo sobresaliente en teatro.
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