Regreso a la Transici¨®n
A partir de septiembre, las mesas de ensayo se llenan de libros sobre la historia reciente de Espa?a, las lenguas muertas, el Holocausto, la Revoluci¨®n Rusa o¡ los pulpos
Es una verdad universalmente reconocida que cuando el nacionalismo arrecia, m¨¢s se complica el presente, pero sobre todo el pasado. La Transici¨®n espa?ola ha sido utilizada como arma contra muchos de sus protagonistas, mostrando un profundo desconocimiento de las circunstancias en las que se construy¨® una democracia tras la muerte de Franco. Por eso resulta especialmente interesante una de las grandes novedades del oto?o, el ensayo hist¨®rico de Santos Juli¨¢ titulado Transici¨®n. Historia de una pol¨ªtica espa?ola (1937¨C 2017), Galaxia Gutenberg,?650 p¨¢ginas en las que analizar¨¢ una parte importante del siglo XX y el principio del siglo XXI a la luz de los intentos para traer la democracia a Espa?a. Es sorprendente el periodo escogido por uno de los grandes historiadores espa?oles, pero su lectura es una apuesta segura para tratar de entender una ¨¦poca que nunca hemos acabado de cerrar.
¡°Hablar en estos ¨²ltimos a?os de la Transici¨®n es hablar de pol¨ªtica mucho m¨¢s que de historia; o mejor: cuando se aparenta hablar de historia, lo que se hace cada vez con mayor frecuencia es un uso del pasado al servicio de intereses o proyectos pol¨ªticos o culturales del presente¡±, escribe Santos Juli¨¢ en el pr¨®logo de su libro. Su objetivo es tratar de devolver el debate al terreno de los hechos o, como dice su autor, construir ¡°una historia pol¨ªtica¡±.
No ser¨¢ el ¨²nico libro que se publique sobre este tema: en octubre saldr¨¢ Espa?a en democracia (1975-2011), el volumen que cierra la Historia de Espa?a, dirigida por Josep Fontana y Ram¨®n Villares, editada por Cr¨ªtica y Marcial Pons. Escrito por Xos¨¦ Manoel N¨²?ez Seixas, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de las universidades de Santiago de Compostela y M¨²nich, cuenta tambi¨¦n con la colaboraci¨®n de Lina G¨¢lvez Mu?oz (econom¨ªa) y Javier Mu?oz Soro (cultura).
Por lo dem¨¢s, la diversidad tem¨¢tica de los t¨ªtulos que llegan a las librer¨ªas durante el nuevo curso es una prueba m¨¢s, si fuese necesaria, de la vitalidad de la no ficci¨®n. La Revoluci¨®n Rusa ¡ªen octubre se cumple su centenario¡ª y sus largas consecuencias todav¨ªa colean con t¨ªtulos como Nueva historia de la Revoluci¨®n Rusa (Taurus), de Sean ?McMeekin, o Vestidas para un baile en la nieve, de la escritora checoespa?ola Monika Zgustova, que ha entrevistado a nueve mujeres que sobrevivieron al gulag. Van a circular dos reediciones de Diez d¨ªas que conmovieron al mundo, el cl¨¢sico de John ?Reed, y Edhasa reedita uno de los libros m¨¢s terribles sobre el estalinismo, Los que susurran, de Orlando Figes. Capit¨¢n Swing, por su parte, rescata la Historia de la Revoluci¨®n rusa de Le¨®n Trotski.
La diversidad tem¨¢tica de los t¨ªtulos que llegan a la librer¨ªas durante el nuevo curso es una prueba m¨¢s de la vitalidad de la no ficci¨®n
Entre las novedades de historia destaca tambi¨¦n la biograf¨ªa de Isabel la Cat¨®lica escrita por el periodista brit¨¢nico afincado en Espa?a Giles Trem?lett (Debate), y resulta muy interesante el planteamiento de Juego de reinas (Ariel), de la historiadora brit¨¢nica Sarah Gristwood, donde cuenta la historia cruzada de las mujeres m¨¢s poderosas en la Europa del XVI, Isabel de Castilla, Margarita de Austria, Luisa de Saboya y, sobre todo, Isabel Tudor.
Por muchos ensayos que se publiquen sobre uno de los periodos m¨¢s negros de la historia humana, el Holocausto y, en general, el horror de la dominaci¨®n nazi, cada a?o aparecen t¨ªtulos que ofrecen ¨¢ngulos nuevos. El libro de Philippe Sands Calle Este-Oeste (Anagrama) resulta muy dif¨ªcil de clasificar, pero su lectura es apasionante. Por un lado, este experto en derecho internacional relata la historia de ?Hersch Lauterpacht y Raphael Lemkin, los dos juristas que introdujeron los derechos humanos en la legislaci¨®n internacional. Por otro, relata la historia de su propia familia y tambi¨¦n la de Hans Frank, gobernador de Polonia, criminal de guerra, ahorcado en N¨²remberg. El ensayo de Laurence Rees El Holocausto (Cr¨ªtica) es m¨¢s cl¨¢sico pero tambi¨¦n interesante, porque recopila el trabajo de toda una vida estudiando la Shoah de este veterano historiador y documentalista, con entrevistas a v¨ªctimas y verdugos.
Autores siempre valiosos como Margaret MacMillan ¡ªcon dos obras, La historia son las personas. Sobre la persuasi¨®n y el arte del liderazgo (Turner) y Par¨ªs, 1919 (Tusquets), que obtuvo en 2002 numerosos premios de historia¡ª; Richard J. Evans con La lucha por el poder. Europa, 1815-1914 (Cr¨ªtica), que relata la historia de Europa desde la ca¨ªda de Napole¨®n hasta la I Guerra Mundial; Emmanuel Carr¨¨re con una recopilaci¨®n de art¨ªculos period¨ªsticos y reportajes, Conviene tener un sitio adonde ir (Anagrama), o Manuel Cruz con La flecha sin blanco de la historia (Turner) llegar¨¢n tambi¨¦n a las mesas de novedades las pr¨®ximas semanas.
Dos ensayistas italianos, Nicola Gardini con Viva el Lat¨ªn (Cr¨ªtica) y Andrea Marcolongo con La lengua de los dioses. Nueve razones para amar el griego (Taurus), han demostrado que las lenguas muertas est¨¢n muy vivas, al menos por el tremendo ¨¦xito que han alcanzado en su pa¨ªs. Tal vez puede resultar ex¨®tico, pero uno de los t¨ªtulos m¨¢s interesantes de la rentr¨¦e habla de un animal que vive cuatro a?os, pero que dispone de una inteligencia prodigiosa: el pulpo. Otras mentes. El pulpo, el mar y el origen de la consciencia (Taurus), de Peter Godfrey-Smith, es una lectura muy recomendable que resume lo que debe ser un buen ensayo: sorprendente, instructivo, entretenido, novedoso y, sobre todo, relevante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.