¡®Amour fou¡¯ por un s¨¢tiro corrosivo
La cr¨ªtica francesa encumbr¨® al c¨®mico, en quien vio una caricatura social de EE UU
Es un t¨®pico perseverante, pero no por eso deja de ser una incontestable certeza: Jerry Lewis nunca habr¨ªa sido considerado un autor sin la inestimable ayuda de la cr¨ªtica francesa, que vio en sus pel¨ªculas una sutil caricatura social de los Estados Unidos de la posguerra, adem¨¢s de elogiar sus experimentos con el sonido y el color.
Desde finales de los cincuenta, las dos biblias del cine galo, Positif y Cahiers du Cin¨¦ma, eternamente enemistadas en cuanto a filias y fobias, coincidir¨¢n, por una vez, respecto al genio de Lewis. Fue el cr¨ªtico Robert Benayoun, antiguo escritor surrealista del c¨ªrculo de Andr¨¦ Breton, quien se erige en primer vindicador de Lewis desde las p¨¢ginas de Positif, donde lo califica como ¡°el mayor artista c¨®mico desde Buster Keaton¡±. ¡°No solo es un s¨¢tiro corrosivo, sino tambi¨¦n un colorista audaz y un malabarista valiente del efecto de sonido¡±, escribi¨® Benayoun, que hizo con Lewis lo que Fran?ois Truffaut har¨ªa con Hitchcock: conferirle una legitimidad. M¨¢s tarde, Benayoun dirigi¨® un documental, Bonjour Mr Lewis (1982), donde los grandes de la comedia estadounidense, como Woody Allen, Peter Bogdanovich o Mel Brooks, reivindican el nombre de Lewis como uno de los mejores.
Cahiers du Cin¨¦ma, hervidero de la Nouvelle Vague, se mostr¨® algo m¨¢s templada respecto a su talento durante los a?os en que fue pareja c¨®mica de Dean Martin. Pero termin¨® rendida a su genio cuando Lewis empez¨® a dirigir, producir y escribir sus propias pel¨ªculas. En 1963, el entonces cr¨ªtico y director Jean-Luc Godard lo designar¨¢ como ¡°el ¨²nico en Hollywood que no cae en categor¨ªas y normas establecidas¡± y tambi¨¦n ¡°el ¨²nico que hace pel¨ªculas progresistas¡±. Godard escogi¨® El profesor chiflado (en franc¨¦s, Dr. Jerry et Mr. Love) como una de las 10 mejores pel¨ªculas del a?o. Ya en 1957, al firmar una cr¨ªtica elogiosa de Loco por Anita, una de sus numerosas colaboraciones con su mentor, Frank Tashlin, Godard hab¨ªa incluido esta frase: ¡°En el rostro de Lewis, la cumbre del artificio se mezcla, a veces, con la nobleza de un aut¨¦ntico documental¡±.
En 2002, la te¨®rica de la comedia Rae Beth Gordon estudi¨® en una obra titulada ?Por qu¨¦ los franceses aman a Jerry Lewis? los v¨ªnculos del estilo c¨®mico del director con los del cabaret franc¨¦s de entresiglos, donde aparecen, por primera vez, personajes como el cantante epil¨¦ptico y el c¨®mico neurast¨¦nico. Los abundantes tics y muecas del hombre que hizo un espect¨¢culo de su neurosis responder¨ªan, si Gordon est¨¢ en lo cierto, a una est¨¦tica firmemente anclada en el imaginario cultural franc¨¦s. Para uno de sus bi¨®grafos, Shawn Levy, la fascinaci¨®n francesa por Lewis responder¨ªa a otro motivo. ¡°Su obra es un test de Rorschach. Los estadounidenses ve¨ªan un reflejo preocupante de s¨ª mismos. Los franceses, descubr¨ªan una encarnaci¨®n de la Am¨¦rica de posguerra¡±, dej¨® escrito.
Pese a todo, ambos lados del Atl¨¢ntico terminaron convergiendo. Martin Scorsese le dio un impagable papel con el que sac¨® a relucir su lado m¨¢s amargo en El rey de la comedia. En 2004, la Biblioteca del Congreso incluy¨® El profesor chiflado en su departamento f¨ªlmico, mientras que el MoMA le rindi¨® un homenaje en 2016. Muy tarde, pero todav¨ªa a tiempo.
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