El a?o del terror en Italia
La serie '1993' contin¨²a el relato de los a?os en los que el pa¨ªs transalpino se rebel¨® contra la clase pol¨ªtica
El 30 de abril de 1993 una multitud a las puertas del hotel Raphael, en el centro de Roma, lanza monedas y billetes de 1.000 liras a Bettino Craxi, ex primer ministro, secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI) y amigo ¨ªntimo de un tal Berlusconi. El Parlamento acababa de salvarle de la investigaci¨®n de cuatro de las seis imputaciones por financiaci¨®n ilegal y antes de que le retiren el pasaporte habr¨¢ huido a T¨²nez. En el mismo hotel, Leonardo Notte, protagonista de 1993, pronuncia las palabras de George Jacques Danton antes de ser guillotinado para inaugurar la segunda temporada de la ficci¨®n que estrena Movistar Series (jueves, 22.30 y en v¨ªdeo bajo demanda): ¡°Qu¨¦ importa si muero, he gastado bien mi dinero , hice un buen trabajo, he acariciado a muchas mujeres. Vamos a dormir¡±.
La l¨®gica cronol¨®gica de la Revoluci¨®n Francesa sirve tambi¨¦n para explicar aquella ¨¦poca que vivi¨® Italia: Revoluci¨®n, terror y restauraci¨®n. Un periodo en descomposici¨®n en el que se liquidaron 50 a?os de Democracia Cristiana y los ciudadanos asistieron al fulgurante ascenso de Silvio Berlusconi, un astuto empresario que supo aplicar la estrategia publicitaria a la pol¨ªtica y puso al pa¨ªs al servicio de sus negocios. Tres a?os que volar¨ªan por la aires el viejo r¨¦gimen e inaugurar¨ªan un laboratorio pol¨ªtico de magnates convertidos en presidentes y populismos de baja intensidad. Y todo ello 20 a?os antes que en el resto del mundo: la era del Bunga-Bunga. ¡°Es cierto, somos la vanguardia de la peor pol¨ªtica¡±, bromea Ludovica Rampoldi, guionista de 1993.
Comenzaba as¨ª una revuelta en las calles contra la corrupci¨®n, que llevaba coci¨¦ndose alg¨²n tiempo en silencio en los juzgados bajo la batuta del fiscal Antonio di Pietro ¡ªclave en el aquel periodo y en la serie¡ª en el proceso de Mani Pulite (Manos limpias). Los m¨¢ximos exponentes de la clase pol¨ªtica fueron cayendo como fichas de domin¨®, la mafia y la ultraderecha sembraron las calles de terror y bombas, La Liga Norte creci¨® al calor de su grito de guerra ¡°Roma Ladrona¡± y solo un viejo tah¨²r milan¨¦s supo leer correctamente aquel vac¨ªo de poder.
Dentro del agujero negro en el que Italia se dispone a cambiar de r¨¦gimen, una estrella de la televisi¨®n, un emergente miembro de la Liga Norte ¡ªa la sombra todav¨ªa de Umberto Bossi¡ª, un ayudante del fiscal Di Pietro y una joven empresaria manejada por la mafia se agarran como pueden a un mundo que el hurac¨¢n de la Segunda Rep¨²blica ¡ªcomo se conoce popularmente a la siguiente etapa pol¨ªtica¡ª est¨¢ a punto de barrer. Toda Italia tiembla en 1993. Menos una persona.
Berlusconi, una figura desenfocada y en segundo plano en 1992, es una de las novedades de la serie. Rampoldi, que se reuni¨® con Il Cavaliere durante los preparativos de la nueva temporada, se aleja de cualquier juicio. ¡°Se encuentra en la vigilia de una gran decisi¨®n para ¨¦l. Duda mucho. Es un hombre acostumbrado a ganar, pero siente que eso podr¨ªa no volver a pasar. Tiene miedo de perder empresas si la izquierda gana y decide asumir en primera persona la batalla¡±. Justo el momento en que el protagonista de la serie, una ambicioso publicista (interpretado por Stefano Accorsi) que trabaja para Publitalia ¡®80, una de las compa?¨ªas de Berlusconi ¡ªdirigida por Marcello Dell¡¯Utri, hoy en la c¨¢rcel por delitos de asociaci¨®n mafiosa¡ª comienza a dise?ar al nuevo candidato.
Pero la fuerza del Berlusconi real, un descomunal personaje en s¨ª mismo, es tan complicada de trasladar a la ficci¨®n ¡ªSorrentino est¨¢ embarcado en una empresa similar con su actor fetiche, Toni Servillo¡ª que era mejor no buscar un clon. Uno de los grandes logros de la serie es, adem¨¢s, alejarse de todo juicio moral a sus personajes. Rampoldi, guionista tambi¨¦n de la exitosa Gomorra, cuenta ese proceso. ¡°Hemos construido un retrato humano sin prejuicios, sin pensar en el Berlusconi que hoy conocemos: un empresario de ¨¦xito que en 3 meses puso en pie un partido y se present¨® a las elecciones. Y eso se tiene que contar como algo euf¨®rico, porque el protagonista es el que cabalga en esa empresa¡±. Tras la euforia, los c¨ªrculos pol¨ªticos de Roma se llenaron de gente desconocida, Italia abandon¨® la calle, se acomod¨® en el sal¨®n de casa y encendi¨® el televisor.
La edad de oro de las series italianas
Italia ha pasado en 10 a?os de adaptar series espa?olas a producir y exportar ¡ª1992 se ha vendido a 100 pa¨ªses¡ª algunos de los mejores productos que pueden verse en la televisi¨®n hoy. El punto de inflexi¨®n fue Romanzo Criminale, la fant¨¢stica historia en dos temporadas de la Banda della Magliana. Un grupo criminal que se hizo con el control de la criminalidad de Roma entre mediados de los 70 y comienzos de los 90 y sobre el que gravitaron todas las conspiraciones recientes. Pero luego lleg¨® Gomorra, 1992, Young Pope¡ La pr¨®xima en presentarse ser¨¢ Suburra, producida por Netflix, y cuyo estreno est¨¢ previsto para el 6 de octubre.
Una de las claves de la emergencia seri¨¦fila puede encontrarse tambi¨¦n en la etapa que explica 1992, seg¨²n una de sus guionistas. "Ahora tenemos una competencia con los productos estadounidenses que te obliga a aumentar la calidad. Durante 20 a?os no fue as¨ª, y compr¨¢bamos f¨®rmulas extranjeras como si no tuvi¨¦ramos ideas. Aqu¨ª la televisi¨®n era un monopolio: la tele del Berlusconi empresario y la del Berlusconi primer ministro. De modo que no hab¨ªa mucha experimentaci¨®n".
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